jueves, 29 de noviembre de 2012

El desencanto que enamora

El amor consciente nace de la desilusión y el desencanto. ¿Será verdad? La psicoterapeuta Susanne Hansen, de Potenciar Humano, asegura que sí. "Es cuando elijo y decido amar a la persona desde una visión completa; es decir, con lo bonito y lo feo", dice. Agrega que llegar a este punto requiere de mucho valor, ya que atravesarlo significa a la vez un encuentro consigo mismo y el estar dispuesto a ser vulnerable ante la pareja amada, pero que una vez caminado convierte la relación en un "amor consciente y maduro" y no así en un "encanto ciego".

Es normal y saludable. Hay tres etapas en la relación, especifica la especialista: el enamoramiento, el desencanto y el amor consciente. El enamoramiento es la etapa más fácil de la relación, ya que en ella se vive a la otra persona como perfecta, por lo que uno es encantado no tanto por la persona en sí, sino por la idea que uno mismo se ha creado de esa otra persona. El desencanto llega cuando nuestro príncipe se convierte en "sapo" y, la tercera, después de haber atravesado la segunda, pero no todos lo pueden hacer, ya que al llegar al desencanto "muchos salen corriendo", dice la especialista. Hansen explica que se presenta en un máximo promedio de tres años después de iniciada la relación. "Las personas lamentan esta situación, algunas concluyen la relación y, en el peor de los casos, viven con ella por años por no afrontarla o porque se refugian en sus hijos. "Es necesario y normal que llegue esta etapa, ya que es una oportunidad de madurar y de salir del amor adolescente", señala la profesional.

Una pareja desencantada. Los reclamos, las peleas por temas de menor importancia, el distanciamiento y la indiferencia son característicos del desencanto. A ellos se suman las manifestaciones de los conflictos propios e inconscientes, que empeoran esta situación. "Estos conflictos se activan y pueden agudizar más aún el desencanto, si la persona no asume sus problemas y se los atribuye a la pareja", dice Hansen. Si el desencanto no se resuelve, la intimidad de la pareja se va perdiendo y cada integrante hace su vida por su lado, incluso viviendo bajo el mismo techo. "Es cuando la pareja se ha alejado tanto que no sabe cómo comunicarse, más allá del reclamo y la culpabilización", señala la profesional.

Amar con los ojos abiertos. "El desencanto se tiene que vivir". Esto permitirá que la persona llegue a la tercera etapa, que es la del amor consciente "donde se ama con los ojos abiertos", manifiesta la especialista. La capacidad de escuchar y de negociar es importante para afrontar la etapa, es una oportunidad donde se pueden pulir las diferencias, ponerse en el lugar del otro y conseguir las herramientas para vivir en pareja. "Si es necesario buscar la ayuda de profesionales, lecturas de autoayuda, emprender un camino espiritual o, por ejemplo, yendo a la iglesia", señala la profesional.

"Este sentimiento no permite vivir un amor real, sino que convierte la relación de la pareja en práctica y fría".

Susanne Hansen
Psicoterapeuta

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