Un niño atrapado en el cuerpo de un adulto. Ésta podría ser la definición del síndrome de Peter Pan, un mal que hace referencia a los adultos que continúan comportándose como niños o adolescentes y no son capaces de tomar la responsabilidad de sus actos. Serían personas que se niegan a crecer presentando una marcada inmaduZrez emocional matizada por una fuerte inseguridad y un gran temor a no ser queridos y aceptados.
El término síndrome de Peter Pan se hizo popular desde la publicación de un libro en 1983 titulado: "El síndrome de Peter Pan, la persona que nunca crece", escrito por Dan Kiley. Aunque no existe evidencia de que sea una enfermedad psicológica existente.
JUEGO DE NIÑOS. La psicóloga Carola Medrano dice que el síndrome de Peter Pan puede dar a hombre y mujeres, aunque el 99 por ciento de los casos se da en el sector masculino. Al igual que el héroe de J.M. Barrie, popularizado por Walt Disney, las personas que presentan el síndrome continúan, incluso cuando son adultas, comportándose como si fueran niños. La referencia a juegos o juguetes constituye una prueba de ello. Con 20, 40 o incluso 60 años, siguen jugando, continúan mirando dibujos animados y frecuentan los parques temáticos.
SIN CAMINO A LA ADOLESCENCIA. La explicación de la experta dice que en esta infancia prolongada las personas que padecen el síndrome de Peter Pan pasan directamente de la infancia a la edad adulta, esquivando así la adolescencia. "Existen dos casos en particular", explica Medrano. "O bien viven una experiencia traumática durante su infancia, lo cual les impide crecer y desarrollarse, o bien, por una razón u otra, se ven privados de su adolescencia", agrega.
"Estas personas suelen tener problemas temporales", constata la psicóloga. Pasan mucho tiempo, o bien no el suficiente, para ejecutar una tarea. Suelen dejar de hacer cosas para hacerlas más tarde, lo cual puede ser al día siguiente o en el último minuto de ese mismo día.
CAUSA DIFICULTADES. Quienes sufren este síndrome suelen ser "el compañero simpático" o el "gracioso de turno", pero, en general, se muestran verdaderamente solitarios, pues no se sienten cómodos en otro lugar que en su burbuja, en su mundo imaginario. Tienen miedo a las responsabilidades y les horrorizan las casualidades, las sorpresas y tienden a tener una gran dependencia de sus padres. En el ámbito profesional, los "Peter Pan" pueden sufrir una falta de inversión personal y, por lo tanto, consiguen subempleos, a pesar de su alto nivel de estudios.
A pesar de todo, no viven al margen de la sociedad. Todo lo contrario. Su modo de funcionamiento atípico no les impide llevar una vida aparentemente "normal". Suelen estar casados, tener hijos, un empleo, amigos o vida social, aunque buscan pasar desapercibidos, fundirse con la multitud, confundirse con la decoración para poder vivir en su mundo imaginario. En consecuencia, sus relaciones con los demás pueden carecer de consistencia y con tendencia a la inmadurez.
LA FORMA DE AYUDARLES. Por más difícil que resulte no se deben satisfacer sus necesidades. Hay que ayudarles a lograr que afronten sus responsabilidades.
No hay que proponerles soluciones cuando comentan sus problemas. Hay que incentivarlos a que encuentren sus propias soluciones y las lleven a cabo.
A esta clase de persona le molesta mucho que se le marque el error o los defectos que tiene, pero es necesario remarcarlos para que tome conciencia de que no es el centro del mundo y que debe asumir su vida.
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