lunes, 13 de agosto de 2012

El afán de cambiar al otro


Cuando la persona tiene un amplio conocimiento de sí mismo, de sus valores, de su historia personal, se acepta, se valida con todas sus particularidades. Por lo tanto, también tiene esa apertura de conocer al otro, aceptarlo y validarlo de acuerdo a lo que es. Pero si no es así, acontece lo contrario, nace un afán en las mujeres o varones de querer cambiar al otro, que en el fondo proyecta nuestras propias insatisfacciones y nuestro desconocimiento personal, manifestó la psicóloga Fanny Parrado Flores, especialista en formación y desarrollo humano de la consultora Talentos.

Falsa creencia. Existe una falsa creencia de que es posible modificar al otro a "mi conveniencia", como si tuviéramos un poder mágico. Pero si la persona no ve conveniente su cambio, no cree que su actitud o conducta le perjudica o perjudica al otro, pues no cambia, indica Parrado. Las personas cambian por convicción, claro que tal vez es posible influir en el otro con actitudes o acciones, y puede proponerse la persona cambiar a petición del otro, para mejorar la relación, pero eso se logra cuando se lo hace de común acuerdo y no por imposición.

A tomar en cuenta. Es fundamental tomar en cuenta ciertos aspectos que permiten aceptar más al otro, y lo primero es saber que todo comienza en uno. Para aceptar al otro es necesario conocerse a sí mismo, lo que implica conocer tus capacidades, tus habilidades, tu potencial como persona. También es esencial validarse, valorar todo lo que si uno puede ser y hacer, aplaudirse, celebrarse, felicitarse, si uno valora sus logros, sus esfuerzos tendrá la predisposición para valorar al otro, indicó la especialista.

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