En ocasiones, las conductas no muestran sólo respeto o admiración por una persona, sino exageración y fanatismo por ella. Estos comportamientos, que no sólo se dan en jóvenes como muchas veces se piensa, han de reducirse y controlarse, ya que en caso contrario pueden resultar peligrosos.
Por otro lado, la exaltación excesiva es señal de falta de personalidad, baja autoestima. Es importante trabajar con los hijos estos aspectos y animarles a que la energía que gastan en ensalzar a otras personas la utilicen en trabajar por ellos. Un pequeño análisis, adaptado a la edad y grado de maduración del adolescente también puede ser muy enriquecedor.
Muchos son los que ponen todo su esfuerzo en ser famosos, queridos por los demás y se olvidan de algo más importante. ¿Se quieren ellos mismos?, ¿son buenas personas?, Son preguntas que todo el que se plantea destacar debería tener respondidas
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