Antes de elegir la ropa, comprar la cuna o adecuar la casa para la llegada del bebé, la futura madre debe preparar su propio cuerpo para recibirlo. Este proceso empieza por vigilar las condiciones médicas y los factores de riesgo que pudieran afectar a su salud o a la del feto.
“Antes de embarazarse, todas las mujeres deberían someterse a una revisión ginecológica rutinaria (citología, ecografía ginecológica y exploración mamaria) y a una analítica general con una serología”, recomienda Francisco Regojo Balboa, ginecólogo del Hospital USP San Camilo de Madrid.
La serología permite identificar la presencia de anticuerpos en la sangre. En el caso de una mujer que desee quedarse embarazada, el doctor Regojo aconseja buscar los anticuerpos de la rubeola, del virus de la hepatitis C, del citomegalovirus (CMV), del virus de la inmunodeficiencia humana, de la lúes y de la toxoplasmosis.
Asimismo, el ginecólogo considera que antes de la concepción las mujeres “deberían vacunarse contra la rubeola si no tuvieran un nivel suficiente de anticuerpos para asegurarles la protección”.
Las patologías hereditarias son otro aspecto a tener en cuenta. “Hay que prestarle atención a todas ellas pero especialmente a las enfermedades génicas y cromosómicas”, destaca Regojo. El especialista señala que todas las parejas que presenten afecciones de carácter hereditario “deben pasar por una consulta de consejo genético”.
Sagrado ácido fólico
No obstante, algunas enfermedades del recién nacido se pueden evitar siguiendo ciertas recomendaciones. Así, “tomar suficiente ácido fólico es una parte importante de la buena salud antes de la concepción”, indican los expertos de la Oficina para la Salud de la Mujer de los Estados Unidos.
De hecho, las mujeres necesitan “entre 400 y 800 microgramos de ácido fólico al día” incluso si utilizan métodos anticonceptivos o no planean quedarse embarazadas, sostienen. Según explica la Oficina para la Salud de la Mujer, esto se debe a que los defectos congénitos del cerebro y de la columna vertebral se producen en las primeras etapas de la gestación, a menudo antes de que la mujer sepa que está embarazada. Así, cuando ella conozca su estado, “podría ser demasiado tarde para prevenirlos”, advierten los especialistas.
El doctor Regojo precisa que es importante que las mujeres en edad fértil tomen la cantidad suficiente de ácido fólico porque esta sustancia “disminuye significativamente los defectos de cierre del tubo neural (el más frecuente es la espina bífida)”. Además, la vitamina B9 o ácido fólico reduce las posibilidades de sufrir un aborto, afirma.
El ginecólogo aconseja, asimismo, llevar una dieta equilibrada y controlar el peso corporal. Según apunta el especialista, el sobrepeso aumenta el riesgo de diabetes gestacional y de hipertensión arterial asociada al embarazo, incrementa las complicaciones inherentes al parto y eleva la tasa de cesáreas.
Por otra parte, estar demasiado delgada conlleva que el niño nazca con un peso bajo. Regojo aclara que la escasez de determinados elementos en la nutrición puede originar distintos problemas. De este modo, los casos graves de cretinismo fetal se producen por déficit de yodo y el raquitismo se debe a la carencia de vitamina D, comenta.
Practicar ejercicio aeróbico moderado y no fumar ni consumir alcohol son otras recomendaciones para cuidar la salud de las mujeres que se preparan para ser madres.
Cuidados esenciales
Visita tu médico. Hazte un chequeo médico antes del embarazo. El propósito es evaluar tu salud e identificar aquellos riesgos de salud y de estilo de vida que pueden afectar tu embarazo.
Historia médica. Aprende sobre tu historial médico familiar y el de tu pareja. Basándose en esta información, tu médico podrá recomendarte que consultes a un especialista en genética para averiguar si corres el riesgo de tener un bebé con un defecto de nacimiento.
Aliméntate bien. Te sentirás mejor y comenzarás bien tu embarazo si comes una variedad de alimentos nutritivos. Evita alimentos con alto contenido de grasa y azúcar y opta por alimentos de los cinco grupos alimenticios: frutas, vegetales, proteínas (aves, pescado y frijoles/habichuelas secas), granos, y productos lácteos. Reduce la cantidad de cafeína y opta por agua, leche o jugo.
Cuidado con infecciones. Averigua si tienes una infección de transmisión sexual (ITS). Sin tratamiento estas infecciones pueden poner en riesgo a la mujer embarazada y a su bebé.
Sustancias y productos químicos. Evita los productos químicos peligrosos, como productos de limpieza y pesticidas. Aléjate de los limpiadores con olores fuertes, los químicos y los tintes. Reduce su riesgo usando guantes de goma y trabajando en un lugar bien ventilado. Consulta con tu médico sobre las sustancias y productos químicos que pueden ser peligrosos para ti.
Evita el estrés. El estrés no es bueno ni para ti ni el bebé, antes, durante o después del embarazo, pues mucho estrés puede aumentar el riesgo de un parto prematuro y de bajo peso al nacer. Identifica las causas de estrés, busca ayuda profesional y usa técnicas de relajación.
Muévete. Hacer ejercicio por 30 minutos casi todos los días es una buena manera de lograr un peso saludable, aumentar tu bienestar físico y reducir el estrés. Algunas buenas opciones son caminar, nadar, pilates y yoga.
QUICKIE
No te olvides de tu salud dental. Visita tu dentista antes de quedar embarazada. Si existe la posibilidad de que estés embarazada, déjeselo saber a su dentista y espere a que tu bebé nazca para realizarte rayos X dentales.
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