En su propia habitación. A partir de los 12 meses, señala la psicóloga, llega el momento en que el hijo puede dormir solo en su propia habitación. Algunos padres temen el momento de la separación nocturna y lo alargan. "Es una costumbre que hay que evitar, ya que perjudica el desarrollo intelectual del niño, como el descanso de los progenitores, ocasionando una dependencia excesiva del niño hacia sus padres", añadió.
Ventajas. El hecho de hacer aprender a nuestros hijos a dormir solos implica también que los obliguemos a desarrollarse, no solo en un plano de seguridad e independencia, sino que además de superación. Los niños suelen tener miedo a la oscuridad y a los monstruos que se imaginan, y esos miedos deben ser superados, para ello necesitan dormir solos. "Para los niños eso significa dar un paso a la autonomía, que es necesaria; sin embargo, para los padres implica recuperar la intimidad y no olvidemos que los niños necesitan unos padres con una buena relación y esa intimidad es necesaria", indicó Cáceres.
Consejos. Para que el bebé logre acostarse solo, es importante que los padres trasmitan condiciones de tranquilidad y seguridad. Es fundamental que la madre se prepare, se serene y dé la oportunidad al niño de vivir esta nueva etapa.
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