jueves, 16 de agosto de 2012

Una familia que no se alimenta bien cría niños con sobrepeso. No los critiques, ayúdales

“Mi hijo de diez años tiene el peso y volumen de uno de 15. Estoy muy preocupada porque come mucho y, a veces, es imposible detenerlo”, cuenta Roxana, un ama de casa de 35 años. Si tu niño sube de peso sin control, acude a un especialista para que le haga un chequeo y descarte que padezca algún problema hormonal o desorden alimenticio. Tú puedes ayudarlo en casa, proporcionándole una adecuada alimentación y sin expresar críticas que puedan acomplejarlo.

La nutricionista Mónica Barreda señala que, si bien debes controlar lo que come y evitar los cereales azucarados y tubérculos, nunca lo pongas bajo un régimen de disminución de calorías porque estarías interfiriendo en su crecimiento. “Lo importante es crear un plan de alimentación sano y mucha actividad física. Ésta es la mejor manera de prevenir la obesidad”.

Es muy importante que tu hijo o hija se acostumbre a practicar alguna actividad física durante al menos 30 a 45 minutos diarios. Debe ser algo que le divierta y que no se vea como una obligación. Puede ser algún deporte en equipo, correr, caminar o, si no le gustan los deportes, practicar alguna danza o artes marciales. De ninguna manera te conformes con la materia de Educación Física en el colegio, que se imparte una vez por semana.

En caso de que el especialista diagnostique sobrepeso, no sometas a tu hijo a dietas hipocalóricas. “Regula su actividad física, que incremente el desgaste de energías y modifica hábitos alimenticios”, expone la especialista.

El régimen de alimentación a seguir no debe adecuarse a la edad cronológica que tiene el pequeño, sino a la edad calculada para su talla, tomando en cuenta que los menores con sobrepeso tienen una talla más.

Una vez que se ha modificado su patrón de actividad física, debe asistir al menos una vez al mes a una evaluación para ver si el régimen no está interfiriendo de alguna forma con su potencial de crecimiento.

Por su parte, la psicóloga Patricia Tellería manifiesta que el peor error que los padres cometen es decirle a su niño o niña que está muy gordo y que por eso tiene que hacer ejercicio y comer menos. “Lo mejor es hacer todo en grupo. Por ejemplo, inscribirse a un gimnasio, cambiar la dieta de toda la familia y evitar salir a la calle a comer hasta que el niño recupere su peso ideal”, expone.

Si se quiere salir de la rutina un fin de semana, lo mejor es hacer un picnic en familia y preparar la comida personalmente, con muchas ensaladas y mucha fruta.Tellería asegura que si hay niños con obesidad o sobrepeso es porque la familia no come adecuadamente, ya sea en porciones, horarios o calidad de alimentos. “No podemos pedirle a nuestro niño que coma un plato de verduras mientras nosotros lo acompañamos con una hamburguesa y de postre un gran helado. La estrategia es comer sano, pero todos por igual”, concluye Tellería.

Cinco comidas

Tu hijo debe tener cinco comidas diarias: el desayuno (cereal con lácteos), el almuerzo (carne con tubérculos o cereales, nunca ambos, y una sopa de verduras) y la cena, una comida similar a la del mediodía. Las dos restantes son meriendas a media mañana y en la tarde.

Recreo

Una manzana, un durazno, sandía picada o cualquier fruta lista para comer es perfecta para la hora del recreo. También puedes optar por un jugo o yogurt, algo ligero y con nutrientes.

Elección

Dale la opción al pequeño de que elija el lácteo que más le guste para acompañar al cereal. Incluye un pedazo de queso para que no se aburra de comer lo mismo y agrega una ensalada de frutas.

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