Ella está con la nariz más roja que la de Rodolfo el reno, bota pegajosas flemas, no se ha bañado en días y, para rematar, necesita imperiosamente un beso. Lo que se anuncia como un conflicto amoroso puede servir más bien para mostrar tu lado más tierno. ¿Te animas a intentarlo?
“Cuando una está enferma está más vulnerable; se siente fea, gorda, inútil y sólo quiere cariños”, admite Dayana. En días como éstos, una mujer —al igual que un hombre— necesita reafirmar eso de “estaremos juntos en la salud y la enfermedad”.
Si tu amor cae enferma en cama, concéntrate en no estar ni tan cerca que te queme ni tan lejos que te enfríe. “A mí me gusta que me atiendan en el sentido de que me pasen una que otra taza de té caliente y/o me compre algún medicamento, pues no puedo salir”, dice Sofía. “Por lo mismo, no me gusta que él esté encima mío para hacerme cariños. Quiero que me cuide, pero sin exagerar”.
Eso sería lo ideal, pero depende de cada fémina. Para algunas, por ejemplo, el tema de las medicinas es casi afrodisíaco. “A mí me gusta que sean atentos con los medicamentos, las tazas de antigripal caliente y ¡amo que me den vitamina C!”, confiesa Melina. “El marido/novio, que no tengo, debería ser médico, o al menos convencerme de llevarme a uno, porque me pongo hipocondríaca”, confiesa por su parte Maya.
Ante tantos requerimientos, el contacto físico es la clave. Llévale a la cama todo lo necesario antes de dormir y, en vez de irte, acurrúcate a su lado hasta que se duerma. Un piropo sutil —como “hasta enfermita te ves hermosa”— tendrá el efecto deseado. No te hagas al gracioso —“Como estás resfriada, me voy donde la vecina”—, que te irá muy mal.
“Mi esposo odia con su alma a los enfermos y virulentos. Si por él fuera, se va a dormir al sofá, porque cuando estoy con la nariz tapada, ronco como locomotora”, retrata Ana. “Nada más que el amor explicaría que, siendo así, me tenga paciencia y fastidie a cada rato para que tome mi antigripal. Aún así, le cuesta darme un beso hasta que se me pase la moquera, pero no importa”, sonríe. ¿Ve que el esfuerzo vale la pena?
Precauciones
Que tu novia se resfríe no quiere decir que te tenga que pasar a ti. Por ello, ante los mínimos síntomas, refuerza tu sistema inmunológico con vitaminas. No compartas ni los cubiertos ni la vajilla y eviten dormir juntos al menos por una noche.
Sol y ventilación
Si comparten casa, trata de mantenerla bien ventilada y abre todas las cortinas, recuerda que donde entra el sol no entra el doctor, pues se encarga de matar los gérmenes. Es importante que la temperatura media en tu hogar sea estable.
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