miércoles, 27 de junio de 2012

Cortejos: visita pero con límites

Esa persona que de pronto se ha convertido en la razón de su vida para su hija adolescente va a influir en ella y, tal como sucede con los amigos, es muy importante que los padres conozcan a su novio.

"Aunque ahora parece algo anticuado y el 75% de los jóvenes no lo hace, el pedir permiso para visitar a la chica resulta positivo siempre y cuando se sepa trabajar la confianza", según indica el psicólogo Johonny Ledezma.

Conocer para ganar confianza. No hay que olvidar que en la adolescencia se vive la etapa de la maduración psicológica y es en esta que se da el enamoramiento. "Precisamente la situación es oportuna para que los padres afiancen la confianza con sus hijos, ya que al recibir esta visita se marcan ciertos principios en la familia porque el permiso se lo debe dar dentro de las normas establecidas en el hogar", dice el experto.

Además que no se debe olvidar que es sumamente importante saber con quién está saliendo su hija, qué tipo de persona es, dónde salen, etc e incluso la misma situación sucede cuando se trata del hijo varón.

Marcar la cancha. Ahora bien, cuando el momento se da, Ledezma sugiere a los padres aprovechar para marcar los límites, ya que no se trata de dar "carta abierta" para que la pareja haga lo que desee.

"Los papás deben ser claros, deben darles a conocer cuáles son los principios y normas de la casa, hablarles en qué caso le puede perjudicar a la hija o en qué situaciones ciertas actitudes puede llegar a ser perjudicial para ambos", resalta.

¿Y si ella va a casa de él? Es una situación que también debe ser consensuada con los padres, dice el psicólogo. "El hecho de que la hija vaya a conocer a los padres de la pareja implica compromiso y los adolescentes muchas veces no entienden esta palabra y se dejan llevar por las emociones del momento, ahí hay que hablarlo", aclara.

Prohibir tiene sus riesgos. Muchas veces los padres optan por prohibir estas visitas; sin embargo, el especialista alerta que puede traer sus riesgos. "En primer lugar se rompe con la confianza, además se logra que el adolescente tenga un mal concepto del amor y optan por verse a escondidas, se dan modo y no dan chance a que la familia los pueda orientar; por lo tanto, van a buscar los medios o puntos de encuentros que tal vez no sean los adecuados y hasta se corre el riesgo de los embarazos no deseados", enfatiza.

Tips de ayuda. Ledezma sugiere a la hora de autorizar estas visitas marcar horarios en los que no sea perjudicial para los momentos de estudio para la joven, puede ser una vez a la semana. Tratar que las visitas sean cuando la familia esté dentro de la casa. Cuando les pidan permiso para salir solos, otorgarles pero con ciertos límites, horarios y saber a dónde van, no les pongan acompañantes porque se contradicen a la confianza ganada.

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