Convertirse en madrastra o padrastro
Un nuevo rol familiar
Lo mejor será que el padre adoptivo goce de la aceptación y aprobación de los hijos, ganada con amor y paciencia. Convertirse en padre o madre por la unión de diferentes familias o por casarse con una persona que ya tiene hijos puede ser una experiencia gratificante y satisfactoria.
Si usted nunca tuvo hijos, tendrá la oportunidad de compartir su vida con una persona más joven y ayudarla a moldear su carácter. Si tiene hijos, les ofrecerá más oportunidades de construir relaciones y establecer ese lazo especial que sólo se genera entre hermanos.
En algunos casos, los miembros de su nueva familia pueden llevarse de maravillas (¿se acuerda de La tribu de los Brady?), pero otras veces surgen dificultades. Tratar de encontrar su rol como padre o madre (además de las responsabilidades cotidianas que trae aparejadas) también puede generar algunas confusiones o incluso conflictos entre usted y su pareja, el excónyuge de su pareja, y los hijos de éstos.
Si bien no hay una fórmula infalible para crear la familia "perfecta" (cada familia tiene su propia dinámica), es importante afrontar esta nueva situación con paciencia y tratando de comprender los sentimientos de todos los involucrados. Las sugerencias a continuación pueden ayudarle a facilitar las cosas mientras intenta adaptarse a su nuevo rol.
Comience despacio
Para un niño, el rol inicial de un padrastro o madrastra es el de otro adulto en su vida que se preocupa por él, similar a un familiar o un mentor. Quizá usted desee crear un vínculo más estrecho enseguida y se pregunte qué está haciendo mal si su nuevo hijastro no se encariña con usted o sus hijos tan pronto como usted quisiera, pero las relaciones necesitan tiempo para crecer.
Comience despacio y trate de no apresurar los acontecimientos. Deje que las cosas se desarrollen naturalmente; los niños se dan cuenta cuando los adultos fingen o no son sinceros. Con el tiempo, puede desarrollar una relación más profunda y significativa con sus hijastros, que no necesariamente debe parecerse a la que ellos tienen con sus padres biológicos.
Factores que afectan su relación
Los niños que están haciendo un duelo por el fallecimiento de uno de sus padres o la separación o el divorcio de sus padres biológicos pueden necesitar tiempo para sanar antes de que puedan aceptarlo a usted como su nuevo padre o madre.
Para aquellos cuyos padres biológicos aún están vivos, el nuevo matrimonio de uno de ellos significa el fin de la esperanza de una reconciliación. Incluso si han pasado varios años desde la separación, los niños (¡y los no tan niños!) muchas veces se aferran a esa esperanza por mucho tiempo. Para un niño, esta realidad puede ocasionar enojo, dolor y confusión.
Otros factores que pueden afectar la transición al rol de padrastro o madrastra:
La edad de los niños. A la hora de adaptarse y formar nuevas relaciones, por lo general, cuanto más pequeños son los niños, más fácil les resulta.
El tiempo que hace que usted los conoce. Generalmente, cuanto más tiempo se conozcan, mejor será la relación. Hay algunas excepciones (por ejemplo, si usted era amigo de los padres antes de que éstos se separaran y es considerado el motivo de la separación), pero en la mayoría de los casos, el tener una historia en común hace que la transición sea un poco más fácil.
Cuánto tiempo salió con el padre o la madre del niño antes de casarse. De nuevo, hay excepciones, pero normalmente si usted no se apresura en la relación con el adulto, los hijos tendrán una sensación positiva de que usted está en esto a largo plazo.
Cómo se lleva su pareja con su excónyuge. Este es un factor crítico. Una comunicación abierta y la reducción de los conflictos entre los excónyuges puede hacer una gran diferencia en la facilidad con que los hijos lo aceptan a usted como su padrastro o madrastra.
Para ellos es mucho más fácil adaptarse a su nueva forma de vida cuando los adultos no hacen comentarios negativos unos de otros.
Cuánto tiempo pasan los niños con usted. Intentar establecer un lazo afectivo con sus hijastros pasando tiempo con ellos cada quince días (cuando lo que ellos desearían es pasar tiempo de calidad con su progenitor al que no ven tan seguido como quisieran) puede ser difícil. Recuerde anteponer las necesidades de los niños: si ellos desean pasar más tiempo con su madre o padre biológico, deben tener ese tiempo. Así, a veces el "desaparecer del mapa" puede ayudar a allanar el camino hacia una mejor relación a largo plazo.
Analizar de antemano qué situaciones pueden volverse problemáticas al juntar ambas familias puede ayudarle a prepararse, de modo que si surgen complicaciones, pueda manejarlas con una dosis extra de paciencia y delicadeza.
Pasos para llegar a ellos
Cuando usted es madrastra o padrastro puede generar luchas de poder dentro de la familia, ya sea por parte de los niños, del excónyuge de su pareja, o incluso de su pareja.
* Anteponga las necesidades, y no los deseos, de los niños. Los niños necesitan amor, afecto y reglas coherentes más que cualquier otra cosa. Darles juguetes o golosinas, en especial si no se los han ganado por sus buenas notas o conducta, puede conducir a una situación donde usted sienta que está intercambiando regalos por amor.
* Las reglas del hogar son importantes. Aplique las reglas de su hogar lo más sistemáticamente posible para todos los niños, sean éstos sus hijos de una relación anterior, los hijos de una relación anterior de su pareja, o los hijos nuevos que han tenido juntos. Los niños y los adolescentes tendrán reglas diferentes, pero éstas deben aplicarse siempre en forma coherente.
* Cree nuevas tradiciones familiares. Encuentre actividades especiales para hacer con sus hijastros, pero asegúrese de pedirles su opinión. Algunas nuevas tradiciones de familia podrían incluir noches de juegos de mesa, salir juntos a pasear en bicicleta, cocinar, hacer artesanías o incluso hacer juegos de palabras en el auto. La clave es divertirse juntos, no tratar de ganar su amor.
Hable con su pareja o cónyuge. La comunicación entre usted y su pareja es importante para que puedan decidir juntos sobre la crianza de los hijos.
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