La masturbación femenina sigue siendo uno de los más grandes tabúes y sobre ella, las mujeres guardamos silencio, a pesar de que es prácticamente un pasatiempo femenino y una práctica necesaria para nuestra salud sexual.
En 1993, una encuesta realizada por la psicóloga Carol Rinkleib Ellison, autora de Women’s Sexualities, 75 por ciento de las mujeres se masturbaron en los últimos tres meses. En 2004 una encuesta por el Centro Berman en Chicago reveló que 44 por ciento de las mujeres usa un vibrador durante sus sesiones de sexo a solas. Nadie lo niega, las mujeres no hablamos de ello pero cuando llega el momento de mimarnos, las chicas somos todo menos tímidas. Y, a pesar de que se cree que son las solteras las que pasan más tiempo con las manos bajo la falda, estudios demuestran que las mujeres casadas o que tienen pareja, se masturban más seguido que las que están solteras y saliendo.
El auto-placer frecuente ha sido relacionado a una autoestima alta, confianza en una misma y su propio cuerpo, mejor autoimagen y una vida sexual más activa y satisfactoria. Estas son algunas de las razones por las que los terapeutas sexuales aconsejan a las mujeres que no están contentas en la cama que aprendan a darse placer y conozcan su cuerpo.
“Existe una fuerte relación entre explorar tu propio cuerpo y llevarte al orgasmo, con estar dispuesta a explorar con tu pareja y tener orgasmos juntos. Las mujeres que se masturban están más cómodas con su cuerpo y con el sexo en general”, dice Ian Kerner, terapeuta sexual de Nueva York y autor de varios libros sobre sexualidad, entre ellos Sex Detox.
Las ventajas del auto-erotismo femenino que enuncian hoy psicólogos y sexólogos, es que es una labor de educación sexual. Por medio de ella, descubrimos sentimientos eróticos y conocemos nuestro propio cuerpo, sus reacciones y vivencias eróticas, lo que es una gran ventaja para el encuentro sexual con la pareja. Entre otras ventajas, sexólogos afirman que permite el aprendizaje de la actividad sexual en un ambiente relajado, en el cual no hay que estar pendiente de la pareja ni preocupadas por una buena identificación de la propia activación y respuesta sexual. Además, no sólo es un ejercicio que puede practicarse a lo largo de la vida, pero es efectivo para fortalecer la musculatura pélvica.
Si a estas alturas del artículo sientes pudor ante la idea de aprender a masturbarte o perfeccionar tu práctica, ten claro que se trata de una actividad de propia estima que mejora la calidad de vida, necesaria si tienes problemas para llegar al orgasmo o disfrutar tu sexualidad.
El objetivo es: aprender a darte placer y no sentirte mal sobre ello. Si tú misma no sabes cómo funciona tu cuerpo, ¿cómo vas a explicárselo a tu pareja?
“La masturbación es la mejor manera de descubrir qué te excita para que luego puedas comunicárselo a tu pareja”, dice la fundadora del famoso Berman Center, la terapeuta sexual Laura Berman. Por su parte, Pepper Schwartz, autora de Everything You Know About Love and Sex Is Wrong, dice que “la masturbación te prepara para un sexo fabuloso, ya que aprendes lo que te gusta y puedes enseñarle a tu pareja”.
Con la ayuda de los expertos más reconocidos mundialmente, te damos una guía a la masturbación femenina, que puede ser lo mejor que te puede pasar en tu vida amorosa desde que tu primer amor encontró tu clítoris.
Tu imaginación, un poderoso aliado
Estés imaginando a Eric Bana besando tu cuerpo entero o que estás siendo secuestrada por Brad Pitt en Troya, encontrar las fantasías que encienden tu chispa es clave para aumentar y activar el deseo y mejorar tus posibilidades de alcanzar el orgasmo, sola o acompañada.
“Para ponerte en sintonía con la experiencia sexual, primero debes apagar las áreas cerebrales asociadas al estrés y la ansiedad, y fantasear es la manera más efectiva de lograr eso”, explica Kerner. La lógica es simple: no puedes preocuparte por el trabajo, el dinero o la ropa sin doblar cuando tu lóbulo frontal está enfocado en la recreación de esa escena sexy de Top Gun.
¿Aun tienes dudas sobre el poder de la fantasía? En 1992 Beverly Whipple, autora del libro The Science of Orgasm, monitoreó la presión sanguínea, ritmo cardiaco, diámetro de la pupila y tolerancia al dolor de diez mujeres que llegaban al clímax con el poder de su mente. Mientras ellas fantaseaban en un laboratorio, siete de ellas exhibieron las mismas respuestas físicas causadas por la estimulación manual.
Cuando estás sola es el momento ideal para fantasear porque tienes todo el tiempo del mundo (y cero presión) para buscar en tus archivos mentales y evocar esas pasadas experiencias sexuales, escenas eróticas, escenarios fantasiosos o imágenes que te ponen “on”. Lo esencial es que no temas ir donde tu mente te lleva, incluso si es al lado oscuro. “Escenarios que involucran bondage y dominación son totalmente normales”, dice Jamye Waxman, educador sexual y autor de Getting Off: A Woman’s Guide to Masturbation.
En un estudio de la Universidad de Vermont, 71 por ciento dijo que tenían fantasías “kinkies” o tabúes. Por otro lado, debes eliminar cualquier culpa que sientes, pues como señala Kerner, “muchas mujeres se sienten mal sobre fantasear mientras están con su pareja, pero la fantasía es una herramienta que puedes usar para meterte completamente a la experiencia sexual”.
Por otro lado, las fantasías te ayudan a excitarte cuando te cuesta sentirte sexy; cierra los ojos y recuerda esos pensamientos que te excitaron cuando estabas sola. Durante el sexo, las imágenes atrevidas pueden ayudarte a eliminar cualquier distracción. “Las mujeres se quejan porque pierden el orgasmo debido a un cambio en sus cuerpos o pensamientos. Cuando sientas que ese estado elevado de excitación se está por escapar, fantasear te trae de vuelta al sexo y ayuda a llevarte a la cima”, aconseja Kerner.
El cambio es bueno
Todos vamos por lo que funciona, pero si, como 70 por ciento de las mujeres de un estudio de la Universidad de Southern California, eres de las que hace lo mismo cada vez, piénsalo dos veces, pues puede ser contraproducente.
“Al masturbarte usando solo un método, puedes estar entrenándote a responder solo a un tipo de toque o posición”, dice la terapeuta sexual, Yvonne K. Fulbright, fundadora de sexualitysource.com. Mientras eso tiene sus beneficios, porque sabes que si haces eso llegarás al clímax, también tiene un lado oscuro.
“Algunas mujeres se sienten frustradas porque solo pueden llegar al orgasmo en una posición sexual, usualmente la posición donde la mujer es la dominante, es decir, cuando ella arriba. Esto sucede porque la presión y la fricción al frotar su clítoris contra el abdomen de su pareja imita el método más común de auto-estimulación clitorial”, explica Kerner.
Familiarizarte con un amplio rango de sensaciones que se sienten placenteras ayudará a mejorar tu vida sexual. Así que dale un “twist” a tu rutina sexual en solitario probando nuevos movimientos y sensaciones.
A pesar que el clítoris está prácticamente chillando por atención, no debes ignorar las otras partes de tu cuerpo; la vagina está llena de distintas capas de nervios que pueden producir sensaciones inesperadas en lugares impredecibles.
“La estimulación del clítoris puede ser la manera más popular de experimentar un orgasmo, pero hay más caminos hacia la respuesta sexual. Explorar tu cuerpo es la mejor manera de descubrir tu completo potencial orgásmico”, dice Whipple.
Puedes usar tus dedos para aplicar distintos niveles y tipos de presión en las paredes de tu zona V, un acto que los terapeutas sexuales recomiendan para que conozcas tu anatomía.
Y no olvides amar el resto de tu cuerpo. Cada centímetro de tu piel, de pies a cabeza, es una fuente potencial de placer, pues nunca sabes que combinación de roces y toques te llevarán a ese lugar buscado. Y por último, recuerda que nadie te está viendo o juzgando, así que no hay razón para retraerte… no hay límites.
Ejercítate para llegar al gran O
La masturbación no sólo ayuda a construir confianza sexual, pero los terapeutas sexuales la recomiendan a mujeres que tienen dificultades para alcanzar el gran O. Y es que, comparando con los hombres, las mujeres tienen mayor dificultad para alcanzar el orgasmo. ¿El remedio? La masturbación.
Las mujeres que se masturban regularmente aprenden qué se siente bien para ellas. Ser capaz de llegar al orgasmo durante el sexo ya por sí es algo complicado (solo 30 por ciento de las mujeres son capaces de alcanzar la cima a través de la penetración), pero si estas cansada de solo “llegar” cuando tú estás arriba, asume distintas posiciones mientras te masturbas; recostada de espalda, de estómago o sentada.
“Es un ejercicio muy útil ya que estás viendo qué tipo de estimulación necesitas en cada posición para alcanzar el orgasmo, ya sea estimulando tu clítoris o vagina, no importa si es con un vibrador, tus manos u otro objeto, como una almohada. Pero no te des por vencida solo porque no se siente increíble desde el comienzo. Tomará un poco de tiempo que tu cuerpo y mente respondan a las nuevas posiciones y sensaciones. Ve lentamente e intenta varias veces”, dice Fullbright.
Una estrategia que funciona de maravilla es llevarte al borde del orgasmo usando tu método usual y detenerte justo antes de llegar. “Rápidamente cambia a una nueva posición en la que nunca hayas tenido un orgasmo, luego comienza a tocarte nuevamente. Al estar súper excitada, terminar de una nueva manera será mucho más fácil”, sugiere la educadora sexual Dorian Solot en su libro I Love Female Orgasm.
Una vez que llevas la masturbación al siguiente nivel, puedes ver si se lo contarás, o mostrarás, a tu pareja. ¿Muy tímida? ¡Tranquila! Hables o no, alcanzarás una felicidad sexual nunca antes experimentada, tendrás mucho más confianza en tu excitación y alcanzarás el orgasmo cuándo y cómo tú quieras. ¿No es lo que siempre anhelaste? /
El arte del auto-erotismo
¡Sedúcete!
Si tienes esta práctica un poco apartada o te produce pudor, puedes comenzar acariciándote el resto del cuerpo. Mantén una actitud tranquila y tómate tiempo para descubrir qué partes de tu cuerpo responden mejor a las caricias. Las fantasías te ayudarán mucho a “ponerte a tono” antes de aproximarte a tu zona V. Una buena idea es empezar con una tina con espuma. Te ayudará a ir descubriendo sensaciones en todo el cuerpo y en tu zona más íntima. Mientras entras al agua caliente la tensión muscular desaparecerá y serás más receptiva a las caricias cuando estás relajada. Descubre tu cuerpo con tus manos. “Los dedos son ideales para conocer el tipo de presión, velocidad o toque que es mejor para nosotras”, dice Sadie Allison, educadora sexual y autora de Tickle Your Fancy: A Woman’s Guide to Sexual Self-Pleasure. Poco a poco irás descubriendo qué te encanta. Continúa aplicándote una crema hidratante sensual o un aceite, y no olvides poner música relajante, prender velas, servirte una copa de vino… sedúcete a ti misma.
Los amarás
Si aún no lo has probado, añadir un juguete a tus momentos íntimos te hará pensar por qué has tardado tanto en comprarlo.
“Escribo prescripciones por tipos específicos de vibradores”, confiesa la experta Laura Berman que ha diseñado su propia línea de juguetes sexuales para mujeres. Ella recomienda cortos y curvos para estimular el punto G, y largos y delgados para explorar más profundo en la vagina.
“No es que este tipo de exploración no sea posible con tu pareja, pero si estas tratando de comprender la mecánica de tu cuerpo y lo que se siente bien durante el sexo, es mejor cuando tienes la cama solo para ti porque puedes hacer miles de pequeños ajustes–mover el vibrador un poco a la izquierda, incrementar la presión ahí, moverlo de adelante hacia atrás –sin dirigir a tu pareja como sargento o preocuparte porque termine muy rápido”, explica Berman.
En 1999 un sex shop femenino de Nueva York, Toys in Babeland , utilizó esta acertada frase para publicitar un vibrador:
“Hemos puesto a más mujeres en órbita en una semana que la NASA en toda su historia”. Las propietarias de esta boutique sabían muy bien lo que significa introducir un vibrador en tu vida: un antes y un después. La oferta actual en autoerotismo femenino es tan amplia que se puede decir que existe un vibrador para cada mujer.
LA GRAN DUDA: ¿Cuán seguido lo haces?
Ya sea cada día o una vez por semana o al mes, no existe una “frecuencia normal” para la masturbación. Siempre que tu placer en solitario no interfiera con la relación sexual con tu pareja, es decir, que prefieras jugar sola que acompañada, está perfectamente bien.
Solamente en el caso de que exista una conducta obsesiva y compulsiva, se debe consultar con un especialista para conocer las causas de un comportamiento que interfiere con la vida cotidiana o también, cuando sustituye la actividad sexual con la pareja.
QUICKIE
Las mujeres que están en una relación se masturbaban con frecuencia. Tener sexo regularmente incrementa la libido (gracias a los niveles más altos de testosterona), por lo que es probable que quieras darte “una manito”
Las mujeres que se masturban dicen que alivia dolores menstruales y mejora los síntomas del síndrome premenstrual. Y aunque se ha encontrado que a veces el orgasmo lleva a dolores de cabeza, también los puede aliviar.
La masturbación puede mejorar tu estado de ánimo y hacerte sonreír en esos días grises. Con el sexo a solas no hay distracción y puedes enfocarte en tu propia experiencia. Los expertos la recomiendan!
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