Es una realidad palpante que los videojuegos han ganado espacio en nuestra sociedad y en nuestro hogar, convirtiéndose en una actividad favorita en el tiempo libre de los niños.
Partiendo de que cada familia tiene sus propios hábitos, reglas y normas de convivencia, consideramos que es responsabilidad de los padres y/o adultos, establecer ciertos límites entre nuestro hijo y los videojuegos:
1. Evitar que estos sean el eje central de sus actividades cotidianas.
2. Establecer un límite de tiempo para su uso, se sugiere entre 45 a 60 minutos por día.
3. Negociar un horario, donde se priorice actividades y responsabilidades.
4. Evite instalar los videojuegos y computadoras en la habitación de su hijo.
5. Involucrarnos con sus intereses. Supervisar y orientar el tipo de juego que selecciona.
6. Cuando acabe su tiempo de jugar, sugiérale otras actividades.
El rol de los padres es equilibrar el tiempo de los videojuegos con otras alternativas, que sean igual de interesantes y desafiantes, así logrará un desarrollo integral y armónico.
Propóngale:
•Ir de paseo al campo o al parque y andar en bicicleta.
•Cocinar juntos un domingo.
•Disfrutar de noches de juegos de mesa e ingenio, donde priorice la calidez de una charla y de mirarse cara a cara.
•Tocar instrumentos
•Escuchar música. Leer libros.
•Coleccionar de su interés.
•Ayudar a ordenar la casa, lavar el auto, pasear a la mascota, regar el jardín.
Con una actitud positiva y límites claros con amor, podemos lograr este equilibrio, el mismo que debe empezar por nosotros mismos, ya que somos el primer ejemplo para nuestros hijos.
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