Déjate acariciar

Caricias con compresión, aceites de aromaterapia y música relajante… sumérgete en un oasis de bienestar con masajes terapéuticos.

El masaje es un arte y una ciencia y probablemente la herramienta terapéutica más antigua que el ser humano utilizó como recurso natural contra el dolor. Desde su origen, el masaje ha evolucionado bastante y hoy existen distintos tipos de masaje que ofrecen beneficios específicos. Sea cual fuere, el masaje clásico terapéutico es la principal base de los demás y actúa sobre músculos, piel, tejidos conjuntivos y es eficaz para tratar síntomas de enfermedades del aparato circulatorio, dolores musculares y de las articulaciones, entre otros.

Además de combatir el estrés y relajar la mente, el masaje envía oxígeno a los tejidos, activa la circulación, tonifica los músculos, alivia o reduce el dolor, optimiza la conciencia sensorial, proporciona relajación y bienestar y es energizante.

“El masaje tiene mucho beneficios, calma las emociones, alivia el estrés y la depresión, mejora el sueño y la conciencia del cuerpo, sana tejidos dañados, mejora la recuperación de lesiones deportivas u otras, mejora el sistema inmune y alivia el dolor de manera natural”, explica Jessie Maguire, terapeuta masajista, especialista en masaje curativo y deportivo en Mundo Pilates. La especialista ofrece masajes deportivos, (que mejoran el rendimiento atlético y las lesiones deportivas) remediales y de tejido profundo, diseñados para aliviar la tensión severa en los músculos y el tejido conectivo o fascia. Y es que nuestros músculos a diario son sometidos a esfuerzos físicos que causan dolor, rigidez e incluso espasmos musculares.

Por otro lado, el masaje es ideal para problemas de dolor crónico de cuello, cabeza, hombros y problemas con la espalda.

“Cada masaje es personalizado y hecho a la medida de cada individuo. Si te sientes estresada el masaje será relajante; si estás con dolor concentraré el masaje en los músculos que pueden estar causando el problema.

También aplico aceites de aromaterapia para complementar el masaje y lograr una experiencia exquisita y aún más lujosa”, dice la experta. Y lo podemos afirmar, pues no existe terapia para el bienestar tan placentera como el masaje, una forma exclusiva de aliviar el estrés y frenar el ritmo de vida. Solo una hora ayuda a mimar el cuerpo, la mente y el espíritu.



Olvídate del estrés



“Las personas hoy sufren de más estrés, ya sea por la presión del trabajo o los malabares que realizan con sus compromisos y responsabilidades”, dice Jessie. El estrés causa estragos en nuestro cuerpo: está claro que lleva a la frustración y depresión, sin mencionar los problemas de salud que trae como dolores de cabeza, problemas de la piel, insomnio, ulcera, presión sanguínea, enfermedades coronarias, entre otros.



El masaje es una terapia holística beneficiosa para la salud y que ofrece una experiencia relajante que rejuvenece mente y cuerpo. Con ella le puedes decir adiós al cansancio y al estrés y sacarle el máximo partido a tu tiempo para encontrar el equilibrio, relajarte y aliviar las tensiones acumuladas.



“El masaje es un remedio efectivo, seguro y natural para tales problemas; activa la segregación de endorfinas (químicos que nos hacen sentir bien) y alivia rápidamente los síntomas del estrés, previniendo efectos secundarios de esta condición como dolores de cabeza, nausea, fatiga, sistema inmune débil, etc.”, explica Jessie y agrega que un masaje a la semana es altamente recomendado para quienes sufren de estrés o ansiedad crónica. El masaje también ayuda a la respuesta del cuerpo ante el estrés al disminuir los niveles de hormonas del estrés, como el cortisol.



Un hábito saludable



“El masaje deportivo o de tejido profundo es una terapia desconocida en Bolivia, lo que es una lástima, pero esto cambiara con el tiempo”, asegura la terapeuta.



“El masaje en sí es una terapia, simple, natural y agradable, sin efectos secundarios o aspectos negativos. Muchos reyes, reinas y personas de estatus elevado alrededor del mundo han disfrutado de masajes por esta clara razón. Es de los hábitos más lujosos y saludables que todos hoy podemos implementar en nuestro estilo de vida”, aconseja Maguire.

Tu espalda

El dolor de espalda es de lo más común; 8 de 10 personas experimentan dolores o espasmos de espalda alguna vez en su vida. “El dolor de espalda es muy común. Muchas personas sufren de dolor de espalda agudo o crónico en algún punto de su vida, lo que puede ser a causa de la hernia de disco, mala postura, estar sentados mucho tiempo, escoliosis, músculos débiles o accidentes y traumas. Es una condición que resulta incómoda y dolorosa”, dice la terapeuta.

Un estudio demostró que el masaje mejora los síntomas del dolor de la espalda baja. En el estudio publicado, 400 personas con dolor de espalda común crónico fueron reclutados. Sus dolores eran resultado de malos movimientos musculares o de la tensión acumulada luego de estar sentados frente a la computadora por mucho tiempo, algo que todos podemos experimentar.

Los participantes en el estudio fueron asignados en tres diferentes grupos de tratamiento: uno tenía masaje de relajación, otro incluía masaje estructural (parecido a la terapia física y que se enfoca en áreas problemáticas) y el tercer grupo seguía el tratamiento recetado por el médico, que incluía medicamentos, ejercicios de espalda, yoga u otra terapias; todo menos masaje. Los dos grupos que recibieron masaje una vez por semana, por al menos una hora, reportaron una sustancial mejora luego de diez semanas.

“Desafortunadamente, muchos de nosotros no podemos evitar trabajar en una computadora a diario o hacer tareas que nos pueden dañar la espalda. Pero el masaje reduce y previene los dolores de espalda. Junto a un masaje, la práctica regular de pilates, yoga o estiramientos, es efectiva para manejar el dolor y los problemas posturales causados por hábitos ocupacionales o actividades”, explica Jessie para añadir que ayuda a mejorar la postura.



QUICKIE

Combate el Síndrome Premenstrual ingiriendo grasas saludables (palta, salmón, nueces y aceite de oliva), vitamina B (carne, lentejas, espinaca y granos enteros) y alimentos ricos en calcio.