CAMBIO DE VIDA
UN TEMA PARA ANALIZAR
A diferencia de lo que ocurría hasta hace algunos años atrás, cuando hombres y mujeres dejaban las casas de sus respectivos padres cuando se casaban, hoy no es raro que las parejas consideren la idea de irse a vivir juntos antes del matrimonio.
Incluso, algunos novios optan por vivir bajo el mismo techo cuando llevan poco tiempo juntos y no se complican si luego su relación no funciona. Sin mayores problemas, vuelven a tomar sus cosas y regresan a la casa familiar.
Sin embargo, especialistas en relaciones de pareja advierten que no es bueno llegar y mudarse juntos por cualquier razón, por ejemplo por una económica, en el caso de que ambos miembros de la pareja vivan por su cuenta y deban costear cada uno un arriendo, el pago de las cuentas, etc.
"No se vayan a vivir juntos porque es conveniente, porque aumentó el alquiler o porque alguno de los dos tiene un mejor departamento", recomendó Diana Kirschner, psicóloga y experta en relaciones de pareja, según publicó Foxnews.com.
Asimismo, Kirschner agregó que "los estudios muestran que a las parejas que tienen un compromiso antes de irse a vivir juntos, realmente les va mejor". Eso sí, la especialista aclaró que para que haya un compromiso, no es necesario que haya una propuesta de matrimonio, sino que por lo menos ambos deben estar dispuestos a tener una relación a largo plazo.
Ése sería, entonces, un primer signo de que una pareja está preparada para convivir, pero también hay otros. Conócelos a continuación:
1.- Su vínculo se hace cada vez más fuerte: está claro que los lazos que existen entre dos personas, se hacen cada vez más estrechos a medida que pasa el tiempo. En otras palabras, no es lo mismo llevar un mes enamorando, que seis meses o un año.
Pero además de la cantidad de tiempo, también es importante la calidad de una relación, es decir, que ésta vaya mejorando y no empeorando a medida que pasan los días. ¿Cómo puedes evaluar eso? Fácil: si ambos se sienten más cercanos emocionalmente, si se comunican más o bien, si tienen menos conflictos.
Aunque quizás piensas que cumples con este "requisito", también es importante que no consideres irte a vivir con tu pareja como una forma de hacer avanzar la relación.
"Si quieres casarte dentro de unos años y tu pareja no, que ambos convivan no hará que las cosas cambien", dijo con total honestidad el experto en citas David Wygant. Pero, si los dos están comprometidos y sus metas para el futuro concuerdan, es posible que mudarse bajo un mismo techo sea una buena idea.
2.- Cada uno sabe con certeza cómo es la personalidad del otro en el ámbito del hogar: cada persona tiene sus propias manías y hábitos, que muchas veces son difíciles de cambiar. Por esta razón, cuando llega la hora de vivir juntos, las parejas deben tener claro cómo uno y otro se comportan cuando están en la intimidad del hogar.
Según afirmó Wygant al mismo medio, no sólo se trata de saber que él deja la tapa del WC abierta o que los cabellos de ella están por todos lados. De esta manera, su recomendación es que vivan juntos durante una semana o incluso dos, primero en la casa de él y luego en la de ella, o viceversa.
Con este ejercicio, hombre y mujer serán capaces de conocer aspectos cotidianos de cada uno, como qué nivel de limpieza tienen o qué hacen en sus tiempos de ocio. Lo positivo de esto es que si ambos están al tanto de los detalles, cuando se vayan a vivir juntos no se llevarán sorpresas desagradables.
3.- Han sido capaces de ponerse en el peor de los escenarios: hablar de un posible quiebre claramente no es la mejor de las ideas cuando se está en pareja. Pero a juicio de los expertos, cuando un hombre y una mujer están pensando en dar el paso de irse a vivir juntos, es importante que tengan esa conversación. "Ambos necesitan saber qué ocurrirá si las cosas se ponen mal", señaló Diana Kirschner, ya que -agregó- eso los ayudará a darse cuenta del peso que tiene la convivencia. Incluso, tal diálogo podría ser útil para que aprecien más el vínculo que los une.
4.- Han hablado sobre los temas
prácticos: vivir junto a la pareja no sólo significa conocerse, aguantarse o saber quién se quedará con qué en caso de que la convivencia no resulte y la relación llegue a su fin.
También hay temas prácticos o, en otras palabras, simplemente caseros, sobre los cuales es importante tener claridad: las finanzas y las labores domésticas. En este sentido, la psicóloga aconsejó sentarse y discutir todo, desde el espacio que cada uno ocupará en el clóset, hasta como se repartirán los gastos o cada cuánto tiempo tendrán invitados. "Es común que no todo termine como lo planearon, pero lo principal es que tienen una relación en la que ambos trabajan", apuntó Kirschner.
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