Masturbación en el matrimonio, ¿suena extraño? Pues no se sorprenda porque sí se puede dar. Las sexólogas Carolina Rivero y Fanny Parrado nos explican los pros y los contras de esta práctica, a la que, aunque no la acepten, muchas parejas recurren.
Es ambiguo. Según Rivero, el beneficio o perjuicio de esta práctica depende de cada pareja. "Si alguna vez, ya sea por jugar, por falta de tiempo o por algún problema de salud de alguno de los dos o simplemente porque quieren hacerlo y disfrutarlo, pues adelante, pueden masturbarse en pareja, no hay ninguna contraindicación y es hasta saludable", remarcó.
¿Saludable? Rivero explicó que una sexualidad saludable significa que yo tengo la capacidad de pedir o negar algo que quiero que me hagan, dónde y cuándo lo deseo, sin que esto signifique que mi pareja se sienta mal.
Complicidad. Para la sexóloga Fanny Parrado, esta práctica puede dar más que un simple espacio de satisfacción mutua. "Puede generar más confianza, permite descubrir sus zonas erógenas y les permite disfrutar más desde el preludio amoroso, fomentando relaciones íntimas placenteras e intensas", indica.
¿Técnica? Puede ser una técnica más que la pareja utiliza para poder variar, crear y recrear su intimidad sexual. Es una práctica buena, positiva y saludable íntimamente.
Es una ayuda. "En muchos casos de disfunciones sexuales se suele indicar la masturbación dirigida por parte de la pareja como una forma de terapia sexual", informó Rivero.
Que no se haga hábito. La masturbación en el matrimonio "solo puede ser un problema si esto se convierte en algo habitual, y la pareja pierde el gusto por un verdadero encuentro sexual, deja de gustarle o buscar el coito, que es un momento de mucha intimidad", apuntó Rivero. Se dará cuenta que la masturbación se hace costumbre, cuando siente que sin ese ingrediente "su encuentro sexual no es completo", remarcó la sexóloga. Aunque también aclaró que esto tiene tratamiento mediante terapia sexual.
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