martes, 22 de enero de 2013

Tartamudez: solo vale el tratamiento específico


Un 1% de la población escolar sufre problemas de tartamudez, según los informes mundiales. Esta situación puede ser motivo muchas veces de burlas en el entorno. La causa puede o no ser un factor hereditario. "Lo importante en cualquier caso es la comprensión de la familia y del entorno", indica Silvia Vargas, fonoaudióloga de Audicruz.

Se presenta desde pequeños. La experta destaca que si bien hay terapias, lo más importante es la ayuda que la familia brinde al niño. Subraya que cada persona en este problema debe tomar un tratamiento individualizado. Ante ello, los expertos indican que es clave diagnosticar y tratar tempranamente el trastorno. El tartamudeo tiende a comenzar a alrededor de los tres años de edad. Cuatro de cada cinco niños dejan de tartamudear sin intervención, a menudo en el curso de dos años. Sin embargo, el resto lo seguirá haciendo persistentemente.

Qué hacer. En estos casos, la Fundación Española de la Tartamudez puntualiza entre sus principales recomendaciones que se debe evitar hacer comentarios tales como: "habla más despacio", "no te pongas nervioso", etc., ya que hacen que la situación del habla se torne más tensa y desagradable. No "ayudes" a la persona que tartamudea completándole la frase, mantén el contacto visual y no te avergüences, burles o rías de la situación. Cuando tú hables, utiliza un ritmo pausado y tranquilo, sin que parezca poco natural o exagerado, intenta transmitir a la persona que lo importante es lo que dice y no cómo lo dice. Cuando la persona que tartamudea salga del bloqueo o hable fluidamente, no le digas frases como "lo hiciste bien", "te felicito, estás hablando mucho mejor".

Frecuencia del tratamiento. En cuanto a los tratamientos, la American Speech Language Hearing Association señala que estos están diseñados para enseñar a la persona destrezas o comportamientos específicos que le ayuden a obtener una mejor comunicación oral. Por ejemplo, muchos patólogos del habla y el lenguaje enseñan a controlar o vigilar el paso al que hablan. Además, podrían empezar a aprender a decir las palabras de una manera un poco más lenta y con menos tensión física. Al aprender a controlar el paso al que hablan estas personas con frecuencia empiezan por practicar utilizando oraciones y frases cortas a un paso más lento de lo normal, hasta lograr expresarlas con facilidad y sin interrupciones. Con el transcurso del tiempo, aprenden a expresarse con mayor facilidad y rapidez, en oraciones más largas y en situaciones más retadoras hasta poder hablar con facilidad y de manera natural. Con frecuencia son necesarias sesiones de "atención postratamiento" o de "mantenimiento" una vez terminada la intervención formal para evitar las recaídas.

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