¿No sabes si a ceptar o no la invitación de ese chico que tanto te gusta y que finalmente decidió llevarte al cine? Quizá tu sexto sentido te dice que ese no es el momento indicado, aunque exactamente no sabes por qué.
¿Serán nuestros miedos o deseos los que se manifiestan antes de decidirnos a hacer algo? ¿Existe realmente lo que conocemos como intuición femenina?
La respuesta no es tan sencilla. Por ejemplo, Angad Kaur, coordinadora General del Centro Prana e instructora de yoga kundalini y yoga flow, está convencida de que el desarrollo del sexto sentido en la mujer es una realidad.
Según la humanología, que es la ciencia yóguica, tenemos unos vórtices de energía llamados chakras. “Estos son centros psíquico-energéticos que generan, acumulan, transforman y distribuyen el Prana, que es la energía vital”, explica.
Hay numerosos chakras. Los más importantes son siete y entre ellos está el sexto chakra, llamado Ajña. Se localiza en medio del entrecejo (entre los ojos, arriba de la nariz) y cuando está activado, la persona tiene mayor intuición. “Aporta a la persona conciencia cósmica y una visión clara de lo visible y lo invisible”.
Para activar este centro energético se debe respirar conscientemente, focalizando la atención visual en el entrecejo y practicando una respiración larga y profunda. Este ejercicio también permite desarrollar el lóbulo frontal del cerebro que, al activarse, coadyuva a también a la mejor formación de la mente ejecutiva. “Es decir, la que ejecuta y apoya en la realización de los objetivos que cada quién se propone”, explica Kaur.
Antes de continuar, es necesario hacer una distinción entre la fisiología del cerebro femenino y el masculino. “Estudios realizados han demostrado que la mujer ,desde que nace, tiene más desarrollado el lado derecho del cerebro, y a eso se debe que tenga mayor sensibilidad e intuición que los hombres”, asegura la experta.
El hombre, por el contrario, tiene más desarrollado el lado izquierdo del cerebro y esto hace que sea más analítico y le resulte mucho más fácil entender un mapa o un plano.
“El sexto sentido es un regalo que tenemos las mujeres, porque cada que éste nos avizora del peligro o de la oportunidad debemos escuchar y dejarnos guiar por él”, sugiere Angad Kaur.
Lenguaje diferenciado
Más que la existencia de un sentido exclusivo femenino, el psicólogo Óscar Urzagasti, considera que esto tiene que ver con las diferencias entre los hombres y mujeres, que, entre otros, hemos sido entrenados para entender dos tipos de lenguaje: el verbal y el analógico.
Las mujeres tienen más capacidad de entender mejor ciertas situaciones que para un varón pueden pasar desapercibidas. “Las damas son más sensibles, susceptibles y perciben mejor las cosas, debido a que tienen un lenguaje diferenciado al que poseen los hombres y, para encontrar una respuesta al punto de conflicto, ellas hacen caso a su sexto sentido”, dice el experto.
“La intuición constituye la percepción íntima e inmediata de una verdad que se nos aparece como evidente”, publica por su parte la página www.entremujeres.com.
Este sitio web explica que la intuición es la facultad de comprender las cosas de manera instantánea, sin necesidad de que medie el razonamiento. Su enorme poder reside en la velocidad con la que nos transmite la información, acumulada por años de experiencia. “La manifestación de esta cualidad se relaciona con el área de las emociones. Éstas son alteraciones del ánimo, intensas y pasajeras, que nos indican la presencia de algo que, por alguna razón, nos interesa o afecta. Siempre surgen como reacción a una evaluación automática que hacemos de lo que nos pasa, y van acompañadas por cierta conmoción somática”.
Para los estudiosos de este tema, los sentimientos juegan un rol fundamental a la hora de tomar decisiones en la vida, ya que éstas no sólo requieren racionalidad, sino que exigen la presencia de sensaciones viscerales (actitud de expresar algo muy íntimo), que son indicadoras de la sabiduría emocional acumulada por las propias experiencias pasadas.
Gestos y señales
Esta capacidad especial de percepción que las mujeres, por genética y educación tienen más desarrollada que los hombres, les permite ser más persuasivas para entender por qué su hijo adolescente tiene una cara de tristeza o cuál es la razón para que su bebé llore. Desde pequeñas han sido educadas por sus mismas madres para entender gestos y señales y, por tanto, estar pendientes de quienes las rodean. Esto facilita adelantarse a las cosas.
Pueden equivocarse
Existe un margen de equivocación cuando una mujer intuye algo, aunque por lo general acierta. Es muy normal escucharlas llamarse a si mismas ‘brujas’ porque adivinan lo que va a pasar o está pasando en determinada circunstancia. Por eso las mamás son mucho más persuasivas con sus hijos, pues tienen de su lado a la experiencia.
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