Los niños a lo largo de su desarrollo, padecen y experimentan numerosos miedos que en su mayoría son pasajeros. Por ejemplo el miedo a la separación, a personas extrañas, a la oscuridad, a la escuela, al coco, irán apareciendo y desapareciendo en determinadas edades y estadios evolutivos. Según Cindy Cáceres Antelo, psicóloga del Centro de Apoyo Integral ETAPAS, estos miedos les ayudarán a enfrentarse de forma adecuada a situaciones difíciles y amenazantes con las que se encontrarán a lo largo de su crecimiento.
Jugar para ayudar. Una manera de ayudar al niño es jugando con ellos, indica la especialista. Por ejemplo Si su niño está jugando a que sale a trabajar, usted jugando va a llorar e implorar que no se vaya. Si su niño quiere jugar a que le atrapa, trate de hacerlo pero casi nunca lo logre. Si su niño pide saltar en la cama, ruéguele que lo haga "con mucho cuidado" con una mirada que al mismo tiempo le dé permiso de saltar alto y asustarle a usted.
La risa. Otro elemento importante, canalizador de emociones negativas, es la risa. El miedo del niño se irá liberando mientras que ríe y usted asume el papel menos poderoso. Entre más juegue usted y le haga reír (tome en cuenta que las cosquillas no ayudan) más confianza tendrá su niño, explicó Cáceres.
El modelado. Otra manera muy eficaz de actuar es mediante el modelado. Uno de los padres puede efectuar la conducta temida (por ejemplo estar en la habitación a oscuras) para enseñar al niño que no sucede nada. No obstante, el modelado es más eficaz cuando el modelo es de la misma edad del niño. En especial, terapias efectuadas en grupo de iguales para exponerse a los estímulos temidos (oscuridad, animales, etc.) han resultado muy eficaces en niños, señaló la especialista.
Fuera de lo normal. En otras ocasiones, podemos hablar abiertamente de temores o miedos patológicos que pueden derivar hacia trastornos que necesitan atención psicológica, tales como, ansiedad y fobias. Establecer la frontera entre uno y otro (normalidad-patología) no siempre es fácil y dependerá mucho de la edad del niño, la naturaleza del objeto temido y sus circunstancias, así como la intensidad, frecuencia, sufrimiento y grado de incapacitación que se produce en el niño. Para mayores informes pueden llamar al 342 9369.
Evolución del miedo según la edad
Es a partir de los 6 meses de edad cuando los bebés empiezan a experimentar miedos a las alturas, a los extraños y otros. Estos miedos, asegura cáceres, denota un cierto grado de madurez en el bebé. Entre el año y los dos años y medio se intensifica el miedo a la separación de los padres a la que se le suma el temor hacia los compañeros extraños. En la etapa prescolar (3 -6 años), se inicia una evolución de los miedos infantiles. Se mantienen los de la etapa anterior pero van incrementándose los posibles estímulos potencialmente capaces de generar miedo. Entre los 6 a 11 años, el niño alcanza la capacidad de diferenciar las representaciones internas de la realidad objetiva. Los miedos serán ahora más realistas y específicos, indicó Cáceres.
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