Ordenes, súplicas, ruegos, promesas, amenazas, insultos… todo está permitido en la cama. Sin embargo, son pocas las personas que aprovechan esta libertad verbal y, si es que se animan, se limitan a sollozar o gemir, (lo que también resulta excitante) olvidando que las palabras son uno de los más poderosos afrodisíacos.
Los científicos han comprobado que escuchar palabras cargadas de alto voltaje erótico, estimulan la transmisión de dopamina, una hormona que juega un rol esencial en la excitación sexual.
“Las palabras aumentan la intensidad física y emocional del acto”, explica el famosos sexólogo Ian Kerner, PhD, autor de Passionista y otros bestsellers.
Y, aunque muchas no lo admitan, a las mujeres les excita más de lo que ellas se imaginan. ¿El problema? Ellos no se animan a explorar su lado verbal por miedo a que ella se sienta ofendida.
Poder sexual
Un reciente estudio de la University of Central Lancashire en Inglaterra, que se realizó con 71 mujeres de 18 a 48 años, demostró que los sonidos que muchas mujeres emitían durante el coito no procedían siempre de la excitación o el orgasmo. Muchas de ellas fingían o exageraban en un primer momento para estimular a sus parejas. Un comportamiento ancestral que verificaba otro estudio publicado en LiveScience.com y que mostraba que el 86 por ciento de las mujeres gimen en el acto sexual para excitar a su pareja.
Es más, según la misma investigación, muchos hombres no podrían llegar a la eyaculación sin estos sonidos emitidos por las mujeres. En el hombre, además del instinto, entran en juego otras muchas cosas –condicionamientos sociales, educación, cultura…– y en el género masculino los estímulos visuales juegan un importante papel en la excitación, mientras que a las mujeres nos excita el oído y el tacto.
Como dice la psicóloga y sexóloga Gabriela Michoelsson en un artículo publicado en saberdesexo.com “ellos prefieren sexo, caricias y hablar, mientras nosotras invertimos el orden: hablar, caricias, sexo”.
Palabras de alto voltaje!
Verbalizar el placer que se siente es un poderoso potenciador de las pasiones. Sin embargo, para muchos hablar en la cama resulta un desafío similar al de hablar en público. Pero para eso hay expertos que se dedican a ayudar a los más tímidos y manuales con consejos centrados básicamente en lo que no hay que hacer, ya que los gustos y preferencias son ilimitados. Sexual Intelligence: What we really want from sex and how to get it (Inteligencia sexual. Qué es lo que realmente queremos del sexo y como conseguirlo) del sexólogo americano Marty Klein o Come Hither: A Commonsense Guide to Kinky sex (Ven aquí. Una guía con sentido común para el sexo raro), de Gloria G. Brame son dos buenos títulos para empezar y de los que se sacan algunas ideas básicas a tener en cuenta, y especialmente: que NO hacer. Te damos algunos consejos.
• Hay que hablar siempre en positivo. No decir lo que no nos gusta sino lo que nos agrada.
• No es necesario respetar el orden de los diálogos. Si alguien nos dice: “te deseo” no hay que contestar necesariamente: “yo también”.
• Algunos adoptan un tono radiofónico y van narrando todo lo que sucede como si estuvieran retransmitiendo un partido de fútbol, o piden permiso a la pareja para hacer cualquier movimiento. Ésto chicas, no es sexy.
• Los piropos están bien pero no repetidos incesantemente como si fuesen un mantra.
• Convertir el pene y la vagina en álter egos con nombres y personalidades propias no solo es una error, pero es ¡patético!
• El tono de voz es sumamente importante y debe modularse para la situación. No podemos decirle a nuestra pareja algo sumamente sexy y provocativo, con el mismo tono con el que pides un café en el bar de la esquina.
• El humor está permitido en pequeñas dosis. No hay que convertir una noche de sexo en un show de comedia barata.
DECÁLOGO DEL “OTRO SEXO ORAL”
“No entres en pánico y no te prives del gran placer que puede darnos el erotismo verbal. Toma cartas en el asunto y aprende a comunicarte con “alto voltaje”, explica la famosa sexóloga Alessandra Rampolla, que da los siguientes consejos en su portal, el Universo de Alessandra.
Jadeos y respiraciones agitadas. “Para iniciarnos en la conversación erótica, es mejor que comencemos por “sugerir” más que hablar.
Unos ooohsss, ahhhhs sensuales y en el momento justo, pueden hacer que nuestra pareja explote, y nosotras aún nos mantendremos en una “zona de confort”, aconseja la experta en su blog.
El “cómo” vale más que el “qué”. En ocasiones, no es tanto lo que dices, sino cómo lo dices. “Alto voltaje” no quiere decir que tengas que ser procaz, soez o vulgar (a veces…). Puedes usar las mismas frases de siempre, con la diferencia de que le das un tono más sensual y haciendo énfasis en ciertas palabras. El clásico “qué te gustaría ahora” o el “qué rico cuando me tocas ahí”, suenan diferente si las acompañas de un jadeo y susurras las palabras clave, aconseja la famosa sexóloga.
Dile lo que le vas a hacer. Es importante recordar que las conversaciones de alto voltaje, no solo se dan durante el sexo: tómalo fuera de guardia y cuando menos lo espere susúrrale al oído qué le vas a hacer y dónde, y dale un besito húmedo en su oído. Esta clase de juego previo ciertamente lo estimulará, especialmente en las zonas que le has nombrado, aconseja Rampolla.
Inspírate. El mayor problema de este tipo de conversaciones es pensar “qué le digo”. Si no se te ocurre nada, pues siempre es bueno buscar “fuentes de inspiración”. Libros eróticos y películas para adultos pueden ser “inspiradores” y regalarnos algunas frasecitas que podemos incorporar a nuestra conversación.
Practica. Una vez que hayas escogido tus palabritas y frases clave, debes practicarlas cuando estés sola. Dilas en voz alta una y otra vez, hasta que suenen como a ti te gusta y se te haga natural poder decirlas cuando estés con él. Las cosas que pueden sonar tontas o “raras” las primeras veces que las decimos, se vuelven normales y fáciles después de la quincuagésima repetición.
Inclúyelo. Otra estrategia es que lo incluyas a él en la conversación: “¿Te gusta cuando hago eso?” “Dime cómo te gusta”.
Masajea su ego. Elogiar las partes de su cuerpo que te gustan mucho, es un infalible “levanta ego y enciende pasiones”. Los hombres también son susceptibles a los halagos (no sólo nosotras) y un ego bien posicionado conduce a un sexo celestial, aclara Alessandra.
Anúnciale tu orgasmo. Tal vez la mejor frase que puedes decirle es: “estoy llegando!”. Eso los mata! Tan simple y tan poderoso. Y es que al hacerlo disparas su ego hasta las nubes, haciéndole saber que ha logrado llevarte hasta el máximo éxtasis! Y al anunciar la llegada de tu orgasmo amplificas las sensaciones y el placer para ambos. Además, dado que la mayoría de los hombres está listo para llegar al clímax antes que las mujeres, es una manera de darle permiso para que él libere el suyo! Definitivamente: “estoy llegando!” es música para sus oídos.
Describe tus sensaciones. A las mujeres, sin embargo, nos gusta algo menos básico. Kerner sugiere decir algo así: “Me encanta cuando tu [verbo] mi [parte corporal],” como: “Me encanta cuando besas mi cuello”. “Verbalizar la sensación trae atención a esa parte, lo que refuerza el placer que estas experimentando. Además te ayuda a mantenerte en el momento”, dice Kerner. Focalízate en tus sensaciones y en la manera en que tu cuerpo se estremece. Luego descríbele todo eso a él. No es necesario que sobreactúes, simplemente relata lo que estás sintiendo. A los hombres les encanta saber cuánto te excitas.
El momento perfecto. “Una cosa en la que muchos se equivocan es que comienzan demasiado rápido. Para que una mujer esté cómoda con cualquier acto sexual no convencional, necesita estar excitada”, explica la terapeuta sexual, Jacqueline Hellyer, autora de Sex Secrets for Busy People. Por ello el mejor momento para dejarse llevar es en plena relación sexual, cuando ambos están inundados por hormonas sexuales.
QUICKIE
“En los monos, la vocalización femenina incrementa la posibilidad del orgasmo masculino”, dice el psicólogo David J. Ley, autor de The Myth of Sex Addiction. Y en humanos, también acelera el orgasmo masculino.
¿Te despertaste y pensaste, “por qué dije eso anoche?” Investigaciones revelaron que las mujeres que tuvieron un orgasmo hablan más sobre sus sentimientos con su pareja que las que no llegan al clímax, gracias a la oxitocina.
Aunque las parejas no acuerden en varios aspectos de sus vidas sexuales, investigaciones revelan que todo buscamos la intimidad sexual en la cama. 96% aseguró que el mejor sexo es cuando conectan emocionalmente.
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