La mayor ventaja que puede dar el fomentar el diálogo entre los miembros de la familia es que el niño no crea todo lo que ve y escucha, principalmente en la televisión. El diálogo supone preguntas, respuestas, opiniones, quejas y sugerencias. Hagan el hábito de platicar como familia durante la comida o camino a la escuela en el coche.
Reservar este tiempo para que tú y los niños verbalicen sus ideas es el primer paso. Si hay tiempo y lugar para hablar, habrá motivo para pensar. Articular las ideas es el comienzo a la organización del pensamiento.
No des respuestas fáciles. Desde que nacen los hijos, los papás tenemos el deseo natural de llenar todos los huecos y proporcionar absolutamente todo lo que quieren.
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