La familia, núcleo fundamental de la sociedad, es un sistema complejo en el cual interrelacionan diferentes vínculos, como el de ser pareja, padres e hijos, y hermanos. Sin embargo, es normal que entre estos vínculos surjan peleas, entre padres porque no estén de acuerdo en todo, difieran en cuanto a la educación de los hijos, la administración de la economía del hogar, las funciones domésticas. También entre hermanos ocurren peleas, cuando son niños, defienden su espacio, hay una pugna de atención, no quieren compartir sus cosas. Cuando son adolescentes, porque expresan sus ideas, y buscan su autonomía, indicó Fanny Parrado Flores, sicóloga terapeuta de la clínica Hamacas.
Problemas. La dificultad mayor surge cuando estas discrepancias se las expresan en un clima de agresividad verbal y/o físico, con descontrol emocional, donde median gritos, insultos, amenazas, palabras torpes, actitudes autoritarias, drásticas, a veces hasta golpes, mellando la dignidad e integridad personal. Según explica la sicóloga, esto puede ser propiciado entre los mismos padres en presencia de los hijos, los padres al ver las discusiones entre hermanos, sancionar drásticamente más a uno que a otro. Otra causa es mantener una posición indiferente, indulgente y sobreprotectora no poniendo límites, no inculcando respeto a la individualidad de cada integrante de la familia, indicó Parrado.
Culpables. Generalmente se responsabiliza a los padres, pero si hablamos de culpabilidad, la especialista indica que estaríamos también llegando hasta los abuelos, ya que la primera escuela para ser padres es el propio hogar donde uno se formó. Todo responde a una cadena de modelos del cual uno es el resultado, si las familias no se llevan bien, tienden a futuro a reproducir este tipo de conflictos de relación con los amigos, en el estudio, en el trabajo, con la futura pareja y familia propia que uno establezca.
El ambiente. También es posible que los padres eduquen a sus hijos en un ambiente poco afectivo o expresivo, minusvalorando siempre las capacidades propias de los hijos o de la pareja. "A veces se promueve el favoritismo o preferencias, más por un hijo que por otro, por edad o género, haciendo comparaciones de virtudes y defectos, generando competencia, que distancia a los hijos entre hermanos", acotó Parrado.
Buscar ayuda. Es fundamental que los padres busquen ayuda cuando sientan que se escapa de su control el poder conciliar las peleas entre ellos. Cuando sus discusiones son frecuentes, hay descontrol, y mucho más si hay golpes. Si ven que entre los hijos se está dando también ello y no lo pueden manejar de la misma manera, para esto hay profesionales como los sicólogos capacitados para efectuar terapia familiar, en la cual se evalúa los vínculos, se restructura los roles, se adiestra a poner límites y se fortalece los principios, valores y normas que los identifica como familia, aconsejó la especialista.
Consejos para que los padres apliquen
Si bien uno puede estar consiente que quiere generar otro tipo de vínculo ocasionando un clima de unidad, respeto y comunicación fluida, es fundamental que los padres asuman el reto teniendo presente lo siguiente:
1.- Aceptar que cada hijo/a, es único, con sus características particulares, sus talentos, virtudes y defectos, valorarlos y hacerles saber y sentir siempre el afecto incondicional que uno les tiene, el ambiente de amor y calidez siempre genera buenas relaciones.
2.- Comprender que es normal que estén en desacuerdo y enseñarles a escucharse y respetar la opinión del otro, desde muy pequeñitos es posible enseñarles sobre límites, respeto sobre el espacio de uno, de los hermanos, sobre las cordiales relaciones.
3.- Educar la inteligencia emocional, que es la forma de expresar emociones, sentimientos y pensamientos, de manera adecuada. Aprenda a diferenciar entre una discusión respetuosa en la que cada cual expone su punto de vista, evitando que se intercambie palabras ofensivas y mucho menos golpes. Por ultimo dé el ejemplo con la vida. / Fanny Parrado Flores.
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