“Mi hija de 13 años ha empezado a pedirme permiso para ir a algunas fiestas que realizan sus compañeros de colegio, pero considero que es muy joven aún para asistir a estos festejos. Ante mi negativa, se pasa los días enojada conmigo sin dirigirme la palabra”, se queja Sandra, un ama de casa de 42 años.
“Cuando los niños pasan a la adolescencia tienen más curiosidad de experimentar ciertas cosas que hasta ese momento les eran desconocidas, por ejemplo, las fiestas sin tanta fiscalización por parte de los padres”, explica la psicóloga clínica Katia Oporto.
La especialista destaca el asumir dos acciones importantes: preocuparnos y ocuparnos. “Ambas van de la mano. Si te preocupa que algo malo le pase a tu hijo camino a alguna fiesta, debes llevarlo y recogerlo. Además tienes que enterarte de cuales son las amistades más cercanas con las que compartirá el evento y sus números de celular, en caso de que usen uno”.
La psicóloga Elizabeth Ordóñez señala que el permiso depende de la edad del adolescente, porque no es lo mismo uno de 13 años a otro de 18 o 21. También hay que ver el lugar al que está invitado, el horario y con quiénes va a compartir el festejo. “Hay que aprender a priorizar las fiestas, por ejemplo una de 15 años es más segura que una de 18 o 19 años, esto porque los padres de la quinceañera estarán supervisando todo, además de contar con la presencia de otros adultos, a diferencia de la segunda fiesta”.
También se debe valorar el comportamiento del hijo. Si es flojo, todo es desorden a su alrededor, saca malas notas, se quejan de él o no respeta los horarios de llegada a casa, no es buena idea dejarlo salir y debe saber que la negativa tiene que ver con su actitud.
“Al margen de que sea un buen chico en todo aspecto, tampoco es aconsejable dejarlo ir a toda invitación que le llegue a las manos, como si fuera una recompensa de lo bien que se porta o del hijo ejemplar que es. Debe entender que también puede compartir momentos agradables y divertidos con sus padres, así le estarás enseñando a valorar a su familia”, recomienda Ordóñez.
Rigidez
No seas demasiada rígida con tu hija (o) al negarle toda oportunidad de salir. Esto le ayudará a madurar y a aprender a tomar decisiones por sí misma, así como a aceptar las consecuencias.
Control
Dale libertad, pero con límites. Fija una hora de salida y de llegada. Si lleva celular, que lo mantenga siempre encendido, no hay pretextos para apagarlo.
Seguridad
Enséñale a no recibir nada de desconocidos. Que no hable con personas extrañas y que no se atreva a salir del lugar ni siquiera en compañía de alguien conocido. Además que tampoco acepte bebidas ofrecidas por ajenos.
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