¿Qué duerman en sus propios dormitorios? ¿Qué se vistan solos? ¿Qué sean independientes en sus estudios? ¿Qué elijan lo que quieren comer? ¿Qué coman dulces? Preguntas que marcan estilos permisivos y otros, autoritarios.
Pero son también una muestra de las decisiones y circunstancias que se enfrentan hombres y mujeres cuando existen niños que educar y formar para la vida.
Cada familia es un mundo, pero a veces solo son islas que divagan en un mar de posibilidades, donde lo habitual es ceñirse a los hábitos que se inculcaron en la familia de origen. Para revisar cómo se educa a los hijos y evaluar el cómo se está haciendo, la norteamericana Christine Gross-Loh, publicó el libro “Parenting without borders” (Avery). Una invitación a ir más allá de las limitaciones de nuestras fronteras.
La autora durante dos años realizó esta investigación, basada en estudios académicos, conversaciones con padres de familia, expertos y su propia experiencias como padres norteamericanos en Japón.
A través de su relato y con ejemplos o anécdotas entretenidas, enseña las múltiples formas en que los padres crían a sus hijos en países como Alemania, Francia, Italia, Finlandia, Japón y Suecia, entre otros.
Se podría decir que es también una ventana hacia lo que significa vivir en un mundo globalizado que amplía la propia perspectiva de cómo es la sociedad en que se vive.
Aunque también invita a la reflexión, el cambio y la decisión de comenzar a borrar antiguos y dogmáticos paradigmas de crianza, y preguntarse: ¿Eres un buen padre realmente?
“La familia es importante en la formación de una persona y tienes que tomar conciencia de que eres su soporte y que de eso dependerá cómo será ese niño cuando sea un adulto. Es tiempo de cambiar y darse cuenta que en otras partes del mundo las cosas son distintas y funcionan mejor que en tu país”, comentó la autora (...).
CONCLUSIONES REVELADORAS
Para revisar algunas de las máximas de enseñanzas acá van las que destacan:
1. Alemania, críticas constructivas: educan a los pequeños para que acepten observaciones y críticas frente a sus trabajos y comportamientos. Los halagos “falsos” dicen que no ayudan y que esa sería la razón de que alemanes tiene más carácter y son más tolerantes a la frustración, porque saben que errar es humano y que con esfuerzo lograrán lo que anhelan.
2. Finlandia, colegios flexibles: la "preparación para la escuela" no se trata de que el niño esté listo para la escuela, sino que la escuela está dispuesta a cumplir con el niño.
3. Japón, dormir con los padres: los niños lo hacen hasta que tienen la edad en que quieren sus propios dormitorios. Y esto, no los hace más dependientes, al contrario, “caminan a la escuela por su cuenta, llevan sus bolsas y hacen solos sus tareas”.
4. China, profesores creativos: existe la delicada danza de enseñar a un niño a mantenerse motivado y deseoso de aprender. “Usted no hace la meta demasiado inalcanzable, pero sí anima a que lleguen a la manzana".
5. Japón, la independencia y libertad: un maestro japonés le aconsejó: "Dejad que los niños lo resuelvan, son ellos quienes buscan solución a sus problemas”, cuando intentó meterse en una pelea de sus hijos en el parque. “Sentí que los desacuerdos forman el carácter. A pesar de que en Estados Unidos la independencia, la autonomía y la libertad se presumen, los niños de Japón están siendo criados con mucho más de estas cualidades", dijo Gross-Loh.
6. Noruega, fomentar el riesgo: un investigador noruego le dijo que la mejor manera de mantener a los niños seguros es realmente dejarlos tomar algunos riesgos, como trepar a un árbol, ya que les ayuda a formar un buen juicio.
7. Suecia, aprender el autocontrol: un padre sueco le enseñó: "Yo no quiero controlar mis hijos. Quiero que aprendan auto-control por sí mismos”, y que todo lo que hizo desde el momento en que sus hijos eran jóvenes se orientó a ayudar a perfeccionar este control interno.
8. Francia y Japón, ojo con el consumo: es impropio excederse en las compras con los niños. A diferencia de Estados Unidos, donde los padres están presionados con los mensajes de la publicidad, el consumo y el comprar todo lo que piden los chicos está limitado porque no creen que consentirlo los hace buenos padres.
9. Corea del Sur, Suecia, comer sano y que ellos elijan: en Corea la alimentación es un ramo en el colegio y la casa, donde la comida es saludable. El cocinar y comer es un proceso lento y que se disfruta en familia. Niños y adultos comen lo mismo. En Suecia, padres cocinan con los hijos educándolos en los alimentos saludables y los chicos eligen qué comer. Si no quieren comer, que no lo hagan pero hasta la próxima comida.
10. Suecia, Noruega y Finlandia, jugar al aire libre: a pesar de sus bajas temperaturas los niños se la pasan en los patios y jardines sin que los adultos los vigilen. Y sin que hayan mayores niveles de accidentes, pero sí una tasa más alta de felicidad infantil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario