En principio esencial de la naturaleza es la retribución. Recibimos y damos. Nuestros padres se ocuparon de nosotros y es nuestro deber ocuparnos de ellos para que luego nuestros hijos se ocupen de nosotros”, detalla la sicóloga experta en adultos mayores, Mercedes Zerda.
Indica que esto es aún una filosofía de vida normal en la mayoría de los hogares en Bolivia, pero cada vez más se dan casos de hijos que, especialmente por razones económicas, invaden la casa de los padres ya viejos y los van marginando hasta dejarlos en un asilo o una residencia geriátrica.
“Los centros para adultos mayores pueden ser lugares muy lindos, con comodidades y cuidados que no hay en casa, pero nunca, aunque sean hoteles de cinco estrellas, serán como la propia familia en la que hay alegrías, problemas, risas y llantos que componen la vida”, precisa la especialista.
Tenerlos en casa
Más allá de las dificultades, lo recomendable y lo correcto es que las familias vivan con sus ancianos y los acompañen y cuiden hasta el final de su vida.
Su presencia enriquece la existencia de todos los miembros del hogar y, sobre todo, la formación de los nietos.
Para William Villarroel, director del Centro de Ancianos Vida Feliz de El Torno, los abuelos son los que enseñan valores a los niños y les transmiten las tradiciones familiares y todos los elementos de la cultura a la que pertenecen.
Por estar libres de presiones de horarios y porque son los que se quedan más tiempo en casa, comparten más con los niños y estos los miran como sus amigos. Les tienen incluso más confianza que a sus padres. Por ello, su rol como educadores es fundamental.
Villarroel aclara que esto no significa que hay que abusar de los abuelos, pues existen familias en las que se les delega toda la tarea de la crianza de los niños y eso no está bien. Ellos pueden acompañar, opinar, ayudar, pero de ninguna manera tienen que hacerse responsables a tiempo completo de los nietos, pues necesitan también de su tiempo libre y de horas de descanso, en las que pueden hacer lo que les gusta e interesa.
Sobrellevar dificultales
La sicóloga Mercedes Zerda indica que como en todas las relaciones familiares, la convivencia con los adultos mayores puede hacerse difícil y las razones más frecuentes son económicas, de salud, mal carácter de los ancianos y problemas de relación que se arrastran en el seno familiar. Ella asegura que para cada caso hay una solución y todo dependerá de la voluntad familiar para salir adelante, y si se necesita ayuda profesional para lograrlo, pues habrá que recurrir a un especialista buscando consejos para salir adelante.
Ellos aportan
Gabriel Miranda, de la Fundación Horizontes que realiza proyectos en beneficio de los adultos mayores, indica que en Bolivia el 32% de los hogares tiene como cabeza de familia a una persona adulta mayor que contribuye con sus ingresos económicos. Asimismo, recuerda que en los últimos años, numerosos abuelos se quedaron a cargo de la crianza de sus nietos, pues sus padres migraron al exterior en busca de trabajo.
Miranda dice que en el país no hay políticas ni recursos destinados a dar una mejor calidad de vida a los ancianos, que están desprotegidos del Estado
CONSEJOS PARA MEJORAR LA RELACIÓN CON PADRES Y ABUELOS
1 La sicóloga Mercedes Zerda realiza las siguientes recomendaciones para alcanzar una buena conviviencia familiar con los adultos mayores.
2 Preguntemos su opinión, en cualquier aspectos de la convivencia en familia, pero sobre todo en los que tienen que ver con ellos (sus necesidades, preocupaciones, deseos).
3 Es importante que participen del manejo de la casa, pero no imponerles tareas, tienen que decidir qué quieren y qué pueden hacer en el hogar. Siempre plantear las responsabilidades claras para todos.
4 Hay que fomentar las actividades artísticas y recreativas entre ellos. Si les gusta pintar, tejer, tocar un instrumento o lo que sea, apoyarles y organizar la familia de modo que pueda realizar estas actividades. Por ejemplo, turnarse para llevarles al café con sus amigos o al grupo artístic. Buscar espacios con buena luz y mínima comodidad para que realicen manualidades, artesanías o lo que a ellos les pueda interesar llevar adelante.
5 Es bueno fomentar y facilitar sus relaciones sociales y familiares. Nunca marginarles de las actividades en la casa, aunque esto implique mayor fatiga para los otros miembros de la familia (paseos al campo, cine, teatro, partidos de futbol, actividades de los hijos, etc.).
6 Vigilar su estado salud.
7 Hagamos reuniones familiares cuando se trate de decidir sobre la persona mayor para acordar entre todos cómo se le cuidará o se enfrentará el problema de la persona anciana (turnos para preparar comida, cuidar, medicar, llevar al médico).
8 Nunca tratarlos como niños, pues aunque al final de la vida haya que cambiarles pañales y darles papillas, siempre serán personas que han vivido y han construido con su esfuerzo esto que disfrutamos ahora.
9 Mantener una relación cálida, sin sobreprotección, que facilite su independencia. Escucharles porque tienen mucho que enseñarnos.
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