miércoles, 26 de junio de 2013

Feria demuestra que la conducta cambia con el aprendizaje

Un taxista enfrenta la luz roja de un semáforo y no para; un pequeño ratoncito blanco ve el destello de una luz y se apoya tres veces en una palanca para recibir un poco de alimento. De estas dos conductas se puede deducir que la diferencia está en la educación o el entrenamiento que recibieron este conductor y el roedor para reaccionar con la “conducta correcta”.

La conducta de las personas, niños y adultos, está condicionada por la educación que reciben. Y de este tema trató la feria de psicología experimental que llevó adelante el departamento de psicología de la Universidad Católica Boliviana para mostrar cómo sus estudiantes de cuarto semestre trabajan con ratoncitos blancos para generar conductas determinadas.

Durante el evento, los estudiantes mostraron sus laboratorios -unos “cubículos”- donde los ratoncitos aprendían a responder a estímulos visuales basados en luces de colores. Si se encendía una luz roja, por ejemplo, pasaban de un “cuarto” al otro, si se encendía otra luz, pasaban al siguiente y tenían que activar una palanca, hacer rodar unas bolitas, esconderse en una casita o subir una cuerda para que puedan pasar al último compartimiento y allí, al presionar una palanquita, eran alimentados.

Estos pequeños roedores son entrenados para aprender una serie de conductas que activan la recepción de su premio, un poco de alimento.

Estas experiencias, explica Álvaro Molina, docente de la materia de psicología del comportamiento, pueden ser usadas en niños en edad escolar para que aprendan diversas conductas sociales o aprendizajes concretos y en adultos que, para lograr un buen trabajo y recibir un salario expectable, tienen que cumplir ciertas conductas que se aprenden con el mismo método que los ratoncitos.

Los estudiantes de psicología del comportamiento mostraron a los visitantes a la feria, padres de familia y sus hijos menores, otros estudiantes o algunos docentes de la propia carrera, cómo funciona el sistema de estímulos para lograr respuestas concretas y correctas, tanto para animalitos como sus ratoncitos blancos, otros animales domésticos, como para los seres humanos.

El tema del aprendizaje de las conductas empezó con el fisiólogo y psicólogo ruso Iván Pavlov (1849 -1936), que recibió el Premio Nobel en 1904, cuando demostró el condicionamiento clásico, estableciendo que si se alimentaba un perro simultáneamente al toque de una campana, la salivación demostraba que tiene una respuesta condicionada.

Este principio es aplicable a humanos, animales, y si fuera posible, también a los choferes de taxis y otros vehículos particulares que no saben, o no quieren saber, que la luz roja de un semáforo es para detener su vehículo.

Las madres, principalmente, también aplican este principio para que los niños de la casa, y también los más grandecitos, aprendan respeto, orden y lleguen a su casa temprano. Si así lo hacen, entonces reciben de premio unos chocolates, los más chicos, o el último grito en celulares, los más grandecitos.

Al final, el comportamiento de unos ratoncitos blancos, que respondían eficientemente a los estímulos de sus entrenadores, estudiantes de psicología del comportamiento, mostraban el camino para educar, entrenar, condicionar a los humanos a que respondan a estímulos externos y que se puedan traducir desde buenas pegas, mercados de exportación o culminar largas carreras políticas.

En esta feria de psicología experimental los estudiantes mostraron, una vez más, que nosotros, los humanos sofisticados, respondemos igual que unos ratoncitos blancos que tienen nombres, pero no apellido, título profesional o cargo político o empresarial, para responder igual por una migaja de “alimento”.

Pero para los humanos la situación no es tan sencilla. Tenemos otros condicionantes externos que nos producen respuestas. Tenemos la familia, la cultura, el origen étnico, la educación escolarizada, la herencia familiar, y tantos otros como los valores éticos, religiosos, sociales, que al final producen una sociedad muy compleja, diversa, con sus respuestas correspondientes.

Parece que no sólo respondemos al estímulo de una luz roja o un sonido. Son muchísimos los estímulos durante toda la vida que es difícil saber realmente cuál será nuestra respuesta a toda esta variedad de luces de colores.

(*) El autor es periodista.

Psicología conductual
Ciencia La psicología del comportamiento, o conductual, es la parte de la psicología, que se ocupa de la descripción, explicación y predicción del comportamiento humano.


Estudio El objetivo es llegar a la conclusión sobre la base del comportamiento observado en el estado mental de las personas. La psicología del comportamiento se interesa en todo lo observable, como son las expresiones faciales y gestos.


Historia La psicología de la conducta surge a partir del conductismo psicológico. La psicología del comportamiento también se conoce como la psicología del aprendizaje, cuyo proceso puede ser positivo o negativo, basado en recompensas.




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