jueves, 21 de julio de 2011

Incompatibilidad sexual: “Cuando los gustos no coinciden”

Esperanza y Pablo tienen cinco años de conocerse y uno de casados, pero como en toda pareja en algunas ocasiones viven conflictos, malos entendidos y sienten que no se comprenden. Todo en torno a ellos es muy diferente a lo felices que eran antes de su matrimonio. Ahora no sólo tienen ideas diferentes de lo que debe ser el sexo en su vida conyugal, sino que por cualquier cosa discuten o pelean.

Ambos argumentan que se han dado cuenta que ninguno de los dos está realmente satisfecho con esa situación, la química entre ambos se ha perdido. También señalan que no se explican el porqué les ha sucedido esto, si antes de unirse como pareja las cosas marchaban bien, tal vez cambiaron al casarse. El punto es que quizás no llegaron a conocerse y no se dieron cuenta si realmente había o no compatibilidad”, así narró uno de los cientos de casos que a diario atiende la psicóloga María Cecilia Salazar Durán con quien Femenina se contactó para hablar sobre este tema.

Según la especialista, el hecho de no sufrir ninguna disfunción evidente es lo que hace que muchas personas no se den cuenta de que tienen un problema de incompatibilidad sexual, uno de los trastornos más frecuentes de la pareja. “Un 75 por ciento de las parejas que acuden a terapia, terminan revelando quejas de tipo sexual. Y, sin embargo, ninguna viene específicamente detallando que tienen un problema sexual, no saben muy bien lo que les pasa, lo único de lo que están seguros es de que hay algo que provoca que sus relaciones sexuales no sean satisfactorias”.

Factores

La incompatibilidad sexual es determinante en la vida conyugal de las personas, donde intervienen una serie de factores:

a) La casi inexistencia de diálogo en la pareja sobre temas sexuales.

b) La presencia de los roles tradicionales, donde el hombre suele ser el activo y la mujer la pasiva.

c) La tendencia de las mujeres a desear cambiar su status de “objeto sexual” para buscar su propio placer.

d) La evasión inconsciente de la relación sexual debido a la ansiedad o culpa.

e) La preocupación excesiva por el rendimiento sexual.

“Es bueno recordar que la excitación en la mujer no es como la del varón, que puede lograrse ante cualquier estímulo sexual, por ser sus órganos sexuales externos. A diferencia de la mujer que por cuestiones culturales o de educación responden a una estimulación mayor, tanto física como emocional, además de tener sus órganos sexuales internos”, agregó.

La especialista afirma que en muchas ocasiones una discusión de pareja suele entorpecer la relación sexual, pues mientras el hombre tiene una capacidad mayor para disociar, la mujer es mucho más sensible y tiende a relacionar esta situación y con frecuencia no pueden dejar de lado algunas cuestiones por resolver con su pareja.

“Cada pareja es única y no se puede generalizar en cuanto a frecuencia y calidad de sus relaciones sexuales, ya que los factores que intervienen son muy numerosos y variados. En ocasiones se prioriza tanto la relación sexual en la pareja que se tiende a minimizar la relación afectiva entre ambos, su crecimiento y desarrollo como personas individuales y el diálogo entre ellos. Si uno de los dos no crece, es un motivo más que suficiente para enfriar una relación” acotó.

Otro factor relevante asegura la psicóloga es el temor a la intimidad que también puede originar pérdida del deseo sexual y en ocasiones se utiliza la distancia como refugio contra un vínculo demasiado cercano, frecuente en personas que han sido heridas y temen que esta situación se pueda repetir.

Tratamientos

Salazar afirma que el primer paso para resolver estos problemas sexuales es contar con una información y educación sexual adecuadas, para dejar de lado las creencias erróneas y mitos que se tiene sobre la sexualidad humana que son los elementos que facilitarían de alguna manera la aparición de estas dificultades.

“Afrontar esta situación en positivo consiste en hablar con la pareja sobre las dificultades sexuales, sin buscar culpables, asumiendo que la responsabilidad de la falta de compatibilidad sexual es de ambos. Teniendo una comunicación abierta con la pareja que se centre en buscar soluciones y no culpables. Dedicarle un tiempo a la sexualidad y disfrutar del juego erótico, en procura de ampliar el repertorio de actividades sexuales no coitales”, aconseja Salazar.

La terapeuta afirmó que la sexualidad no empieza ni acaba con la penetración, sino que se debe aprender a explorar el propio cuerpo y el del cónyugue, darse el placer de disfrutar del conocimiento erótico de la pareja y relajarse para dejarse conocer también. El disfrutar de una buena relación sexual requiere de exploración y de práctica, la prisa no es lo más recomendable.

“Se debe tomar en cuenta algunos aspectos que son importantes:

Lo que se dice en forma verbal y no verbal, cómo se lo dice y dónde se lo dice. Además de saber escuchar, dejar hablar, no prejuzgar, ser flexible, razonable y con la disposición de llegar a acuerdos. Manejo y expresión apropiada del coraje, frustración y de las críticas”, explicó.

Lo más efectivo cuando no se llega a un acuerdo con la pareja es recurrir a un especialista para realizar una terapia en pareja, donde un tercero que viendo el problema desde fuera pueda contribuir en la solución tal vez la lucha de poderes dentro de la pareja, las dificultades de comunicación y cualquier otra alteración en la intimidad.

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