Me voy a ir de la casa! Ya no aguanto a mis padres porque me quieren seguir tratando como un niño, no me tienen confianza, no me dejan en libertad", decía a sus amigos Javier, una adolescente de 15 años que además de atravesar por esta difícil etapa siente que fuera de casa tendrá una vida mejor.
Situaciones como esta viven a diario la gran mayoría de los adolescentes que ponen como primera opción irse de casa, sin pensar en las consecuencias; sin embargo, esta decisión en la adolescencia puede marcar el futuro del joven, así lo hace entrever la psicóloga Victoria Rojas.
Un trago amargo. Pero las palabras de Javier no solo fueron amenazas, ya que abandonó su hogar. "Materialmente lo tenía todo, emocionalmente creía que mi madre nunca supo entenderme, tomé mis maletas y me marché. Fue un trago muy amargo, las cosas no tienen el mismo sabor fuera de casa", cuenta luego de haber vivido tres años solo, aunque hoy volvió a casa y la comunicación con sus padres mejoró.
"Y es que tomar esta decisión tiene sus riesgos", dice la psicóloga, ya que el adolescente se enfrenta a emociones que desconoce, "no posee confianza y al no desarrollar plenamente sus aptitudes puede fácilmente volverse antisocial y cometer alguna falta o delito", apunta.
Además, el adolescente ve ante sí un mundo de probabilidades, su mente aún desconoce limitaciones. Sin embargo, cuando las carencias aparecen, el joven experimenta un drástico freno en sus aspiraciones, lo que conlleva a la frustración. "Es allí donde el apoyo, la comunicación y empatía de los familiares se hace necesaria", aclara la experta.
¿Qué hacer? Palabras hirientes, tratos inadecuados y la falta de comunicación asertiva son elementos que contribuyen a que un adolescente decida abandonar su casa. "Es importante identificar la causa del problema en el adolescente, debido a que esta puede ser de origen interno o externo (dentro o fuera del hogar)", enfatiza Rojas. "Esto se logra con madurez y comunicación", añade.
Actuar a tiempo. Además de la comprensión y el tiempo, los padres, ante cualquier sospecha de que su hijo quiere irse de casa, debe afrontarlo. "Claramente y calmadamente hable con su hijo. Escúchelo y ayúdelo a hablar de la situación, o si no, ofrézcale encontrar a otra persona con quien pueda hablar. Dele apoyo y asegúrele que usted está comprometido en ayudar y resolver los problemas", recomienda la especialista.
Señales de alerta para los padres
Muchas veces es muy difícil distinguir entre el comportamiento normal de un adolescente y un problema serio. No hay una fórmula para determinar si su hijo se huirá de casa. Aunque hay indicativos de la intención de irse, tales como:
* Cambio en su comportamiento: no come o come demasiado, no duerme bien o duerme mucho, pasa demasiado tiempo solo o pasa mucho tiempo fuera de la casa con sus amigos.
*La rebeldía. Las notas bajan, llega tarde a clases, constantemente desobedece las reglas de la casa y empieza a pelear.
*A veces se oye rumores por la familia o amigos. Tome estas amenazas seriamente y enfréntelas.
'Ellos tienen sueños y fantasías. Creen que fuera de casa van a poder encontrarlos, pero no siempre es así'.
Victoria Rojas
No hay comentarios:
Publicar un comentario