miércoles, 13 de junio de 2012

Hay que enseñar a los hijos el cariño por los seres vivos

Es veterinaria zootecnista y se desempeña en atención al ganadero, en Fridosa, desde hace siete años

Madre. Y a la vez profesional educa a sus retoños inculcándoles el cariño por los animales y todos los seres vivos

Ella aconseja, asesora y se desenvuelve como pez en el agua en un mundo eminentemente masculino, el de los ganaderos cruceños, debido a que se encuentra capacitada y su palabra tiene la autoridad que le han dado años de estudio y preparación en el sector de la veterinaria y zootectnia.
Su ocupación está relacionada con la atención al ganadero y su relación con la producción, programación, ingreso, rendimiento y orientación en nutrición de animales, para producir carne sana que adquiere la empresa Fridosa.

- ¿Cuántas satisfacciones le ha dado este oficio?
- Mi trabajo es uno de los logros de los cuales me siento muy satisfecha, atiendo personalmente a los ganaderos y sus esposas, y también a las ganaderas. Brindo asesoría en oficina y me gusta lo que hago, me encanta y me apasiona. Antes era más difícil porque este es un sector machista, a un ganadero le cuesta recibir consejos de una mujer, hoy lo aceptan porque soy una profesional capacitada que habla con propiedad y ya me conocen.

- ¿Tuvo algún contratiempo cuando eligió esta carrera?
- Provengo de una familia beniana ganadera, pero aún así me costó hacer que mis padres acepten mi decisión de seguir esta carrera, pensaban que era una profesión de hombres, inclusive me dieron a elegir entre ser médica o diseñadora de modas. Pero me mantuve firme porque sabía cual era mi vocación.

- ¿Una vez profesional, fue fácil su ingreso en el sector?
- Cuando entré al ámbito laboral en un medio tan cerrado y machista como es el ganadero y además ser mujer, se tiene muchas cosas en contra, pero con constancia, el apoyo de familiares y amigos con sus consejos, supe salir adelante y ahora tengo el reconocimiento de todo el sector ganadero, con una opinión que es confiable, me consultan y por ello me considero exitosa como veterinaria.

- ¿Qué es lo que hace y cual es su cargo?
- En servicio al ganadero atiendo la programación de reses, coordinación y asesoramiento en la producción de carne para que el ganadero mande animales sanos.

- ¿Cuál es su trayectoria como profesional veterinaria?
- Mi carrera ha tenido una evolución constante, empecé a trabajar cuando estaba en quinto semestre de la facultad, ingresé al departamento técnico de Fegasacruz, ese fue un gran paso en mi vida porque contribuyó a mi formación; luego he trabajado en el Grupo Unión Columbia; en la cabaña Nelorí; en el Ministerio de Gobierno y desde hace siete años en Fridosa.

- ¿En estas funciones ha continuado su crecimiento profesional?
- Soy parte de un grupo de auditores que verifican las auditorias para la ISO 22.000, para ello me capacité y esto se convirtió en un reto, conocer procesos industriales, productos permitidos, cantidades que están dentro de los temas de aditivos, todo lo que está relacionada con la inocuidad de los alimentos. Tuve que educarme para desempeñar bien este papel, porque hay auditores internos y externos que revisan bajo normas internacionales y estándares de calidad a mi empresa.

- ¿Cómo logra equilibrar sus ocupaciones en el trabajo con su rol de madre?
- Cuando mis hijos eran chicos, hice un paréntesis en mi carrera y me dediqué por completo a ellos. Ahora Juan Diego tiene 13 años y Valeria 11, por lo tanto ya no es muy complicado, pero me dedico igualmente a atenderlos, por ello es que no tengo vida social, soy muy hogareña con mis dos ‘soles’.

- ¿Es muy difícil el reto de ser madre y profesional a la vez?
- Siempre digo que la mujer que trabaja fuera de casa tiene un doble desafío, el llegar a combinar y equilibrar la responsabilidad del trabajo y la responsabilidad del hogar, porque uno no termina de trabajar nunca, sale de la oficina y llega a la casa y sigue trabajando, aunque tenga quien le ayude con las labores domésticas, igual hay que ver todos los pendientes con los hijos y la casa, porque la mujer es el centro del hogar.

- ¿Cuáles son los principales valores que les transmite a sus hijos?
- Trato de enseñarle los mismos valores que me enseñó mi madre, que se empeñen estudiando, que se tracen metas y las cumplan, que alcancen sus retos y salgan adelante, ellos tienen que ser responsables de sus actos y afrontar las consecuencias de lo que hagan.

- ¿Como veterinaria les tiene un amor especial a los animales, eso también trasmite a sus hijos?
- Siempre les he enseñado a que tengan cariño por los animales y en general, que le tengan cariño a todos los seres vivos; que respeten las plantas, porque Dios los colocó para servirnos como alimento y así podamos subsistir. Así también que todo tiene su lugar, por ejemplo, los animales cuando son mascotas tienen su lugar, porque cuando hay niños hay que tener mucho cuidado en la parte sanitaria, con sus vacunas al día y la desparasitación.

- ¿En su hogar hay un animalito adulado?
- Hay gente que opina que los gatos no deben estar cerca de las niñas. Eso es por desinformación, creen que transmite la enfermedad de la toxoplasmosis, que es muy temida por las mujeres por el tema del riesgo en el embarazo, pero en sí es un parásito que se lo encuentra en todas partes, hay personas que la padecen sin haber tenido nunca una mascota como un gato o un perro. Por lo que estos animalitos no son los principales protagonistas de este mal, ello es un mito. Hay que permitir que los niños tengan su mascotita.

- ¿Tener una mascota los hace más responsables?
- Claro que sí, porque el niño tiene que aprender a ser responsable en todo sentido y los mayores debemos estar informados para inculcarle y enseñarles que el animalito debe tener una buena sanidad, para que lo tenga en la casa. Para ello están las clínicas veterinarias para que nos hagamos asesorar, de esa manera no nos debemos preocupar.

Ella

Rosemari Cuellar Leigue, nació en la capital beniana, Trinidad, el 9 de mayo de 1971 y tiene dos hijos: Juan Diego (13) y Valeria (11) Richards. Sus padres son Rosemari Leigue y Enrique Cuéllar. Egresó de bachiller del colegio Alemán Santa María de Cochabamba y luego se formó como médico veterinaria zootecnista en la universidad Autónoma Gabriel René Moreno y trabaja en el departamento de atención al ganadero y abastecimiento de Fridosa. Ahí se desempeña desde hace siete años.

“Cuando mis hijos eran pequeños, hice un paréntesis en mi carrera y me dediqué por completo a ellos”

“Cuando ingresé en este sector ganadero, que es muy machista, me costó mucho, hasta que conocieron mi capacidad”

La mujer que trabaja fuera de casa tiene un gran desafío: equilibrar la responsabilidad del trabajo y las labores del hogar

No hay comentarios:

Publicar un comentario