Hay una cena en casa de mis tíos el sábado”, te informa ella. “¿Importa mucho si no voy?”, le preguntas sinceramente. “¡Para nada!”, responde con una sonrisa. La consecuencia: toda la semana tiene un inexplicable mal humor y el sábado regresa de la cena furiosa. “Toda la familia fue en pareja y yo era la única que estaba sola”, te reclama... “¡Pero si te pregunté!”, atinas a defenderte.
Entonces regresa a tu cabeza la pregunta de siempre: ¿Cuándo un “sí” significa “no” y cuándo un “no” significa “sí”? Dejemos que ellas nos den algunas luces. “¡Las mujeres siempre, siempre hablamos chueco! Bueno, casi siempre”, reflexiona Daniela.
“Cuando estás en medio de una pelea, las respuestas son confusas (se trate de un ‘sí’ o de un ‘no’). Por otro lado, un ‘no’ quiere decir ‘sí’ cuando una chica se está haciendo a la deli y no desea ceder tan pronto, pero ansía que se la charles un poquito más...
En realidad, quisiera decirte que sí a la primera, pero eso va a hacerla muy fácil, a ella y a la situación”.
Y hay más variantes. “Un ‘sí’ significa ‘no’ cuando una no es lo suficientemente valiente para gritarle a un tipo en la cara que es muy obvio que no quieres que haga algo”, explica Dalia. “Por ejemplo, si él te comenta: ‘Le diré a Clarita que nos acompañe al cine’, una responderá: ‘Sí, ¿por qué no?’. Comentarás eso porque quedaría feo que le digas: ‘¿Eres tonto o qué? Esa tipa está detrás de ti, hace siglos y me detesta tanto como yo a ella’”.
¿Cómo darse cuenta?
Verónica asegura que se trata de una de las complejidades exclusivas de las mujeres. “Todo siempre es al revés para nosotras porque esperamos que se nos entienda en un nivel superior y, como nunca se nos entiende, terminamos confundiéndonos nosotras mismas”.
En esa línea, la literalidad sería, en la vida de pareja, un defecto masculino. “Los hombres deben aprender a leer una situación en todo su contexto, no sólo agarrarse de las palabras exactas”, puntualiza Claudia. “No son tontos. Saben perfectamente cómo funcionamos y me parece muy mal que, a veces, se aprovechen de nuestra forma de ser, obligándonos a dar una respuesta forzada y usándola luego para justificar lo que hicieron”.
Eso sí, todas dejan muy en claro que cuando se trata de relaciones sexuales, un ‘no’ firme significará siempre ‘no’. “Si insisten pensando que hay posibilidades, la cosa se pondrá fea”, advierte Claudia.
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