Afectividad social tu boca junto a la mÍa
La mayoría de las personas recuerda su primer beso tan bien que el 90 por ciento de los detalles está grabado en su memoria más intensamente que su primera relación sexual.
Detrás de este gesto cotidiano muy extendido (...) hay un universo químico muy complejo. Para el ser humano, besarse no supone algo trivial, sino que se produce un intercambio de sensaciones y emociones profundo. Con un beso se activan hasta unos 30 músculos faciales, 17 de ellos relacionados con la lengua, se transfieren nueve miligramos de agua, otros 0,18 de sustancias orgánicas, 0,7 de materias grasas, 0,45 de sales minerales, además de millones de gérmenes, bacterias y microorganismos, y se queman, a lo largo de tres minutos, unas 15 calorías.
El deseo de besar hasta tiene un nombre científico: filemamanía. Siempre queremos más, porque el beso es una droga natural. El cerebro es adicto a la oxitocina, que se produce cada vez que nos besamos. Esta hormona influye en funciones básicas como el enamoramiento, orgasmo, parto y amamantamiento, y está asociada con la afectividad, la ternura, el tocar.
De acuerdo con la consultora sexual británica Relate, la liberación de endorfinas, que se produce cada vez que juntamos nuestros labios con la pareja, combate el desánimo y evita caer en la depresión. Porque el beso, antes que nada, es placer.
Más allá de estos importantes beneficios que los besos le aportan a la salud, tenemos que tener en cuenta el rol primordial que cumplen en una relación.
Los besos son la forma más sencilla y romántica de demostrar nuestro amor y nuestra pasión hacia la otra persona, y son un ingrediente indispensable en la pareja. Con ellos demostramos que necesitamos de intimidad, de contacto y de una conexión emocional más intensa.
Por eso y más es que hay que aprender a evaluar cuál es la manera de sacarle mayor provecho a esos besos.
¡Sincronízate! Esto se trata de entender los diferentes estados de ánimo e interés de la pareja. Tener en cuenta e identificar los estados de tu pareja, te ayudará a aprovechar los momentos más propicios.
Dale importancia a la intimidad: la confianza y el cariño ayudan a disfrutar al máximo un buen orgasmo. El sentir los latidos del corazón, la respiración, un abrazo y un beso junto con mirada de atención, logra hacer sentir la cercanía y confianza.
No restar importancia al preámbulo: muchas veces por el estrés o por mucha excitación, al preámbulo se le dedica menos tiempo; pero se sabe que es el momento que une más a la pareja y crea el ambiente ideal para la intimidad.
La importancia de los besos: los labios son un área súper sensible así que hay que darle tiempo a los besos, que sean lentos, profundos, suaves, apasionados o variados. No importa la técnica, pero sí que sea parte del encuentro.
Para lograr mejora en las relaciones sexuales, el punto es aprender a pedir y comunicar lo que se necesita, lo que se espera y también lo que se puede hacer para lograrlo.
Cuando se tiene buena comunicación fuera del dormitorio, se puede poner en práctica fácil en la cama. ¡Anímate a mejorar tu relación con tu pareja... comienza con un buen beso!.
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