1 Sillita. Una postura tierna que asegura besos y abrazos. Pídele a tu chico que se siente en una silla y ponte sobre él rodeándole con tus piernas. Es una postura que estimula tu clítoris al estar en contacto con su abdomen y sus genitales.
2 Abrazados. Manteniendo contacto visual y emocional con tu pareja, podrás controlar el ritmo y la profundidad de la penetración. Ideal para conseguir un orgasmo clitoriano
3 Tú encima. Podrás mirarle a los ojos, abrazarlo y sentir el contacto físico. Ideal pra una sesión de sexo apasionada, tierna e íntima, en la que tú estás al mando.
4 Misionero. Este clásico asegura pasión y romance. Túmbate y pídele que te penetre profundamente. Mejora el acceso a tu punto G poniendo algunos cojines debajo de ti.
5 Paralelos. Romántica e íntima, esta posición es súper sexy. Que tu pareja se tumbe con las piernas pegadas, siéntate sobre él y, cuando te haya penetrado, túmbate poco a poco, hasta que estén echados de costado y mirándose. Después pídele que te sujete por las caderas para ayudarte con los movimientos.
6 En zigzag. Sentirás a tu pareja detrás de ti, protegiéndote, además que es para un acto sexual más suave. Para lograrlo, túmbate de lado y que él se tumbe detrás de ti. Pon ambas piernas sobre sus caderas creando un puente encima de él.
7 La dama. Que él se siente y se apoye sobre sus brazos hacia atrás, con los muslos lo suficientemente separados. Súbete encima de tu pareja cara a cara y aprisiónale entre tus piernas. Comienza a moverte vertical y horizontalmente. En esta posición tú mandas, controlas el ritmo y la profundidad del movimiento. Dale una mirada desafiante y vive un momento de complicidad.
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