En nuestra sociedad no hay una cultura de la adopción y, por el contrario, prevalece una gran cantidad de mitos en torno a ella. Por ejemplo se cree que la adopción se debe mantener en secreto o que los padres adoptivos no llegan a amar a los niños que no concibieron naturalmente. Asimismo, se piensa que sólo las parejas pueden adoptar e incluso sólo los extranjeros.
Todas las anteriores apreciaciones son falsas creencias que se han difundido entre la sociedad, dice la presidenta de la Asociación Nacional de Familias Adoptivas de Bolivia (ANFAB), Celia Jordán, quien afirma que los niños adoptados pueden integrarse a una familia plenamente. Y, por supuesto, dar y recibir amor.
Parejas y solteros
Celia Jordán tiene tres hijos de 19, 16 y 12 años. De ellos, los dos menores llegaron a su hogar cuando contaban con pocos meses de vida.
La razón principal que llevó a Jordán y a su esposo a adoptar fue el deseo de ampliar su familia; además, la pareja tenía amigos que eran padres adoptivos, gracias a quienes comprendieron que se puede “tener familia por adopción”. Además, Jordán y su esposo comprobaron que en los centros de acogida hay miles de niños en situación de abandono.
Por todo ello, hace 16 años la pareja decidió adoptar a un niño que llegó a su hogar con pocos meses de nacido. Cuatro años después de aquella primera experiencia acogieron a una segunda nueva integrante de la familia: una niña de siete meses.
Mucha gente cree, dice Jordán, que uno acude a un centro y escoge al pequeño, lo cual no es evidente, pues cuando se inicia un trámite de adopción sólo se pueden elegir el sexo y la edad del niño; sólo cuando sale el veredicto o fallo del juez se asigna al menor que será adoptado.
Pero no sólo las parejas reúnen las condiciones para adoptar, ya que las personas solas o solteras también lo pueden hacer. Ése fue el caso de la vicepresidenta de la ANFAB y presidenta de la Asociación de Familias del Corazón de La Paz, Elizabeth Carrasco.
Carrasco quería tener familia y rondaba por su cabeza la idea de adoptar, por lo cual realizaba visitas a los centros de acogida hasta que un bebé, que estaba en el hogar transitorio de la Alcaldía de La Paz, le robó el corazón. Se trataba de una recién nacida, cuya vida corría peligro, pues estaba gravemente enferma.
Carrasco se interesó de inmediato en la pequeña y la llevó a su hogar, donde le proporcionó los cuidados que la niña requería para superar su difícil situación. Esto ocurrió cuando la niña apenas contaba con un mes de vida; afortunadamente, la pequeña salió airosa de aquella dura prueba. Actualmente, la “hija de corazón” de Carrasco tiene cinco años de edad.
Una vez que la pequeña se curó, Carrasco inició los trámites para adoptarla legalmente, un proceso que concluyó cuando obtuvo la resolución o fallo judicial de la adopción. Este procedimiento no es el común, aclara Celia Jordán, pues cada niño que se encuentra en un centro de acogida debe tener la situación de abandono definida, lo cual puede tardar entre uno a cinco años. Sólo entonces un niño puede ser dado en adopción, explica.
Proceso y trámites
Las parejas o personas que desean adoptar deben tener mucha paciencia y perseverancia, afirma Elizabeth Carrasco, quien afirma que lo más difícil del proceso tiene que ver con la cuestión emocional. Por ejemplo, durante el proceso a veces se llega a tocar el tema de la infertilidad, que afecta profundamente a las personas que no han superado el “duelo de infertilidad”.
Hasta hace algunos años, dentro de los requisitos se contemplaba el certificado de esterilidad que actualmente ya no se pide. Sin embargo, en algunos departamentos todavía lo hacen, “lo cual es una barbaridad”, dice Jordán. Tanto las personas que quieren adoptar como aquellas que quieren legalizar su situación deben ser conscientes de que tendrán que afrontar éstas y otras contingencias, pues incluso se toparán con funcionarios insensibles.
Si existe la situación en la cual una familia o una persona acogió a un niño abandonado y lo registró como hijo natural, el trámite debe hacerse con urgencia, ya que tal caso podría ser confundido con uno de trata y tráfico de personas, lo cual está penado por ley.
La adopción es un proceso legal –un juicio- y en estos casos los padres deben acudir a la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia para legalizar la situación, ya que la única autoridad que confiere la tutela o adopción es un juez. Esta es la mejor manera de demostrar el amor que se tiene hacia un hijo adoptivo, dice Carrasco, quien pasó por todos los trámites para legalizar la adopción de su pequeña hija.
El trámite de adopción no es fácil ni sencillo y en promedio tarda un año; además, requiere la participación activa de los solicitantes, pues “no se puede dar un poder al abogado para que él se ocupe”, explican las representantes de la ANFAB. Una vez hecha la adopción hay un proceso post adoptivo que consiste en una seguimiento de dos años, en los cuales se hace otros cuatro seguimientos cada seis meses.
En La Paz, el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) se ocupa de hacer un estudio biopsicosocial (médico, social y psicológico) a la familia interesada en la adopción. Puede ocurrir que en una primera evaluación los técnicos informen que una persona o pareja no sean aptas para adoptar, pero a pesar de ello hay que insistir y perseverar; por ello es necesaria no sólo la preparación de los padres, sino también de los hijos biológicos, ya que también ellos serán evaluados.
En el caso de Jordán, a medida que avanzaban los trámites la pareja también preparaba a su hijo biológico que tenía tres años y medio de edad. “Vas a tener un hermanito, pero no va a nacer de mi panza, sino de mi corazón”, le decía la madre. De esta forma, desde un principio el niño tenía conciencia de que tendría un hermanito adoptivo y la adopción nunca fue un secreto.
La revelación
Muchos padres adoptivos creen que la adopción se debe mantener en secreto, lo cual a la larga puede causar trastornos y traumas en los niños o jóvenes, e incluso en personas adultas, cuando se enteran de forma inapropiada. “Conocemos familias que tienen miedo y no hacen la revelación”, dice Jordán.
La revelación es un proceso que debe comenzar desde que los niños llegan a la casa, sean éstos de tres meses o de cinco años, de tal forma que la palabra “adopción” suene natural, como la palabra mamá o papá. Así, cuando ellos interroguen sobre su origen, entenderán más fácilmente que fueron adoptados, dicen las representantes de la ANFAB.
La revelación es un proceso determinante que toma mucho tiempo y por ello las diferentes organizaciones como la ANFAB e instituciones como el Sedeges dentro de sus actividades contemplan el tratamiento de este tema, que además es un derecho reconocido legalmente, pues el Código Niño, Niña y Adolescente en su artículo 78 dice: “Todo niño, niña o adolescente que haya sido adoptado tiene derecho a conocer los antecedentes de su adopción y referencias de su familia de origen. Es deber de los padres adoptivos brindarles esta información”.
Precisan apoyo
Según datos de Unicef, en 2008 había en Bolivia 15.000 niños en situación de abandono y para el 2012 la cifra estimada era de 20.000. En los centros también están niños con una situación que no está del todo aclarada, pues hay familias que por determinados factores como la pobreza dejan a sus hijos en los mismos y vuelven a visitarlos de vez en cuando.
En estos casos, los niños no son aptos para la adopción, pues la ley exige que ya no haya contacto con la familia de origen. Así, ese niño irá creciendo y se quedará hasta sus 18 años en el centro. Cuando un niño cumple 18 años, el Estado ya no se hace cargo de él, por lo que salen de los centros a buscarse la vida.
Con el fin de remediar en algo esta situación, una de las conclusiones a las que llegó el Cuarto Encuentro Nacional de Familias Adoptivas de Bolivia fue que el programa gubernamental “Mi primer empleo” contemple a los jóvenes que salen de los centros.
El Gobierno debería tener políticas preventivas y trabajar en las familias, tener programas contra la pobreza, contra el maltrato, dicen Jordán y Carrasco. La adopción es un tema que involucra a la sociedad en su conjunto, pues en los centros de acogida están los ciudadanos que si reciben una oportunidad podrán contribuir, en el futuro, sin duda, al país.
Vas a tener un hermanito, pero no va nacer de mi panza, sino de mi corazón.
La adopción internacional
Las representantes de la Asociación Nacional de Familias Adoptivas de Bolivia (ANFAB) dicen que es necesario renovar los convenios internacionales que se tienen con países extranjeros, pues los últimos datan de hace cinco años.
Por esta razón no se han iniciado trámites internacionales de adopción y los que han llegado a su término recientemente comenzaron hace unos seis años, pues normalmente un proceso de estas características toma hasta siete años.
Los extranjeros son una opción para la adopción no sólo porque ayudan a “vaciar” los centros de acogida, sino también porque ellos adoptan niños mayores de tres años y niños con capacidades diferentes, los cuales en nuestro medio tienen menos probabilidades de ser adoptados. “Ojalá que se abran los convenios para que las personas ayuden y vayan sacando a los niños de los centros”, dicen Celia Jordán, presidente de ANFAB, y Elizabeth Carrasco, de la Asociación de Familias del Corazón de La Paz.
Los centros de acogida no pueden atender a los numerosos niños que no tienen familia y que están desamparados. Ante esta preocupante realidad, la adopción es una alternativa no sólo para “vaciar” los centros de acogida, sino también para que los menores tengan una oportunidad de contar con una familia, nacional o extranjera, que les brinde protección y amor, agregan las “madres de corazón”.
La Asociación
La Asociación Nacional de Familias Adoptivas (ANFAB) tiene un año de antigüedad y desde hace cuatro años organiza anualmente el Encuentro Nacional de Familias Adoptivas de Bolivia. El último encuentro se realizó entre el 6 y 7 de julio en La Paz; antes de la clausura, se acordó que la quinta versión se llevará a cabo en Potosí.
En el cuarto encuentro participaron 20 familias procedentes de Cochabamba, La Paz, Oruro, Potosí, Santa Cruz y Sucre. Entre los participantes no sólo estaban los miembros de las familias adoptivas, sino también parejas y personas solas interesadas en adoptar, además de funcionarios de las distintas organizaciones, como psicólogos, abogados y técnicos.
Un tema en la agenda actual de la organización es promover la celebración de dos fechas importantes: el 15 de mayo, que es el Día Internacional de la Familia, y el 2 de septiembre, que es el “Día por mi derecho a tener familia”, el cual estará abocado exclusivamente a los niños que esperan ser adoptados.
Las asociaciones locales cumplen diferentes actividades. Por ejemplo, la Asociación de Familias del Corazón de La Paz organiza convivencias entre las familias y también acude a los medios de comunicación y participa en la feria dominical de El Prado para promover la cultura de la adopción.
Dentro de la asociación no existe una posición en torno a la adopción de parejas del mismo sexo, aclararon las representantes, ya que hay quienes creen que no tendría que haber ningún problema, pero también quienes creen que sería difícil para un niño entender que dos personas del mismo sexo sean su mamá y su papá.
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