jueves, 17 de enero de 2013

¿Pasar el mal rato a sostener el enojo?



Ha pasado media hora desde que, por algún motivo, él te saco de los cabales. Ya sea porque se quedó mirando a esa aspirante a Barbie que cruzaba la calle, porque una vez más dejó la pasta de dientes sin tapar o porque no llamó ni texteó en todo el día, tú decides cantarle sus cuatro verdades y, en cuanto lo ves, arrinconas al pobre desgraciado, quien, desde luego, ni se la esperaba.

Ante el ataque inesperado, el caballero hace todo para quitarte el enojo: ofrecerte un masaje, abrazarte y besarte tras la oreja, invitarte a salir o lavar la vajilla, pero tú estás como Shakira (bruta, ciega, sordomuda, torpe, terca, testaruda, loba y rabiosa) y tienes decidido mantenerte así hasta el próximo Halloween para que el canalla pague con creces por su fechoría.

Pues bueno, resulta que yo estoy en las mismas (esperando el perdón de mi amado). Por eso cito algunos motivos por los que creo que deberían apiadarse de nosotros y acortarnos la sentencia.

El orgullo no te da besitos. Si están enojados, él no tendrá tus abrazos, besos y caricias, pero tú tampoco, y si están juntos, seguro es porque ambos disfrutan de ellos. ¿Verdad?

El mejor sexo es el de reconciliación. ¿Necesito explicarme? Ya mostraste tu punto. Alargar el enojo no demostrará nada más que lo que ya está demostrado. Alargar el martirio no dará beneficio.

Podrías estar equivocándote. Quizá, y sólo quizás, tú te estés equivocando y la explicación que te dio sea válida. Es decir, puede que te estés rompiendo en dos sacudiendo un tapete limpio.

Guárdate el berrinche mayor para causas que valgan la pena. Porque hay que medir el drama, mi hija. Guárdate las escenas de novela para cuando llegue borracho a las 03.00, olvide un compromiso importante o lo encuentres charlando amenamente con Lucy la Resbalusi. De otro modo, si la reta es la misma, él pensará que mandarse una grande tiene el mismo castigo que dejar la pasta de dientes sin tapar.

Guardar rencor es como tomar veneno y esperar que el otro se muera. Te haces daño, querida. Mantener la ira genera un montón de eventos dentro tuyo que además de envejecerte prematuramente, podría causarte dolores de cabeza, estrés, gastritis y problemas de presión sanguínea, entre otras cosas.

El mejor sexo es el de reconciliación. Lo repito sólo por si no lo leíste más arriba.

No somos perfectos. Él tiene sus errores, como seguramente tú tienes los tuyos, y tus manías, hábitos y defectos. Las mujeres, a veces, son más expresivas y dicen lo que sienten, mientras que los hombres, muchas veces, solamente callamos. Muestra cuán grande eres. El perdonarlo y dejar el evento atrás mostrará tu capacidad para superar los malos ratos y retornar a la normalidad. Esto es algo que él valorará mucho y seguro lo llevará a pensar que eres la persona que quiere a su lado por el resto de sus días.Piénsalo, amiga mía. Agranda las virtudes y achica los defectos, así los dos serán un poco más felices.

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