“Nunca tuve mucha confianza con mi papá porque él no lo permitió. Ahora que soy padre, trato de compartir todo con mi hijo (14), pero creo que a veces a él le molesta tanta cercanía”, expresa José Pardo, de 43 años.
Si bien el sueño de todo padre es el de ser un amigo de su hijo, se debe tener en cuenta que cada quien cumple un rol. “No es tan recomendable hacerse amigo íntimo del hijo”, aconseja el psicólogo Óscar Urzagasti, “porque hay jerarquías que se deben respetar. Una amistad requiere una relación simétrica, algo imposible con un padre. Sí se debe desarrollar la confianza, pero siempre respetando el límite de la parentalidad”.
Padres que beben con sus hijos, por ejemplo, pueden parecer muy buena onda, pero luego deteriora la relación con sus hijos al romper los límites preestablecidos. “Sí debe haber el tema de la comunicación, pero guardando siempre los roles, sin confundirlos”.
La misma diferencia destaca el psicólogo Alexis Olivares. “El papá tiene que concentrarse entre ser amigo y también padre. Es necesario aprender a escuchar al niño, aunque lo que diga al parecer sea algo irrelevante, porque para él, lo que diga siempre tendrá una razón de ser”.
Los papás deben ganarse a sus hijos con cada actitud, con cada juego y en cada momento que compartan con él. “El padre puede buscar mil actividades en las cuáles se sienta involucrado con su hijo y aprovecharlos para darle la confianza necesaria y hacer que él también sienta lo mismo”, señala Olivares.
“Para que mi hija (9) sienta que en mí tiene una amigo, juego con ella incluso con muñecas y hasta me dejo peinar como ella quiere. Cada vez estoy más cerca de ella y muchas veces me ha contado cosas que no le ha dicho a su mamá”, dice Mirko A.
Respetando roles, puedes tejer una bonita relación con tu hijo. “El contarle tus cosas es perfecto, porque tu hijo te contará las suyas y podrás aconsejarlo”, finaliza Olivares.
La confianza, el mejor de los lazos
Terapias. La mayor parte de las terapias con los niños se hace a base de juegos. Por eso es importante que como papá encuentres el momento especial para ganarte su confianza. Por lo general es la mamá la que consiente, la que ayuda y la que malcría y el papá es el que controla, corrige y mantiene la familia. Demuéstrale a tu hijo que además de eso tienes mucho amor para él.
Conversaciones. Si quieres que tus hijos sean tus amigos (no demasiado íntimos), debes conversar mucho con ellos. Debes recurrir al diálogo y no a los sermones o conferencias. Los temas deben girar alrededor de las inquietudes de tus hijos: juegos, diversiones, estudios, trabajos, aspiraciones y problemas. No esperes a que los chicos inicien el diálogo porque muchas veces no saben como hacerlo.
Policía. Muchos padres adoptan con sus hijos la actitud de un "policía", y esto provoca que sus hijos lo vean como "el enemigo". Para esos hijos, los padres sólo existen para vigilarlos, controlarlos, amonestarlos y castigarlos. Por supuesto que ésa también es una función paterna, pero no es la única ni la más importante. Por eso aprende a mostrar todas tus facetas de padre.
Experto consultado: Oscar Urzagasti, psicólogo. Alexis Olivares, psicólogo.
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