Los beneficios de enseñar a nuestros hijos desde pequeños a hablar en público, son numerosos: elevar la autoestima, vencer la timidez, mejorar la capacidad de hablar en público y desarrollar todas las potencialidades expresivas de los más pequeños. "No hay nada tan increíble que la oratoria no pueda volverlo aceptable".
Por ello, es bueno comenzar por: la motivación oral (dinámicas), que los ayude a relajarse. Superar el miedo escénico y técnicas de relajación y desinhibición, que les dé más confianza en sí mismos.
Practicar técnicas para incentivar la creatividad temática, expresión oral. Además de estructurar temas, que surjan de sus propias necesidades, que ellos dominen.
Exposición de cuentos, fábulas, poemas, etc. que como padres se las podamos otorgar, para que ejerciten su elocución. Y por último, la dinámica grupal- juegos de roles, primero el espectador, luego el orador y viceversa.
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