Lo primero, no prohibir la comida chatarra. Una vez que los niños la prueban es muy difícil alejarlos de ella. Sin embargo, los padres deben limitar el número de golosinas que los niños comen todos los días en lugar de prohibir totalmente estos alimentos.
Segundo, elegir alimentos saludables. Se debe revisar las opciones del almuerzo escolar de los niños y ayudarlos a elegir la opción más saludable del menú, con muchas frutas y verduras. De esta forma, irá adquiriendo experiencia en tomar buenas decisiones en alimentos nutritivos. Se debe comenzar con pequeñas porciones en platos más pequeños. Esta práctica ya la puede implementar a partir de los 3 a 5 años. Tercero, instruirles sobre las calorías. Muchos jóvenes son conscientes de que los alimentos no saludables -como la comida chatarra- están llenos de calorías, pero pueden no saber las calorías que consumen a diario en las bebidas azucaradas
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