Puede que estés consciente que las cosas no van bien pero no te atreves a afrontar la realidad. ¡Deja de engañarte! Aunque es cierto que toda relación es distinta, hay signos inequívocos de que una relación no va bien. ¿Estás en esa situación?
1 Dejan pasar el tiempo
Llegado el momento, uno de los dos habla de algún problema existente en la relación. A partir de ese punto, si ambas partes dejan que el problema “pase” sin afrontarlo, las posibilidades que la relación funcione son mínimas. “Siempre hablaba de las cosas que me molestaban, pero él evitaba el tema de conversación y nunca hizo el intento de cambiar. Al principio aguantas, pero después todo te molesta el doble”, confiesa Regina tras una relación de cinco años. Por otro lado, ambos deben estar comprometidos con la relación y con solucionar el problema. Si sólo eres tú la que toca el tema, pero él evita hablar del tema o afrontar el “issue”, la relación sólo puede empeorar hasta el punto que digas ¡basta! Si ha pasado un año y no hubo progreso alguno, es momento de salirte de la relación.
2 No comparten sus mundos
Si ya no pasan tiempo juntos, y sientes alivio por ello, es una señal que ya estás fuera de esa relación. Gran parte de una relación y matrimonio radica en “llenar las necesidades de la pareja” y asegurarte de que las tuyas también sean satisfechas. Es más complicado de lo que parece, pues es una danza de “dar y recibir” que dura toda la vida y que requiere constante comunicación y comprensión. Pero si tu pareja se rehúsa a escuchar lo que necesitas y no comparte sus propias necesidades, hay un problema. “Llegué a un punto en mi relación en el que no hablaba de mis cosas, no le contaba nada. Tuvo que pasar mucho tiempo para que me de cuenta que sólo hablábamos de cosas cotidianas, como quién debía recoger a los chicos o qué eventos habían”, cuenta Lorena, 10 años casada y ahora separada. Si sólo conversan sobre temas mundanos y no existe un intercambio íntimo y personal, es una pésima señal para la relación, especialmente si hablas con otras personas sobre tus temas personales… y si él hace lo mismo.
3 Ya no son un equipo
En las buenas relaciones ambos miembros de la pareja trabajan en equipo; desde la tarea de ser padres al apoyo profesional. Una pareja sana habla sobre sus ambiciones personales y se incentiva mutuamente para alcanzar sus metas. Sin embargo, si ambos empezaron a moverse en distintas órbitas, o si no están trabajando juntos en los temas del día a día, es una clara señal que la relación no está bien. Por otro lado, si él asume el rol de “padre protector” sobre ti o tú el de “madre mandona” sobre él, la relación debe cambiar… o mejor aún, terminar. En este punto, se puede decir que se acabó el respeto, uno de los aspectos más importantes de una relación saludable. Un caso típico es la pareja que es mandona con el otro y no deja que comparta sus opiniones o emociones (un típico tirano), haciendo que la pareja se sienta rechazada y humillada. Los matrimonios o relaciones que llegan a este punto son tóxicos. Al final cualquier conversación que se tiene es de ataque o de defensa.
4 No existen sensaciones
¿Recuerdas cuando pasabas semanas buscando el regalo perfecto para él? Mañana es su cumpleaños y él tuvo que recordártelo.
No le has comprado nada, por lo que recurrirás al típico libro o corbata. Es decir, no te importa alimentar la relación. Por otro lado, sientes apatía; nada te emociona, ni la cena romántica de aniversario ni el próximo viaje… nada con él te provoca ninguna emoción extraordinaria, ni esos mensajitos y detalles que te enamoraban cada vez más. Claro que es natural que la química sea mayor al principio, pero tampoco puedes estar totalmente apática ante las emociones del amor, pues una vida sin emociones con tu pareja puede llevarlos a buscarlas en otro lado.
5 “Te duele la cabeza”… constantemente
Antes que nada debemos aclarar que el sexo al principio de cualquier relación es emocionante y una no puede esperar el momento de hacer el amor. Aunque luego de unos años la emoción es menor, las ganas y el deseo siguen ahí, y se debe probar cosas nuevas para mantener las cosas “calientes” e interesantes, lo que es fundamental en toda relación. Pero, ¿qué sucede si prefieres dormir, leer o quedarte viendo tele antes que hacer el amor? ¿Si él te cansa, te aburre y ya no lo deseas? Y si hay acción, finges un orgasmo para que se acabe de una vez. Cuando el sexo con tu pareja se convierte en una aburrida obligación es una clara señal que no va para más. “Extraño esa época cuando no podía esperar a que llegue a casa y pasaba horas buscado el outfit perfecto para una cita y hasta me acicalaba para estar en casa, siempre estaba impecable, desde mis uñas a mi cabello”, confiesa Raquel, casada nueve años. En este punto, empiezas a estar descuidada, lo que no es bueno para la relación, y menos para ti! Si no tienes ganas de esforzarte un poco, algo está seriamente mal. Por otro lado, una mujer enamorada no mira a otros hombres, pero tú si lo haces. Claro que mirar es natural para ambos sexos, aunque para ellos es más común. Pero tu últimamente no puedes evitar flirtear con tu compañero, el amigo de tu hermano o un antiguo novio. Es más, te pones guapa para todos… menos tu pareja.
6 Infieles en serie
Está de más decir que la infidelidad es un detonante y uno de los obstáculos más difíciles de sobrellevar en una relación. No significa que porque terminó el affaire se arregló el problema, pues quedan muchas heridas difíciles de sanar. Por otro lado, existen los “infieles en serie”, los que nunca serán fieles, sin importar la mujer con quien esté. Algunos hombres no están hechos para el matrimonio y no son capaces de ser monógamos, aunque parece que en cierto momento si quieren casarse. Y la situación es aún más destructora cuando el infiel culpa a la pareja por la infidelidad que él cometió, diciendo que lo hizo porque ella es “celosa y controladora”. Si estás a tiempo de escapar de un “infiel en serie”, será mejor que salgas de ahí… ahorita! /
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