LA EDUCACIÓn infantil
No se reconocerá en público pero es un tema que precisa respuestas.
Desde hace más de una década se escucha o se ha observado con más detenimiento a la nueva generación de niños, los que parecen ser diferentes y más evolucionados.
Existen muchos estudios de investigación que hablan acerca de bebés y niños recién llegados a la vida con una luminosidad distinta en los ojos que, a medida que crecen, muestran facultades ampliadas para adaptarse rápidamente al vértigo de la tecnología.
Esto es algo que se conoce, casi todos los adultos de hoy saben de, o han escuchado hablar a alguien que tiene un hijo con características sorprendentes; que incorpora conocimientos en forma instantánea, que anticipa episodios por venir, que parece comunicarse con un código implícito, insondable, trascendiendo los lenguajes infantiles habituales.
Si bien todavía no puede hablarse de un fenómeno masivo, la cantidad de casos aislados pero con características similares que se presentan en distintos puntos del planeta, indican una constancia: lo que parece extraordinario en algunos niños tiende a tornarse natural en la mayoría. No sólo muchos padres lo han advertido: también maestros y pediatras perciben que las nuevas generaciones "vienen con algo distinto"; más preparadas para el particular tiempo que les toca, con cierto conocimiento de otras realidades, con una mentalidad más elástica y una reveladora capacidad de interactuar mediante nuevas pautas ante el mundo y sus semejantes, son los llamados Niños Cristal y luego los Niños Índigo.
Los Niños Índigo y Cristal operan primariamente desde el lóbulo derecho del cerebro. Esto quiere decir que son muy creativos, intuitivos, imaginativos y emocionalmente inteligentes. Sin embargo la cultura occidental es primeramente orientada por el lóbulo izquierdo cerebral, lo cual significa que es lineal, racional y lógica.
Niño índigo
Este niño tiene características físicas, emocionales, y psíquicas exaltadas y diferentes en lo que hasta ahora considerábamos un niño normal.
Estos niños se denominan índigo porque las personas con capacidad de ver su campo energético lo describen dentro de los colores azules, añiles, de ahí su denominación.
Fisicamente estos niños tienen un ligero abultamiento del lóbulo frontal, son de ojos grandes y de contextura ósea fina, por lo que generalmente son delgados. Sus cinco sentidos se encuentran altamente desarrollados siendo sensibles a todo el espectro de los sentidos o lo que auditivamente ser capaces de oír decibeles más agudos,
conversaciones y ruidos a distancia molestándose por los ruidos estridentes y a todo volumen. Visualmente pueden fácilmente ver los campos energéticos o auras de las plantas, animales, otras personas, seres de otras dimensiones, estableciendo contacto con el mundo de los ángeles, devas, gnomos, hadas. Olfativamente todo lo tienen que oler y son muy definidos en los olores que les gustan o no y los detectan a distancia. Táctilmente son hipersensibles, les molestan los materiales sintéticos como por ejemplo, el roce de las etiquetas, prefiriendo las ropas 100 por ciento naturales. Tienen sensibilidad extrasensorial porque activan sus suprasentidos y tienden a ser más zurdos o ambidiestros y tienen exceso de energía.
Los Índigos tienen dificultad para aceptar y manejar la autoridad. No aceptan las coerciones, amenazas e imposiciones. De ahí que son confrontadores, retadores y tienen la determinación de hacer las cosas por sí mismos.
Niños cristal
Los Niños Cristal tienen una energía y objetivo universal diferente. Éstos tienen una energía vibratoria diferente a los Niños Índigo; los últimos son preparadores y detonantes mientras que los primeros vienen a establecer una nueva realidad a nivel mundial.
Ellos buscan el equilibrio entre lo intuitivo y lo racional para encontrar la armonía. La frecuencia cristal viene dada por el chacra Anahatha, el chacra de las emociones, y es el que les permite desarrollar el don de la empatía.
Para reconocer un Niño Cristal, existen ciertas características que los definen. Entre ellas están: una habilidad para percibir el temor a su alrededor, una habilidad para amplificar y proyectar su propio temor en el entorno. Tratan de evitar el miedo en cualquier de sus formas, suelen ser discretos, sumisos y de bajo perfil, en su mayoría son positivos y serenos, tratan de evitar el conflicto y la confrontación, suelen hablar poco pero cuando lo hacen son bastante profundos en sus ideas, tienen una habilidad psíquica especial y una gran capacidad afectiva y por último les gusta pasar tiempo solos, ya que no les da miedo la soledad. Estos son los niños que nacen en el siglo XXI.
Trabajo en cochabamba
Pero esta no es una experiencia externa, también en esta ciudad hay Niños Índigo y Cristal, cuyos padres precisan de orientación para poder ayudarlos a cumplir su misión y que no se den grandes rupturas.
Magdala René Infante Cárdenas es una las portavoces del grupo de padres de familia que se unieron para darse mutuo apoyo y para siguir a la nueva generación de padres que deben aprender a tratar con estos niños, afirma que también esta organización se encuentra trabajando en dar a conocer más información acerca del tema, puesto que si no se realiza un seguimiento controlado, este grupo de niños puede llegar a atravesar ciertas dificultades, “por lo general se presenta cuando el niño ingresa al sistema escolar y requiere adaptarse a su forma de funcionamiento”.
Se han dado casos de que algunos niños han sido diagnosticados erróneamente, es decir que se cree que los Niños Índigo presentan “deficit de atención” mientras que el Niño Cristal puede ser diagnosticado como un niño autista. Pero el mayor problema no radica en ello sino en la falta de información, pues los padres son los que constantemente están enfrentándose a sus hijos.
“El viejo paradigma de crianza no funciona con los Índigos o Cristales porque ellos están aquí para retar estos paradigmas y reemplazarlos por algo mejor. Por ello no se pueden repetir los patrones de enseñaza” asegura Infante.
Estos niños necesitan un nuevo paradigma de crianza, donde el niño es visto como un regalo y un privilegio; donde los progenitores y niños comparten la aventura de crear la experiencia consciente de crecimiento y aprendizaje.
“Estos niños vienen cargados de su propia sabiduría para impactar al mundo adulto, y con frecuencia nuestro rol (de padre) es solo asistir al niño a traer su mensaje al mundo. Los progenitores debemos aprender a comprender las habilidades de negociación, comunicación y disciplina; y así hacer sentir al niño que es amado y nutrido” asegura Infante.
Procesos de evolución
Los Niños Índigo o Cristal tienen definido su propio ser y a veces esa sensación puede estar en oposición directa a los deseos y necesidades de los padres.
En algunos casos los padres toman esta certeza como una amenaza y demandan que el niño se ajuste a un patrón de vida que él tenía como hijo. Esto crea muchos conflictos en el niño y ahí empiezan los enfrentamientos.
Magdala Infante asegura que “el uso de la ira para ordenar algo sólo le está enseñando que el niño puede salirse con la suya al hacer más agresivo”. Particularmente los Niños Cristal llegan a experimentar el poder y si reciben esta enseñanza ellos aplican su “poder” con sus semejantes creando verdaderos conflictos.
El rol del padre es enseñar a su hijo, a través del ejemplo y la palabra; si las cosas no fueran encauzadas a edad temprana, el niño podría canalizar esa energía para dañar o dañarse.
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