martes, 18 de diciembre de 2012

La celotipia, un mal tratable


Este mal, que puede dar origen a hechos de violencia, suele confundirse con actos de amor sobreprotector.


Los celos, un sentimiento tan natural como el amor, pueden convertirse en patología en el momento en que éstos se vuelven enfermizos, es decir, cuando la pareja empieza a desconfiar de la otra hasta llegar al extremo de que él o ella le prohíba salir sola, hablar con sus amigos y amigas, arreglarse, vestirse bien y hasta trabajar pensando que le puede ser infiel en el lugar donde se encuentre. Dos expertas hablan de los casos extremos.
Señales de alerta. Ante una situación de celos, según la psicóloga Ruth Quintanilla, es posible discernir éstos entre los normales, que aparecen con una intensidad controlable y manejable y no llegan a lesionar las relaciones amorosas, y los patológicos, denominados celotipia o delirio celotípico, que son irracionales, obsesivos y destructivos. “El perfil de la persona que sufre del delirio celotípico está asociado a una personalidad muy posesiva. Su forma de ser le lleva incluso a coartar la libertad a su víctima-pareja y agredirla psíquica y físicamente por la supuesta infidelidad”, explica.
Para la psicóloga Eliana Ponce, la espiral de violencia tanto entre parejas como en la familia empieza cuando una de las dos personas que sufre del trastorno psicológico de la celotipia no se reconoce como enferma y, más bien, lo toma como natural y normal, asumiéndolo como eje de su forma de pensar y actuar. “Al principio, son sutiles. Los hombres dicen: ‘Mi amor, ¿para qué vas a ir a la peluquería si ya eres linda?’’. La frase halaga, en principio, a una mujer, porque la hace sentir apreciada. Sin embargo, así empiezan ellas a renunciar a arreglarse, a tener amistades, se distancian de su familia y comienzan a hacer lo que sus parejas quieren”, señala. Ambas profesionales dicen que la celotipia se puede tratar a partir de sesiones con psicólogos.


3 niveles de celos identifica un estudio realizado en 1922 por Sigmund Freud.


Sigmund Freud IDENTIFICÓ TRES NIVELES DE CELOS. El creador del psicoanálisis plantea en un estudio escrito en 1922 que hay tres niveles de celos: los normales, que se componen esencialmente de la tristeza y el dolor por el objeto que se cree perdido. Los celos de segundo grado nacen, tanto en el hombre como en la mujer, de las proyecciones de las propias infidelidades del sujeto o del impulso de cometerlas. Y los de tercer grado, denominados celotipia, son trastornos psicológicos que  requieren de un tratamiento terapéutico.

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