Ellas: Un día de trajín, de idas y venidas, el trabajo y los hijos nos deja planchadas pero para ellos lo cotidiano tiene un efecto diferente. Nosotros queremos ¡dormir! Y ellos quieren ¡sexo! ¿Será un tema de género, algo fisiológico, sicológico o qué pasa?
MÓNICA FUERTES I. EL DEBER
¿Cuántas veces hay que hacer el amor al mes? ¿Existe un cuadro de estadísticas que indique “lo normal”? ¿Es necesario volverse una autómata para estar bien con la pareja? Son demasiadas preguntas que giran alrededor de nosotras mismas, como si sufriéramos de una emocional traba crónica y no es así.
Dos terapeutas y un endocrinólogo hablan de lo que comúnmente sucede en una relación duradera respecto al sexo. Las diferencias entre hombres y mujeres que están juntos bastante tiempo son el aderezo de la relación, hacen la magia del amor y el equilibrio de las cosas: él es intrépido, yo soy tranquila, él es conservador con los gastos y yo desordenada, él es práctico, yo romántica. Hasta ahí todo bien, pero cuando llegamos al tema sexo las diferencias se convierten en un problema: el siempre quiere, yo no.
Según los expertos la maquinaria sexual femenina es más delicada y tiene más componentes. Las preocupaciones y el estrés nos adormecen, si la relación afectuosa no va bien nuestros estrógenos bajan, nuestras emociones juegan un papel vital, mientras que para ellos el acto sexual es como una liberación de los problemas. La testosterona acumulada busca el punto de fuga y las adversidades activan un código inscrito en su ADN: ante la adversidad su instinto de supervivencia “enciende” el deseo sexual.
Y la diferencia va más allá. Mientras que para él el sexo satisfactorio culmina con un orgasmo en la mujer no siempre es así. Las caricias, la ternura, los abrazos, las palabras amorosas, pueden generar la misma o mayor satisfacción que llegar el clímax. Mientras que para ellos es un factor obligado, una prueba del éxito del acto en sí mismo.
Para la terapeuta Liliana Parrado estas actitudes generan efectos negativos, pues la hiperdemanda y la poca respuesta genera en el otro la respuesta contraria a la apetecida ingresando en un círculo vicioso. Parrado opina que no existen fórmulas perfectas pero es fundamental autorresponsabilizarse del propio placer y comenzar a:
• Salir del aburrimiento y la rutina, se debe utilizar entonces mucha creatividad y recreatividad, por ejemplo no hacerlo siempre el mismo día, a la misma hora, en el mismo lugar y de la misma forma.
• Generar un clima de diálogo, ternura, dedicación, detalles, trato cordial y respetuoso, que mantendrá viva la llama de la ilusión, la pasión y el romanticismo. El sexo no puede ser un oasis en el desierto de hosquedades afectivas; sino un manantial dentro de un bosque frondoso.
• Es preciso expresar los deseos y fantasías, pero no suponer que debe ser aceptada en su totalidad porque toda relación interpersonal está limitada por la voluntad y la personalidad de cada uno, por lo tanto es importante aceptar las limitaciones a fin de gozar plenamente de lo que se ofrece en el placer de un encuentro íntimo en pareja.
Sexofrecuencia
Terapeuta
Los primeros años son más activos
“El interés por la intimidad es similar en ambos sexos, pero las parejas generalmente disfrutan plenamente de sus “encuentros íntimos” en su máxima expresión durante el noviazgo y los primeros años matrimoniales, etapa en la que el fuego de la pasión y el romance está a flor de piel, pero con el pasar de los años, 5 , 10, 15, se dejan absorber por la monotonía, la cotidianidad del trabajo, los hijos, los quehaceres del hogar y las relaciones familiares y/o sociales”.
Liliana Parrado
Terapeuta Familiar
Endocrinólogo
Sí, ellos quieren más frecuencia
En términos generales, los hombres buscan relaciones sexuales con más frecuencia, porque les gusta cómo se siente, la forma en que el acto sexual les hace sentir a sus cuerpos. Otros motivos son alivio del estrés, atracción, mejorar la popularidad.
Dr. Douglas Villarroel / Endocrinólogo
Los varones tienen 10 veces más testosterona
Liliana Zabala / Sexóloga
l deseo sexual surge por las hormonas testosterona y andrógenos. Cuando se produce el deseo sexual se origina en el hipotálamo. Tanto hombre como mujeres tienen deseos y fantasías sexuales debido a los andrógenos. El deseo o impulso sexual está relacionado con una hormona: la testosterona, y los hombres la tienen en una cantidad entre diez y veinte veces más elevadas. Esta es la razón por lo cual el impulso sexual masculino sea más intenso y elevado que el de las mujeres. Un hombre tiene un deseo sexual mucho mayor, por lo menos 10 veces más que el de la mujer.
A los varones los estimula más lo visual, por ejemplo un desnudo, un escote pronunciado, una prenda de vestir o las formas curvilíneas.
La sique femenina es más romántica y soñadora, Si bien a las mujeres también les excita ver imágenes sexuales, les produce mayor excitación las palabras dulces y agradables al oído.
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