A pesar de que haya saltado a la "fama" de manera más o menos reciente, el virus del Papiloma humano (VPH) es, en realidad, una de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) más comunes, y cada vez con mayor incidencia en los adolescentes que por sus características propias de la edad, la desinformación y falta de orientación en el inicio temprano de su vida sexual activa se hacen más vulnerables a los riesgos, y ponen en peligro su salud.
La Organización Mundial de la Salud y el comité de control de las enfermedades transmisibles, reportan que el VPH afecta con especial virulencia a las mujeres, su mayor rango de incidencia es entre los 15 hasta los 45 años de edad, siendo la franja de mayor riesgo la que comprende de los 15 a los 25.
Jóvenes atacados. La edad de inicio a la vida sexual entre las adolescentes, la desinformación sobre el virus y las formas de contagio, y la fragilidad del sistema inmunológico a estas edades, son las principales causas de esta epidemia, que puede causar daños permanentes una vez se han desarrollado los condilomas, unas pequeñas verruguitas que pueden presentarse tanto entre las chicas como los chicos, señala la ginecóloga Marlene Rojas.
Mal oculto. La especialista enfatiza que este tipo de infección se caracteriza por su dificultad para detectarse hasta que se presentan síntomas físicos de entre tres y ocho meses hasta varios años después de la inoculación, "puede campar a sus anchas por el organismo sin un impacto evidente", agrega.
Existen muchas cepas o tipos del HPV. Algunos tipos pueden causar cáncer del cuello del útero en las mujeres y también causar otros tipos de cáncer tanto en los hombres como en las mujeres. Esta es una infección incurable, aunque es posible que desaparezca de forma espontánea en los primeros seis meses evitando que cronifique.
Factores de riesgo. Existen diferentes factores de riesgo para contraer la infección, entre estos encontramos que predispone el origen hispano, el alto consumo de alcohol (posible factor de una conducta peligrosa), alta frecuencia de relaciones sexuales, número elevado de compañeros sexuales.
"Las jóvenes se inician cada vez más temprano sexualmente y son más promiscuos en el sentido de tener varias relaciones monógamas pero que cambian periódicamente con lo que aumenta las probabilidades de adquirir el virus”, precisa la experta.
Diagnóstico y tratamiento. El diagnóstico se establece con estudios de laboratorio y gabinete, y entre otros estudios se solicita Papanicolaou con colposcopia, citología exfoliativa del pene, biopsia de ser necesario, etc. El mejor tratamiento es la prevención, por lo que hay que reducir al mínimo los factores de riesgo, también existe una vacuna que se ha probado y que logra mejores efectos de protección mientras más jóvenes sean las mujeres.
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