Cuando descubriste que estabas embarazada otra vez probablemente pensaste en los beneficios que puede traer un hermanito a tu primogénito, nunca en la rivalidad que puede provocar. Pero las peleas por los juguetes, las discusiones en el asiento trasero del auto y las disputas a la hora de cenar son lo más normal cuando hay dos o más niños en casa.
Ayudarlos a llevarse bien mientras crecen es uno de los retos más importantes que enfrentan los papás y mamás. Sigue leyendo para descubrir algunas de las estrategias que sugieren otros padres, así como nuestros expertos, para manejar los conflictos entre hermanos y crear lazos que durarán toda la vida.
Deja que tus hijos se cuiden entre sí
A lo largo del día hay muchas oportunidades de animar a tus niños a demostrar cariño: deja que el mayor le lea a su hermanita un cuento antes de acostarse; pregúntale a la pequeña si quiere frotar la espalda del mayor antes de la siesta. Sugiérele al pequeño que le dé a su hermana mayor un beso cuando ésta llora porque no la invitaron a una fiesta. Cuando uno de los niños tiene problemas con algún amigo o está frustrado por tener que recoger el tren del salón, puedes preguntarle al otro: "¿Cómo le puedes ayudar?".
Respeta la individualidad de cada hermano
A veces es tentador decirles a tus hijos que los quieres por igual, pero la realidad es que ellos no quieren oír eso. "Ellos quieren saber que los amas de forma especial, no por igual", dice Adele Faber, coautora de un libro que marcó época: Siblings Without Rivalry. (Hermanos sin rivalidad).
El objetivo es que cada hijo se sienta valorado como un individuo. Otra manera de hacer esto es ofreciendo halagos específicos: "¡Qué bien! Te abotonaste la camisa tú solita". "Has limpiado el plato sin que te lo diga yo". "Al darle un trozo de esa magdalena a tu hermana le has hecho sentir bien".
Ten cuidado de no comparar, dice Faber. Nada genera más resentimiento que alabar a uno a expensas del otro. Por ejemplo, evita comentarios como estos: "¿Por qué no puedes vestirte como se viste tu hermana? Ella siempre se ve bien arreglada", o "Tu hermanito tiene mejores modales que tú, ¡y ya tienes 6 años!".
Incluso comparaciones elogiosas pueden generar hostilidad entre hermanos.
Dale al primogénito la atención que merece
El recién nacido puede acaparar toda la atención pero trata de dedicar parte del tiempo a estar sola con el mayor, aunque sea unos minutos al acostarlo o, simplemente, escuchándolo de verdad cuando te habla", dice la experta y autora Marian Borden.
"Gran parte de la rivalidad entre hermanos tiene que ver con la atención". Hacer ver al hermano mayor que no ha sido sustituido por el pequeño y que sigue teniendo un vínculo especial contigo, previene en gran medida el resentimiento.
Piensa en maneras de ayudar a tu hijo mayor a que no se sienta relegado cuando cuidas al recién nacido. Por ejemplo, si estás a punto de darle el pecho al bebé, puedes decirle al mayor: "Ahora tengo que alimentar al bebé, ¿quieres sentarte a mi lado para que te lea algo o prefieres descansar?". Básicamente, le estás expresando que también te interesas por sus necesidades.
Acepta el conflicto, no lo reprimas
Hagas lo que hagas, el conflicto entre hermanos es un elemento inevitable de la vida familiar. Esperar que tus hijos se quieran y se apoyen el uno al otro siempre, genera expectativas poco realistas, tanto en ti como en ellos.
Ayúdales a tus hijos a entender que es normal enojarse e irritarse de vez en cuando, incluso con las personas que queremos, sin que signifique que nos importan menos. Eso les ayudará a no sentirse culpables sólo por haberse enojado. Después puedes ayudarlos a encontrar maneras positivas de expresar sus sentimientos y solventar sus diferencias.
Escucha sus quejas y reconoce lo que les preocupa
El consejo más importante que se les da a los padres es escuchar las quejas contra los hermanos y no desecharlas sin más. "Lo mejor que puedes hacer es escuchar a cada hijo con respeto y luego animarlos a que se escuchen entre sí".
Simplemente escuchar al niño cuando dice que siente envidia, o está enojado o dolido con su hermano reduce su resentimiento porque se da cuenta de que lo estás apoyando. No tienes que estar de acuerdo con él. Tu papel es el de un mediador sereno que escucha la versión de cada hermano y hace que ambos se sientan comprendidos.
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