El objetivo de casarse es formar una familia. Sin embargo, en algunas ocasiones uno de los integrantes de la pareja no se siente listo para asumir la crianza de un hijo. Esta situación, la psicóloga clínica Martha Heredia Asebey, indica que puede surgir a raíz de un miedo profundo, generalmente más en los hombres, a una responsabilidad que "dura" muchos años, responsabilidad de tipo emocional, económica y social, además de la creencia de que disminuirá la intimidad emocional y física con su pareja.
Discusiones a la vista. Si la mujer quiere tener hijos y el varón no lo desea, a mediano plazo esperará pacientemente que el varón cambie de opinión, si este no cambia comenzarán las constantes discusiones y peleas que podrán terminar con la relación de pareja. Si finalmente, indica la psicóloga, la mujer deja de lado su ferviente deseo o necesidad imperiosa de ser madre, probablemente se convertirá en una persona amargada, resentida y perderá el amor por su pareja. Cuando la que no quiere tener hijos es la mujer, se debe sobre todo al miedo a no poder hacer frente a la constancia que requiere un niño. Seguramente, ha sido en su infancia una niña cuya madre no supo atender bien sus necesidades, y ahora teme que este hecho se repita en la relación con su bebé.
La comunicación es importante. Cuando en una pareja, uno quiere tener un hijo y el otro no lo desea, es importante mediante la comunicación asertiva, averiguar "cuál es el motivo que tiene su pareja para no querer tener hijos" y " si este motivo puede ser modificado, incluso mediante una terapia de pareja". "El hombre necesita escuchar la necesidad de su pareja de ser madre, en muchos casos es el egoísmo y miedo del varón los que condicionan la vida de su pareja, tornándose a la larga en algo irreconciliable, manifestó Heredia.
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