A través del dibujo, incluso desde los primeros garabatos, los niños expresan algunos rasgos de su personalidad como sus miedos, sus emociones y su forma de ver el mundo. Conozcamos algunas claves para interpretar los dibujos de los niños. Cómo sujeta el lápiz, una de las primeras cosas que hay que observar es cómo sujeta el niño el lápiz entre sus dedos. Si la sujeción es suelta, vemos a un niño relajado, tranquilo, mientras que si es apretada denota tensión o nerviosismo.
Cómo ocupa el espacio, el niño suele dibujarse siempre en el centro de la hoja, un modo de percibirse el centro del mundo, algo natural en los pequeños, mientras que alrededor ubica a las representaciones simbólicas relacionadas con su yo. El trazo, la presión que ejerce el niño en el trazo es una señal muy importante que refleja su temperamento. Un trazo firme y continuo demuestra una personalidad segura con confianza en sí mismo. Una buena presión indica entusiasmo, voluntad y necesitad de movimiento.
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