lunes, 14 de enero de 2013

Relaciones sexuales, a prueba de hijos

Las relaciones sexuales para Mariela pasaron a un segundo plano después de que nacieron sus gemelos. No tenía a alguien que la ayude en la atención de los pequeños y al final del día, cuando su esposo llegaba del trabajo, estaba tan agotada que no tenía aliento ni ganas para dedicarle a él un poco de tiempo. Eso fue generando malestar entre ambos y deteriorando su matrimonio. Finalmente terminaron separándose.

El sexo es uno de los ingredientes más importantes para mantener viva la llama del amor, asegura la sexóloga Liliana Zabala. Por ello es necesario que las mujeres dejen de lado, en algunos momentos, su rol de madres y ejerzan también su papel de esposa, agrega.

Un templo del amor
“Ambos deben tener bien claro que los hijos son hijos, que la pareja es pareja y no es bueno descuidar la relación con el cónyuge. Además, los niños deben saber que el dormitorio de sus papás es un ‘templo del amor’, un lugar sagrado donde no pueden entrar cuando ellos lo deseen”, señala la terapeuta sexual.

Similar es el criterio de la sexóloga clínica Carolina Rivero. Afirma que el tema de la intimidad lo tiene que ir marcando la pareja con los chicos oportunamente. Los hijos, prosigue, tienen que aprender que sus progenitores necesitan estar a solas y que el dormitorio de ellos es precisamente eso: de sus padres y no un lugar más de juego o donde pueden quedarse a comer o a dormir cuando les plazca.
“Muchos padres no terminan de ‘despachar’ a sus hijos a sus respectivas habitaciones. Hay casos de parejas que tienen niños de tres o hasta cuatro años que siguen durmiendo con los papás. Eso no es tener una intimidad”, remarca Rivero.

Pasar tiempo solos
El médico sexólogo Herland Roca Chaar, aconseja a las parejas que no tienen condiciones para tener intimidad en sus casas que envíen a sus hijos a la casa de los abuelos, por lo menos una vez a la semana, mejor si son dos, para que pasen un tiempo solos y disfruten de las relaciones sexuales, sin estar preocupados ni ser molestados por los pequeños.

Ejerciten el sexo
Aunque parezca muy obvio, dice Roca, “tengan sexo, ya que este genera más sexo. Es como el ejercicio, mientras más se lo practica, más activos van a estar”.
La comunicación, añade, es la mejor herramienta para evitar las discusiones. Es menester que la pareja dialogue acerca de la crianza de los hijos, de las responsabilidades en la atención de ellos y sobre las relaciones sexuales, que son tan necesarias para que el fuego de la pasión no se apague.

Darse escapadas
Los sicólogos coinciden en afirmar que las parejas deben cortejarse como cuando eran novios. Es necesario, cada cierto tiempo, tener una cita con una velada romántica, a la luz de las velas. Si no pueden pagar un buen restaurante, preparen algo en casa y pasen una noche solos, sin los hijos, aconseja Zabala.
“Lo ideal es salir de la casa e irse a un lugar reservado (motel) para gozar de su intimidad, alejado de los niños. La pareja debe tener en cuenta que el buen sexo es tan necesario para gozar de una vida saludable como lo es una dieta sana”, explica.
Otro consejo que da la terapeuta es que no dejen a los hijos dormir en la cama de los progenitores porque no solo se interponen en el horario para las relaciones sexuales, sino porque también se trata de una intromisión a la intimidad y a la separación que los padres precisan tener de sus hijos.
Carolina Rivero sugiere darse unas escapadas para salir del ciclo rutinario y mantener el espíritu de la conquista. A veces la pareja piensa que porque ya están casados no tiene sentido seguir con el proceso del cortejo. “Nada está más lejos de la realidad”, indica.

Sí a los detalles
El hecho de tener detalles el uno con el otro hace que exista una especie de código secreto entre ambos, lo que promueve una intimidad emocional que facilitará un encuentro sexual próximo, remarca Rivero. Darse abrazos y besos apasionados en cualquier momento del día hace que la química entre los cónyuges se acople, los hace sentirse amados y eso es vital para una buena relación de pareja, explica la especialista.
“Si puedo salir temprano del trabajo y sé que en la casa no hay nadie, el terreno es propicio para un encuentro ‘inesperado’, aunque tengamos 15 años de casados. Además, salirse de la rutina sexual es muy saludable y recomendable. Antes de buscar otra pareja, es mejor explorar juntos otras maneras de un sexo saludable y absolutamente placentero”, sostiene la sexóloga.

Un tema considerado tabú
Para la sicóloga Maricel Córdoba, las parejas dejan de disfrutar de su vida sexual después de la llegada de los hijos. Considera que este es un tema que aún se considera como un tabú, ya que puede despertar sentimientos de culpa, sobre todo en la madre, por el hecho de pensar de que la llagada de un nuevo miembro a la familia podría causar algún tipo de trastorno en la convivencia de los cónyuges.
Hace hincapié en que todos los estudios demuestran que la mujer se preocupa en exceso por sus hijos, al punto de que hasta llega a perder el interés por su pareja, convenciéndose de que su retoño es lo primero para ella.
“No olvidemos que en miles de ocasiones el hombre provoca en la mujer algún tipo de angustia, sobre todo en la gestación, causando un sentimiento de soledad por abandono o también por infidelidad, el estrés sicosomático y muchas otras causas, que no permiten ver a la pareja con el mismo entusiasmo que cuando eran novios”, puntualiza.

No siempre los hijos son los responsables
En este sentido, prosigue Córdoba, no siempre los hijos son responsables del distanciamiento que se crea entre los esposos, porque si hay alguna responsabilidad esta gira en torno a la pareja.
Un claro ejemplo es que el hombre pierde atracción hacia su mujer y prefiere estar con amigos o fuera de la casa por más tiempo del indicado. En la etapa de gestación, un 80% de las mujeres pierden sus deseos sexuales y la mayoría se siente muy limitada en todo sentido “Esta es la primera etapa de la pérdida de la atracción sexual y el disfrute en la pareja”, apunta.

¿Un escape para la mujer?
Después de la etapa de gestación, la llegada de un bebé tiene otras connotaciones, dice la sicoanalista Córdoba, las cuales se reflejan más en el hombre, dado que él se siente abandonado. “No hay que olvidar que para que el hombre se sienta feliz, es primordial contar con la debida atención. Por lo tanto, cuando le falta un poco de cuidado y consideración, es como si se sintiera huérfano”, explica.
Dicha situación es casi el 70% en una relación de pareja, pero se incrementan aún más los problemas cuando la llegada de un hijo se convierte en un escape para la madre, al centrar toda su atención en el pequeño, abandonando al esposo.
Esta situación no debe pasar en la relación de pareja, coinciden los especialistas, ya que cuando la esposa desatiende a su cónyuge surgen los problemas que muchas veces acaban en separaciones.

Para mejorar la vida en pareja

La sicóloga Maricel Córdoba brinda algunas claves para disfrutar de una vida sexual plena en la pareja, pese a tener hijos pequeños:
Cambien de ambiente. Ir a disfrutar del amor en otro espacio relajado es una buena idea para una pareja víctima de la monotonía.
Juegue a un rencuentro. Comportarse como adolescentes en muchas ocasiones es bueno. Ir de viaje o hacer cosas que solo las hacían de novios, también es una idea que les ayudará a rencontrarse.
Saque sus miedos y vergüenzas, sobre todo ellas. Al tener una pareja también hay libertad para ser uno mismo. Piensen solo en disfrutar. Dejar los prejuicios les ayudará a sentirse libres del temor. Al entregarse, intenten cosas nuevas, jueguen al erotismo.

No haga de su vida un cúmulo de exigencias . No critique todo el tiempo a su pareja, tengan paz interior para que en su casa también la encuentre y así tener momentos de amistad, sexo y pasión con su esposa o esposo.
Aprender a amarnos. Es no tener que pensar en cómo me ven, sino cómo me acepto. Esto es una regla, te amas, te aman. No le tenga miedo a esos kilitos demás. Su pareja sabrá aceptarlo, ya saben que ha sido madre y lo que les importa es disfrutar al lado de la persona que aman.
No le den fuerza a las crisis. Todo momento difícil en la vida es pasajero, todos aprendemos de las experiencias y maduramos, lo mejor es que en estos momentos difíciles estén más unidos.

“Los chicos no nos dejan disfrutar de la intimidad”
Sebastián y Norma
ebastián y Norma tienen tres hijos y coinciden que luego del nacimiento de su primer hijo el sexo fue dejando de ser algo espontáneo, prioritario y pasó a un segundo plano en la lista de ‘pendientes’.
Cuentan que no pueden disfrutar de su intimidad como quisieran porque sus hijos todavía están pequeños y cuando su esposa los acuesta a dormir, ella está tan agotada que solo quiere descansar y lo último en lo que piensa es en sexo.
Por este motivo él incluso llegó a tener un desliz amoroso, ya que sentía que estaba siendo abandonado por su esposa, que se dedicó más a ser madre que la mujer que él necesitaba.
Después de ese episodio, quisieron salvar su matrimonio y buscaron la ayuda de un terapeuta sexual para que los oriente sobre cómo lidiar con los hijos y la relación de pareja. Hoy están recibiendo apoyo para resolver su situación.

“El sexo es primordial en el matrimonio”
Francisco y Narda
Tarde de la noche, luego de una jornada agotadora, estábamos con mi esposo haciendo el amor, cuando de pronto se abrió la puerta y apareció mi hija de siete años que al vernos salió corriendo asustada. Fue una situación bochornosa para mí. Mi esposo habló con ella para explicarle que papá y mamá se amaban y que la relación sexual es algo normal entre los esposos y que una próxima vez que quiera entrar al dormitorio, primero toque la puerta”, cuenta Narda.
Aunque hay cansancio por la atención de los hijos chicos, Sebastián y su esposa han optado por buscar siempre un momento para disfrutar de su intimidad, ya sea tarde de la noche o tempranito en la mañana. Ambos coinciden en que la relación sexual es algo sumamente importante en el matrimonio, razón por la que es primordial no descuidarla.

“Era difícil que tuviésemos una noche para los dos solos”

Leonardo y María Julia

Leonardo cuenta que la vida después de su primer hijo lo dejó no solamente sin conciliar el sueño, sino también sin sexo. Luego, cuando ya pensaba que iba a descansar más y a disfrutar un poco más de la intimidad con su esposa, vino el segundo embarazo.

“Era difícil que mi esposa y yo tuviésemos una noche para los dos solos. No podíamos llegar a las relaciones sexuales porque cuando estábamos en el preámbulo, uno de mis hijos lloraba o el otro venía y nos tocaba la puerta porque quería algo y quedábamos a medias. Eso fue desgastando nuestra relación, dando lugar a la ira y a la indiferencia hasta que decidimos hacer algo y buscar un momento para estar solos”, cuenta.
Desde hace unos años, Leonardo y María Julia se escapan los viernes o sábados y tienen una velada romántica que acaba en un lugar reservado.

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