Causas.
¿Por qué bebes?
La mayoría de los adolescentes tiene una percepción de autocontrol.
“Es una edad en la que se perciben omnipotentes, invulnerables, el “yo controlo” es un discurso constante pero, lamentablemente, con una muy baja o nula percepción de riesgo. Además, creen que beber descontroladamente o en alta intensidad acotado al fin de semana, no provoca dependencia ni daño inmediato”, sentencia Alejandro Maturana.
Pero, en definitiva, ¿sabes por qué bebes? Durante la adolescencia, es muy común que los jóvenes experimenten con el alcohol, motivados por la curiosidad, las ganas de estar bien, relajarse, para no sentirse diferentes y para parecer mayores.
DAÑOS IRREPARABLES
Pero una cosa es beber y otra, beber descontroladamente en un periodo corto de tiempo. Esto deteriora considerablemente la capacidad de emitir juicios acertados sobre las cosas y produce más probabilidades de incurrir en peligros. “Quienes han tomado demasiado asumen riesgos que normalmente no tomarían si estuvieran sobrios, por ejemplo, conducción de vehículos en estado de ebriedad, involucrarse en violencia o peleas callejeras, acceder a relaciones sexuales sin protección, exponiéndose a contraer enferme- dades de transmisión sexual (ETS) o embarazos no deseados”, agrega.
Por otra parte, también debes tener claro que las borracheras producen daños físicos agudos inmediatos que pueden ser fatales, como una depresión respiratoria o un coma etílico –una sobredosis de alcohol lleva a un sueño similar a un coma y puede traer secuelas cerebrales–, además de daños a largo plazo como pancreatitis, gastritis, insuficiencia cardíaca, deterioro del aprendizaje, etc.
Además se produce un cambio neurobiológico que provoca una alteración de la plasticidad cerebral lo que se traduce en que el cerebro se pone más tolerante, es decir, en el próximo carrete se debe beber más para llegar al mismo efecto que antes y más sensible a la misma droga o funcionando como una puerta de entrada a drogas más duras.
¿Cuándo es problemático?
Se está frente a un problema con el alcohol si
se baja el rendimiento
deportivo, académico o laboral y si se experimentan conductas de alto riesgo como las antes descritas. Si es la única o la mejor posibilidad de desinhibirte o de relacionarte con tus pares o tu pareja, o si el alcohol se ha convertido en la única manera de pasarlo bien en la vida, ha llegado el momento de preocuparte.
Lo mismo pasa si al consumir alcohol te encuentras más agresivo con tu familia o te alejas de tus amigos, de tus actividades placenteras habituales o comienzas un consumo solitario.
“Otros síntomas de alerta son no ser capaz de parar de tomar, cuando se reitera la conducta en forma compulsiva y cuando, si dejas de tomar, aparecen síntomas de abstinencia: deseo imperioso de tomar, ansiedad, irritabilidad y angustia física y psicológica, entre otros. Debes pedir ayuda”, asegura el especialista.
En lo práctico, también es importante recurrir a los padres si un día has tomado más de la cuenta o te ves en situaciones de peligro o vulnerabilidad. Tratar de que no sepan en lo que estás o lo que te está pasando es la opción más riesgosa en ese momento y, por lo tanto, la más ligada a accidentes, a victimización, violencia y muerte. Piénsalo.
EFECTOS INMEDIATOS
• Desinhibición y excitación.
• Alteración de la frecuencia cardiaca.
• Estimulación de la secreción de jugos gástricos y producción de orina.
• Merma el equilibrio, la coordinación motora fina, la visión y el audio.
• Al llegar a la intoxicación alcohólica puede provocarse un estado de coma y alcanzar la muerte.
PARA TOMAR EN CUENTA
Los padres no sólo deben estar preocupados de sus hijos sino que ocupados en sus hijos. Y esto significa hablar, supervisar, estar presentes, llevarlos, traerlos, saber dónde están.
Esta es la única variable que funciona por sí sola frente a la protección de los hijos en relación a ciertas conductas de riesgo, como el consumo de alcohol y de drogas.
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