MAS QUE SEXO
“La riqueza de la relación sexual en los humanos es lo que caracteriza a nuestra especie. El acto sexual solo es una parte de nuestra sexualidad, plagada de fantasías y simbolizaciones. Un buen amante no es sinónimo de buen desempeño ni de potencia física, otros factores concurren para elevar la calidad de la trama sexual, como la seducción, el juego erótico y la imaginación recreativa. Pero hay aún algo más importante, el amor que ahora se lo entiende cómo una estrategia erótica y que demostró ser determinante en los procesos de salud sexual mental”, enfatiza Harb.
COSA DE DOS
El hombre no tiene porqué sufrir en silencio, no hablar sobre la EP solo aumenta la ansiedad, lo que afecta aún más la disfunción sexual. “La comunicación es vital en materia sexual y erótica. Muchas parejas se ayudan a sí mismas con el contacto comunicacional. Si esto no fuera suficiente la información disponible podría ser importante, al menos para avanzar en la comprensión del trastorno y acudir con ciertas ventajas a la consejería sexual o la terapia”, explica Harb. Como parte del tratamiento, hay ciertas prácticas que puede realizar la pareja, como las técnicas para retardar la eyaculación. Harb sugiere que el eyaculador precoz y su pareja profundicen en lo que se llama protocolo erótico, que involucra caricias y devaneos preliminares, “obligándose a pequeñas pausas y luego penetrar y sacar repetidamente para que “corte” la inminencia de la eyaculación”.
“Este ejercicio debe ser periódico y no estará exento de fracasos. Su persistencia educará o modificará los umbrales de control eyaculatorio del hombre y posibilitará un incremento de su resistencia. Pero insisto, lo correcto es trabajar con el profesional en el ambiente clínico adecuado. Cada uno reacciona de manera diferente y el manejo clínico es más complejo. Aunque cabe decir que éste trastorno es el que también, tiene los más altos registros de efectividad clínica”, aclara. Sin embargo, Harb enfatiza en la dinámica y la importancia de la relación de pareja.
“El amor no debe estar subordinado a la mayor o menor eficacia sexual. Se supone como algo menos pragmático, que más bien ayudará a mejorar un problema. Los tratamientos en sexoterapia son generalmente en pareja, por ello se pondera mucho la comunión de ambos, para tal efecto, en definitiva el padecimiento debe acercar a la pareja, no alejar”, dice.
“La riqueza de la relación sexual en los humanos es lo que caracteriza a nuestra especie. El acto sexual solo es una parte de nuestra sexualidad, plagada de fantasías y simbolizaciones. Un buen amante no es sinónimo de buen desempeño ni de potencia física, otros factores concurren para elevar la calidad de la trama sexual, como la seducción, el juego erótico y la imaginación recreativa. Pero hay aún algo más importante, el amor que ahora se lo entiende cómo una estrategia erótica y que demostró ser determinante en los procesos de salud sexual mental”.
TOP 3 DISFUNCIONES SEXUALES MASCULINAS
DESEO
Apatía sexual
“Últimamente él no quiere tener relaciones, no le interesa el contacto sexual ni nada relacionado al sexo”: éste puede ser un conflicto en la pareja. En el caso de ser así, la mujer piensa que el problema es ella o que podría existir una infidelidad por parte de él.
El deseo sexual inhibido, también denominado “apatía sexual” o “falta de deseo sexual”, hace referencia a aquellas personas que no tienen apetito sexual, que no se sienten atraídas por el sexo ni por la posibilidad de tener relaciones o conductas sexuales en general.
“El trastorno en la libido es la apatía sexual y sus causas más frecuentes son los procesos depresivos, la angustia sexual que los convierte en evitadores y/o dificultades para experimentar los procesos de la sensación subjetiva de la excitación”, afirma Harb.
Se puede distinguir entre distintas clasificaciones. “Las más comunes son el deseo sexual hipoactivo primario, donde nunca se llega a desarrollar plenamente el deseo sexual, relacionado generalmente a procesos de enfermedades degenerativas; y el deseo sexual hipoactivo parcial, de origen psicológico, como la angustia del desempeño sexual, el bloqueo de percepciones o conflictos con la dinámica de pareja. Existe también el deseo sexual inhibido o selectivo que básicamente es de carácter vinculativo, donde la persona selecciona inconscientemente su erotismo”, explica.
Se puede decir que en la mayoría de los casos los problemas no implican causas fisiológicas, sino psicológicas, como baja autoestima, estados depresivos, pobre autoimagen, ansiedad, historia de abusos sexuales o mala relación de pareja.
Por último, el aburrimiento sexual puede tener cierto efecto en la falta de deseo.
La apatía sexual genera susceptibilidades en la pareja y lleva a la mujer a pensar “ya no me desea” o a preguntarse si “habrá otra mujer”. “Son preguntas que rondan. Se trata de un trastorno real, que se hará cada vez más complejo de manejar. Generalmente su progresión sin tratamiento puede conducir a otros padecimientos, como la disfunción eréctil”, aclara Harb.
EXCITACIÓN
Disfunción eréctil
En la vida de un hombre puede llegar el momento que “su mejor amigo” le falle. Éste es quizá el momento en la que la autoestima masculina está más vulnerable. Aunque puede decirse con seguridad que todo hombre, en algún momento, experimentó dificultades para mantener una erección, (que puede suceder por muchas razones, desde el exceso de alcohol al extremo cansancio) no quiere decir que sufra una disfunción eréctil (DE). Quien dice que nunca falló, miente. Una simple preocupación o distracción en el momento de máxima tensión son suficientes para provocar la pérdida del mecanismo productor de la erección.
“La defunción eréctil es una preocupación recurrente en todos los hombres porque destruye parejas y ha llevado a situaciones extremas a quienes la padecen por considerarse una minusvalía e incompetencia no tolerada socialmente, a diferencia de otras”, expresa el sexólogo.
Sus características son parciales o totales, es decir, el hombre puede lograr la erección pero no sostenerla como para completar el coito y satisfacer a su pareja; o definitivamente no tener erección, con lo que es imposible penetrar e inclusive procrear sin ayuda técnica.
“Existen algunas particularidades. Por ejemplo, el padecimiento puede ser selectivo, es decir disfuncional con determinada pareja y con otra no, o situacional, que ocurre bajo determinadas condiciones no manejables para el sujeto, como intimidad vulnerada, humillación o angustia de desempeño”, explica Harb.
“En este padecimiento es donde más combinan las causas físicas y psicológicas. Varios pacientes con causas biológicas como la hiperprolactinemia (aumento de los niveles de la hormona prolactina) o lesiones orgánicas reversibles terminan con procesos de angustia o deterioro afectivo que después se convierten en la mayor de las causas”, aclara.
Expertos afirman que los factores psicológicos, como el estrés, la ansiedad, la culpa, la depresión, una baja autoestima y el miedo a no desempeñarse bien en el coito, causan del 10 al 20 por ciento de los casos de DE. Y a la inversa, los hombres con una causa física de DE a menudo experimentan el mismo tipo de reacciones psicológicas (estrés, ansiedad, culpa...), lo que puede agravar el problema si no es tratado.
La principal causa orgánica de la disfunción eréctil es vascular. Enfermedades como diabetes, alcoholismo crónico, esclerosis múltiple, arteriosclerosis, enfermedad vascular y neurológica, entre otras, son responsables de alrededor del 70 por ciento de los casos.
Sin embargo, en el caso de la DE, los factores relacionados a la edad juegan un papel importante. “Estadísticamente la cantidad de hombres jóvenes que la padecen es bajo y se incrementa con el avance de la edad, que por cierto no recurren con tanta urgencia al terapeuta sexual por razones obvias”, expresa Harb. “Mitos y expectativas culturales de la sexualidad masculina han impedido a muchos hombres a buscar ayuda para un trastorno que, en la mayoría de los casos, se cura con un tratamiento relativamente sencillo”, aclara. Aunque, gran parte de los hombres afectados son mayores, si el hombre es joven éste “debe someterse a un balance clínico integral y acudir a tratamiento antes de que el padecimiento sea crónico o de larga data”, enfatiza.
ORGASMO
Eyaculación precoz
¿El final llega cuando tú recién estás arrancando? Muchos hombres con una vida sexual plena experimentan un problema cuando llega el momento del orgasmo: llegan al climax muy pronto. La ciencia tiene un nombre para este problema: eyaculación precoz (EP). Se cree que entre 20 y 30 por ciento de los hombres la experimenta y muchos de ellos hacen de todo para durar más en la cama. Sin embargo, es difícil saber su incidencia, y es que muchos expertos en el tema aún no llegan a una definición clara. El Dr. Marcel D. Waldinger, neuropsiquiatra y experto mundial en disfunción sexual, afirma que es la disfunción sexual más frecuente.
“La eyaculación precoz es el padecimiento más frecuente en la consulta clínica en nuestro medio, pues tiene componentes culturales y educativos sobre nuestra sexualidad”, dice Harb.
Te estarás preguntado, ¿cuánto tiempo es considerado normal en la cama? Antes que nada, el término “normal” no se aplica en sexología, y aunque el hombre promedio dura alrededor de seis minutos, en ocasiones puede durar 3 minutos y en otras 20.
“El tiempo estadísticamente promedio para un acto coital oscila entre tres y 15 minutos, pero esto sólo es referencial. Los eyaculadores precoces que están por debajo de esta referencia sufren de una incontinencia del reflejo eyaculatorio, que al ser un reflejo se puede retrasar y “controlar” de alguna manera, eso es lo que se logra con las maniobras terapéuticas”, explica el especialista. Sin embargo, el problema en la EP es la “P”, y es que el término “precoz” es cuestión de perspectiva.
“Podemos ilustrar diciendo que los tiempos “ideales” de duración son relativos, como el tamaño del pene,- para algunos será suficiente y para otros no-, muchos eyaculadores precoces no son identificados como pacientes porque su pareja se adaptó a sus tiempos. Salvo en casos severos, donde ni siquiera logra controlarse para la penetración”, asegura Harb.
Waldinger aclara que muchos hombres que aseguran tener EP no están satisfechos con su “performance” sexual. Estos hombres pueden tener problemas psicológicos, culturales o de relaciones… pero no físicos. En un estudio realizado por Waldinger, se dio minuteros a 500 parejas en cinco países diferentes y se les pidió que tomen tiempo de sus relaciones sexuales. Luego de un mes el experto preguntó si estaban satisfechos con la duración de la relación sexual. Casi el 40 por ciento dijo que no. Cuando se les preguntó si tomarían alguna medicación que les haga durar más, el 23 por ciento dijo que sí. Los hombres que querían la “pastillita” duraban en promedio 4.9 minutos (lo que nos constituye un problema) y el promedio para los 474 hombres en el estudio era de seis minutos. “No hay nada malo medicamente con muchos hombres, pero ellos piensan que tienen EP”, aseguró Waldinger.
Existen hombres (y las mujeres somos testigos de ello) que tienen una fijación con el tiempo. Y es que somos influidos por factores externos y mensajes socio culturales; existe una expectativa cultural de “cómo” debe ser el hombre en la cama, lo que está mal pues cada mujer, hombre y pareja es un universo diferente y único, y no existen reglas en la sexualidad. “El eyaculador precoz es víctima en gran medida de las conductas y patrones colectivos de su ambiente cultural; su perfil es básicamente machista y autoritario sexualmente. Un proceso de reelaboración será importante para modificar su respuesta inoportuna e indeseable para él y su pareja”, enfatiza José Luis. Y esta reelaboración es fundamental, pues muchos pueden creer que un factor esencial en el placer sexual es el tiempo, pero no podrían estar más equivocados.
M conversó con un grupo de mujeres y para todas ellas el tiempo no es importante. “No queremos que nuestra pareja se pase la relación sexual pensando en “no llegar” o durar veinte minutos mínimo… el sexo no trata de eso”, expresa Carolina.
Por otro lado, ellas confesaron que el juego previo es fundamental y la estimulación clitorial es “súper importante” a la hora del placer. “La verdad es que ni cuenta nos damos del tiempo que dura la relación sexual”, dijo Mónica de 28 años, quién afirma que lo principal para ella es “todo lo que viene antes del coito”, incluyendo el sexo oral.
En una encuesta a parejas realizada por el Archivo de Comportamiento Sexual, 24 por ciento de hombres decía que tenía un problema de EP, mientras que sólo el 10 por ciento de sus parejas estaba de acuerdo. Por otro lado, de los hombres que tenían una relación sexual con una duración mayor a seis minutos, sólo el 34 por ciento pensaba que era una relación sexual satisfactoria, mientras que el 82 por ciento de las mujeres decía que sus vidas sexuales estaban completamente bien. /
QUICKIE
1 hora de Yoga al día durante 12 semanas cuadriplica la duración del sexo, de 33 segundos a 1:52 minutos. Las mejores posiciones de Yoga son las que promueven la relajación y fortalecen los músculos pélvicos.
Los hombres que tienen más sexo, al menos una vez a la semana, tienen 50% menos probabilidad de desarrollar una disfunción eréctil en un futuro, comparando con hombres que tenían sexo menos de una vez por semana.
El sexo mantiene al miembro fuerte porque las erecciones oxigenan al pene. Bajos niveles de oxígeno pueden reducir la flexibilidad del mismo. El tabaco, la obesidad y la falta de ejercicio pueden llevar a disfunciones.
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