jueves, 3 de marzo de 2011

La mujer y su corazón

Son muchos los factores de riesgo que conllevan al desarrollo silente de las enfermedades cardiovasculares. De acuerdo a estudios realizados en EEUU, una mujer tiene seis veces más posibilidades de morir a causa de una cardiopatía que como consecuencia de un cáncer de mama. Sin embargo, muchas veces se deshecha la posibilidad de sufrir una enfermedad del corazón en mujeres menores de 50 años, ya que es muy poco común.
“Lo interesante de las mujeres es que las hormonas las protegen de las cardiopatías isquémicas, protegiéndolas del daño que se puede presentar en las membranas de las arterias pequeñas. Sin embargo, una vez que llega la menopausia y se les acaba las hormonas, la progresión de la enfermedad es casi tan rápida como en el hombre”, indica Brockmann.
Sin embargo, por lo general su accionar comienza en edades jóvenes, aún en el período fértil; el aumento de peso exagerado durante el embarazo, sin volver al peso saludable en el post parto, puede llevar a la obesidad, que suele asociarse a presión elevada (hipertensión), al aumento del colesterol o a la diabetes, que son factores de riesgo. No obstante, existen casos en los que las mujeres que consumen ciertas drogas pueden desarrollar cardiopatías antes de los 40 años.
“Se puede ver este problema en mujeres menores de 40 años si es que consumen drogas (como cocaína, anfetaminas, etc.) o ergotamina, droga que se utiliza para el tratamiento de la migraña. Al ser la migraña un problema que causa vasodilatación en el cerebro, la ergotamina se encarga de cerrar las arterias dilatadas para calmar los dolores. Pero este medicamento no sólo cierra las arterias de la cabeza, pero también las del corazón, que son mínimas”, enfatiza.
Una enfermedad silenciosa
Las enfermedades del corazón se presentan de manera silenciosa, por lo que puede pasar mucho tiempo antes de que nos demos cuenta de que algo no está bien con nuestro corazón.
“Es una enfermedad silenciosa. Muchos de los infartos debutan con la muerte súbita”, dice el experto. Sin embargo, hay ciertos síntomas que pueden alertarnos.
“Cansarse fácilmente al hacer las tareas habituales y los dolores de pecho cuando se hace esfuerzo son ciertamente síntomas que alertan que algo está mal con el corazón”, dice Brockmann.
¡previene!
Factores de riesgo
“La cardiopatía isquémica o aterosclerosis coronaria produce estrechez en los vasos, haciendo que las arterias por dentro se vuelvan más estrechas, lo que lleva a infartos. Esto está ligado a una serie de factores de riesgo, entre ellos los no modificables, como la edad, la historia familiar y el sexo, y los que puedes controlar como la diabetes, la hipertensión, el habito tabáquico o el colesterol elevado”, explica Brockmann y enfatiza que “los tratamientos se basan en controlar estos factores de riesgo”.
La prevención de una enfermedad significa estar convencida de que realmente se está en riesgo y muchas mujeres no logran ver esto. Estudios recientes afirman que las cardiopatías se pueden prevenir en 80 por ciento. Esto no significa que debas vivir sin probar una porción de torta. Pocas son las cosas identificadas como perjudiciales cuando se consumen con moderación y muchas las que se podemos hacer con poco esfuerzo para mantener una óptima salud arterial. Conoce estos factores de riesgo.
Fumar. Este hábito es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Fumar reduce los niveles de colesterol bueno, aumentando así el riesgo cardiovascular. Afortunadamente, independientemente del tiempo que hayas fumado o la cantidad de cigarrillos consumidos, los fumadores pueden reducir su riesgo de sufrir un ataque cardíaco dejando de fumar.
Presión alta. La presión arterial alta, o hipertensión, sin tratamiento aumenta el esfuerzo del corazón, acelera el proceso de endurecimiento de las arterias (aterosclerosis) y aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o cerebral. Mujeres que tienen sobrepeso y sufren de hipertensión también tienen un mayor riesgo. Aunque la hipertensión arterial no puede curarse, sí puede controlarse con dieta, ejercicio y medicamentos. Por otro lado, se sugiere mantener el consumo de sal en 1,500 miligramos al día. Al limitar el sodio en tu dieta, bajas la presión arterial.
Colesterol. Los niveles de colesterol también están relacionados con el riesgo cardiovascular. Hay dos tipos de colesterol; el LDL (o malo) y el HDL (bueno). El colesterol malo contribuye a la obstrucción de las arterias. Procura elevar el bueno para eliminar el malo, evitando así la acumulación de grasa. Antes de la menopausia, las mujeres suelen tener niveles de colesterol bueno más elevados que los hombres porque el estrógeno aumenta estos niveles. Un estudio determinó que cuanto más elevado el nivel de  HDL en la mujer y más bajo el LDL, menor será la probabilidad de sufrir un episodio cardiovascular. Sin embargo, después de la menopausia los niveles de HDL bajan, incrementando el riesgo cardiovascular. Recuerda que si tienes altos niveles de colesterol malo siendo joven, tienes un mayor riesgo de desarrollar cardiopatías cuando seas adulta. Mantener los niveles de colesterol dentro de valores normales durante toda la vida es muy beneficioso para disminuir la probabilidad de desarrollar cardiopatías y presión sanguínea alta.
Obesidad. Una persona se considera obesa si su peso corporal excede en un 20 por ciento o más el peso ideal para su estatura y sexo. La zona corporal en donde se acumula la grasa también es un factor de riesgo, pues las mujeres que tienen mucha grasa en la cintura tienen mayor riesgo que las que acumulan grasa en las caderas.
El índice de masa corporal  ideal es menor a 25 y el perímetro de cintura menor a 88 centímetros.
Diabetes. La diabetes es más común en mujeres y representa un mayor riesgo porque cancela los efectos protectores del estrógeno en las mujeres premenopáusicas. El mayor riesgo que la diabetes implica también puede explicarse por el hecho de que la mayoría de los pacientes diabéticos suelen ser sedentarios y tener sobrepeso, niveles elevados de colesterol y más probabilidades de sufrir hipertensión arterial. El control adecuado de la diabetes es importante para la salud cardiovascular.
Inactividad física. Estudios demostraron que el ejercicio reduce el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o cerebral, normaliza la glucosa, reduce la presión arterial y aumenta la flexibilidad de las arterias. El ejercicio también ha demostrado reducir el estrés mental.
“La actividad física protege el corazón, al estimular las membranas de las células de las arterias y hacer que el organismo produzca colesterol bueno. Tener buenos niveles de colesterol bueno combate el colesterol malo, lo que retrasa la aparición de problemas ateroscleróticos”, explica el especialista. Muchas personas pueden beneficiarse si hacen ejercicio durante 30 minutos por día por lo menos tres veces por semana.
Alcohol y drogas. Pueden contribuir a la obesidad, elevar los niveles de triglicéridos y la presión arterial, causar una insuficiencia cardíaca y contribuir a un ataque cerebral. Aunque estudios han demostrado que el riesgo cardiovascular en las personas que beben alcohol con moderación es menor que en los que no beben, eso no significa que los que no beben deban comenzar a hacerlo ni que los bebedores aumenten su consumo. Toma una copita de vino tinto de vez en cuando.
Estrés. Este factor contribuye al riesgo cardiovascular, sin mencionar que puede contribuir a otros factores de riesgo, tales como el hábito de fumar o comer de más. Asimismo, el estrés crónico aumenta la presión sanguínea, aumentando el riesgo a sufrir aterosclerosis, y también puede incrementar los niveles de colesterol malo.
Anticonceptivos orales. Pueden representar un mayor riesgo cardiovascular para las mujeres, especialmente en las que tienen otros factores de riesgo y fuman. Los riesgos relacionados con las píldoras anticonceptivas aumentan con la edad.
“Hay ciertos anticonceptivos orales que producen un embarazo falso y tienen grandes cantidades de progesterona, lo que inhibe la acción del estrógeno, hormona que protege el corazón de la mujer.  Al producir un embarazo falso crónicamente durante 10 o 15 años, estás quitando ese factor de protección”, explica Brockmann.
Informa a tu médico sobre cualquier factor de riesgo cardiovascular que tengas antes de tomar pastillas anticonceptivas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario