El embarazo es una etapa maravillosa, pero, ¿qué sucede si está en riesgo? Tanto la mujer que se embaraza como la vida que gesta en su útero están expuestas a eventuales enfermedades. El riesgo obstétrico es una realidad, aunque evitable y tratable.
“Las cirugías realizadas durante la etapa de gestación son causa de temor en los futuros padres. Sin embargo, hoy en día existen técnicas quirúrgicas seguras para el bebé y la madre”, indica el Dr. Antonio Pardo Novak, médico especialista del Centro de Alto Riesgo Obstétrico.
Entre los procedimientos quirúrgicos realizados en esta etapa se encuentran la extracción de quistes de ovario con sufrimiento vascular y la extracción de vesícula en caso de complicación aguda; ambos procedimientos conservan y protegen el embarazo de la mujer y se realizan independientemente de la edad gestacional. Otra cirugía que muchos especialistas realizan es la extracción de miomas uterinos, tumores comunes no cancerosos o benignos que se desarrollan en la pared del útero.
“Este problema lo resolvemos en el mismo acto quirúrgico de la cesárea. Se ha logrado extraer miomas de hasta tres kilogramos y bebés en buen estado al nacimiento”, explica.
Mujeres en riesgo
En el caso de una mujer sana que desarrolla un embarazo normal, la probabilidad de presentar alguna enfermedad durante el embarazo, condición conocida como embarazo de alto riesgo, es baja. Aún así, una de cada diez futuras mamás o su feto sufre un embarazo de alto riesgo
“En el embarazo de alto riesgo existen factores que ponen en peligro la continuidad de la gestación, y por eso se requiere un seguimiento exhaustivo de forma analítica y ecográfica por parte del médico”, enfatiza el especialista.
Causas hay muchas, y una de las comunes es la tendencia actual de tener hijos en edades avanzadas, ya que a mayor edad de la madre, más probabilidades de sufrir problemas durante la gestación. En todo caso el riesgo nunca es tan alto como para evitar el embarazo en mujeres de edades avanzadas. Asimismo, el índice de masa corporal (que determina si una paciente es obesa o no), problemas de nutrición, factores metabólicos como la diabetes y trastornos tiroideos, antecedentes de enfermedad hipertensiva o las pérdidas de embarazos anteriores, son factores de riesgo. No podemos dejar de lado la contaminación ambiental y altos niveles de estrés, que son factores de riesgo para una embarazada y su niño en gestación. “La polución ambiental está deformando y destruyendo los cromosomas de las personas, y por ello se registra un aumento en el índice de malformaciones”, indica Pardo.
A pesar de que no se ha comprobado la relación directa entre polución y alto riesgo obstétrico, es recomendable que las embarazadas procuren ambientes libres de contaminación y eviten el estrés que pudieran afectar su embarazo.
Por otro lado, el estilo de vida actual y el aumento en el número de compañeros sexuales, son responsables de una tendencia más alta en las infecciones del aparato reproductor.
No podemos olvidar el índice de embarazos no deseados que aumentan en Cochabamba y el país. Debido a ello, las mujeres se administran medicamentos vía oral o vaginal para provocar la pérdida del embarazo a través de una hemorragia. El especialista explica que este mecanismo suele ser empleado por mujeres jóvenes que luego deben acudir a centros hospitalarios para someterse a una limpieza de embarazo perdido, dejando el útero con cicatrices internas o por último, ocasionando la infertilidad.
Según Pardo, en la actualidad los embarazos espontáneos han disminuido pues las parejas optan por embarazos planificados a edades límites, hasta 37 años en la mujer. Para ello acuden a una consulta antenatal, entre tres a seis meses antes de tener un bebé, ya que desean prevenir complicaciones que puedan afectar el embarazo, como son las malformaciones congénitas. /
QUICKIE
Durante el embarazo consume salmón, rico en ácidos grasos omega-3 que promueven el desarrollo del cerebro y la visión del bebé; y huevo, una excelente fuente de proteína y amino ácidos.
Embarazo en riesgo
El control prenatal es importante para prevenir y detectar embarazos de alto riesgo. Hoy se realizan cirugías durante la gestación protegiendo la vida del bebé y la mamá
Previene y controla!
En los embarazos de alto riesgo la medida más oportuna es el control prenatal, esencial para el bienestar de la futura madre y el hijo que espera. Por otro lado, el diagnóstico temprano de malformaciones congénitas a través de ecografías y estudios especiales es una necesidad. Toda mujer embarazada debe exigir los siguientes estudios a su médico:
1 Ecografía Doppler. Diagnostica la invasión por vasos sanguíneos placentarios a estructuras cercanas como la vejiga urinaria
2 Ecografía en 3D. Logra detectar malformaciones a temprana edad del embarazo.
3 Diagnóstico de translucencia nucal. Gracias a ella se determina alguna enfermedad cromosómica como el Síndrome de Down.
Milagroso Fólico
El ácido fólico, una vitamina B necesaria para el correcto desarrollo de las células, ha demostrado que puede reducir los defectos o problemas de nacimiento del tubo neural, como la espina bífida, una de las principales causas de parálisis en la infancia, y la anencefalia, una afección mortal en la que partes del cerebro y del cráneo están ausentes. Es esencial que las mujeres instauren el consumo de vitamina B9 y ácido fólico en su dieta. Varios países vecinos como Chile y Brasil han incorporado el ácido fólico en alimentos como la harina, galletas, cereales, panes, etc.
“En Bolivia todavía no tenemos bien desarrollados los programas de suplementación de ácido fólico”, indicó el especialista. A pesar que la vitamina se encuentra naturalmente en algunos alimentos, éstos no proporcionan la cantidad diaria recomendada de ácido fólico, por lo que se hace imprescindible tomar un suplemento vitamínico que contenga 400 microgramos de ácido fólico diariamente antes de la concepción y durante el embarazo.
Ricos en acido fólico
Verduras. Las verduras de hojas verdes, la lechuga, la acelga, las espinacas (también muy ricas en hierro), el espárrago, el tomate, la remolacha roja… contienen altas cantidades de ácido fólico.
Legumbres. Incrementa el consumo de frijoles, judías, lentejas, porotos, guisantes, alubias… no sólo son una excelente fuente de proteína y fibra, pero son ricas en hierro, ácido fólico, calcio y zinc.
Granos integrales. Los tubérculos y los cereales proporcionan hidratos de carbono, fibras y vitaminas del grupo B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario