Cuando una familia se embarca en la tarea de organizar un viaje de vacaciones, debe tomar en cuenta los gustos y las limitaciones de cada uno de sus miembros. Eso concierne a los envejecientes, ellos pueden tener menos agilidad motriz que el resto de los miembros de la familia o condiciones de salud que requieran atención. “El destino elegido debe permitir la movilización y el disfrute con el menor esfuerzo”, advierte el geriatra Dagoberto Güílamo. Eso incluye facilidades como elevadores, sillas eléctricas, asistentes y servicios médicos, entre otros, además de autobuses con baños y que faciliten la subida y bajada del adulto mayor. “Los tours no deben ser de todo el día”, aconseja. Por otro lado, el geriatra sugiere se permita descanso. ¿Es recomendable que un individuo de la tercera edad viaje sola fuera del país? Según Güílamo, siempre que la persona envejeciente pueda valerse por sí misma y sea independiente, la respuesta es sí. “No hay contraindicación absoluta para viajar, sin importar la edad”, comenta el médico.
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